La patria algo que todos conocemos, que todos sabemos, algo que algunos sentimos y aunque no sabemos lo que realmente es, sentimos que está ahí.
Todos tenemos nuestras experiencias patrióticas y a lo largo de la vida nos vamos enterando de que aquél sentimiento que tuviste sin saber si quiera que fue lo que sentiste, era que sentías orgullo patriótico.
Sin importar cuántas veces hayas cantado el himno nacional obligatoriamente en el lunes cívico del colegio, cuántas veces hayas leído obligatoriamente la historia de Venezuela en tus libros de bachillerato o incluso obtuvieras veinte de calificación en catedra bolivariana y formación premilitar, la patria no es algo que se puede enseñar sino algo que se debe sentir.
Cada uno tiene sus experiencias personales cuando respecto a la patria se refiere; mi corta edad y mi falta madurez en el 2002 no me permitían entender como asomado en el balcón junto a mi padre disfrutando los fuegos artificiales del fin de año (para mí los más impresionantes de toda mi vida) y una frase de mi papá abriría el año 2003 diciendo: “Si es posible una mejor Venezuela” me hacía sentir lleno de alegría, optimista, esperanzado, pues no era otra cosa sino lo que hoy llamamos patria lo que estaba sintiendo.
Hay experiencias también colectivas con respecto a la patria, como el orgullo de gritar a todo pulmón un gol de la vinotinto, ver en el medallero olímpico a un venezolano, cuando nuestra orquesta sinfónica da el mejor concierto del mundo, cuando un cantautor canta el sentimiento del llano o si un autor venezolano es reconocido con un premio de categoría internacional.
La patria es algo que también se extraña y añora, basta ver a un venezolano en el extranjero, no hay mejor ejemplo que escuchar a mi madre que tiene 8 años en España, diciendo que extraña a su familia, que quiere comer samba, cocossettes, chocolates savoy, queso de mano, cachapas, arepas, aguacate, plátanos fritos, de jugar bolas criollas, comer hallacas, morocoto, pavon, pernil, chismear con las vecinas, ir a la misma iglesia de toda la vida, seguir siendo catequista, llorar al escuchar la canción Mi Venezuela y pare de contar, ella no sabe que eso que siente es que extraña su patria.
La patria es un sentimiento descrito en las líneas anteriores como una esperanza, un orgullo y un sentimiento de que algo te falta, algo que extrañas, algo que añoras, pero no todo es tan rosa como esperamos, habría que preguntarnos cuando ese sentimiento tan bello se transformó en algo que todos despreciamos y que incluso usamos vilmente en forma burlesca.
Seguro muchas veces habrás escuchado frases como “amor a la patria”, “por la patria” para responder a preguntas como: ¿Por qué lo haces? ¿De qué vale? Para responder diciendo que algo no tiene importancia o que simplemente no vale nada, pero la más fulminante de todas es “No importa, pero tenemos patria”.
No fue sino hasta octubre 2012 que tendría mis primeros tropiezos con lo que es la patria cuando Hugo Chávez en su campaña política para la presidencia dijo lo siguiente: “reconozco hay fallas en mi gestión y aseguró que el sufragio de los venezolanos no debe guiarse por ellas. Sé que hay gente que podría estar inconforme por fallas, como el déficit habitacional, de infraestructura, o a causa del desacuerdo con los dirigentes. Lo que está en juego el 7 de octubre no es si asfaltaron la calle, no es si me han dado la casa o no me la han dado, o si yo estoy bravo con los dirigentes regionales, o porque peleamos, o porque me distancié, o porque yo estoy cansado, o porque no tienen luz o porque no tienen agua. No, lo que está en juego es mucho más que eso, camaradas. Nos estamos jugando la vida de la patria”.
Para mí no era posible entender que para cada una de esas personas pudieran sentirse aglutinados en un sentimiento de patria pero en la carencia de todas las cosas, seguridad, habitación, servicios básicos, asfaltado, medicinas, descontento popular.
Hemos aprendido amargamente muchos venezolanos, por medio de la inseguridad, escasez y el desabastecimiento, frustración e impotencia, lo que significa la patria para cada uno de los venezolanos, cada quien la ha usado en diferentes formas ya sea por bondad, para expresar desprecio o simplemente para decir que no vale nada.
Debería traernos a reflexión a todos los venezolanos, ¿Cuál es realmente la patria que tenemos? ¿Cuál es la patria que queremos? ¿Realmente estamos en el lugar que deseamos estar? ¿Es Venezuela hoy en día lo que queremos de país?
Si todas las respuestas anteriores son negativas, entonces Venezuela necesita seriamente un cambio de rumbo.
Un cambio de rumbo necesita voluntad, pero no voluntad que se quede en politiquería, voluntad de cada uno de los venezolanos que realmente sienten lo que le pasa a esta patria, que siente en cada Venezolano caído por el hampa a un hermano muerto, que ve en cada niño de la calle a una infancia perdida, que cada niño que abandona la escuela es un futuro profesional menos, que en cada anaquel vacío hay una tradición de años perdida, que en cada acto corrupto se pierde nuestra dignidad y en cada cola siente la frustración de tener que conformarse con lo mínimo.
Es hora de un cambio, el momento llegó, necesitamos de venezolanos con voluntad, dispuestos a comprometerse con Venezuela, está claro tras todos estos años que la voluntad no viene del gobierno, ni de sus dirigentes, no existe voluntad política para resolver los problemas que aquejan al venezolano de inseguridad, desabastecimiento, escasez, problemas habitacionales, de transporte, de medio ambiente, educativos, de vialidad, de hacinamiento penitenciario, de motivar la producción nacional.
No podemos seguir cometiendo el error de creer que al gobierno y sus dirigentes les importa el país, no les interesa para nada y la prueba más contundente es cuando el más afectado directamente por sus políticas represivas es el ciudadano perteneciente a la clase social más humilde. Cuando escuchas a Diosdado Cabello diciendo: «Chávez era el muro de contención de nuestras ideas locas» no hago más que extrañar a Chávez y recordar cuando el 7 de Octubre del 2012 llamó a la reflexión y la autocrítica para rectificar los errores cometidos después de haber perdidos muchos puntos en la elección contra Capriles.
Este gobierno inclusive a desconocido a su propio ideario, quien yo creo realmente era el único perteneciente al gobierno que le importaba la Patria (torpemente, pero sí) para dirigir políticas únicamente con la necesidad de quedarse permanente en el poder, incluso muchos hermanos seguidores del presidente deben sentirse identificado con esto último, debido a la pésima gestión de gobierno de este último año, apenas estamos en marzo, quiero ver que nos depara los meses de junio, julio.
No me queda más que aferrarme a la esperanza de que si podemos tener una Venezuela mejor y seguir trabajando por ella.
En estas líneas enrevesadas y con mi propia retórica, intenté no más que explicar lo que es la patria para mí.
Cabe preguntar: ¿Qué es patria para ustedes?