Parecemos estar ciegos como ciudadanos, podemos vernos en la calle, reconocernos diariamente, ser cordiales mientras pensamos en los peores adjetivos calificativos para el vecino que no piensa igual que nosotros, que no es un “chavestia” ni un “escuálido”, es un ciudadano como tú, como yo y como todos los venezolanos, todo eso pasa y nadie parece notar algo: El otro no es el enemigo.
Créeme, no lo es, esa persona, es simplemente, alguien con ideales y pareceres diferentes a los tuyos, punto. Y sí, es más fácil caminar e ir echándole la culpa a medio país de todas nuestras desgracias personales y comunales. Sí, lo es. Pero no es lo correcto ni lo cierto. El enemigo es quien no tiene más ideal que el facilismo, el que te apunta con una pistola sin pensarlo dos veces porque “él tiene que comer”, el que se aprovecha de tu esfuerzo y el de tu vec
ino, el que no te da el vuelto, o el que abusa del poder.
Vivimos en una cola para ser robados a la que nos incorporamos todos los días, en ese miedo incurable estés caminando, en bus, metro, moto o carro propio. Tengas la franela que tengas. Seas del color que seas y vivas donde vivas. La delincuencia no te mira a los ojos, te mira la cartera. La delincuencia no te pregunta de qué partido eres, si tienes hijos o si comiste hoy. No le interesa. Entonces ¿quién es el enemigo?
El enemigo es la delincuencia. La delincuencia se combate con ideas, con educación, con aspiraciones y la realización de las mismas, con puestos de trabajo, con oportunidades. La delincuencia se combate con país.
Salgamos entonces y juntos hagamos país.
H. Gámez (@hklgamez) es el artista.
Yo simplemente puse palabras a tanta verdad.
Arianna Cristina De Sousa @ariadesousa