Como muchos, yo también me he preguntado: ¿Por qué mis vecinos me encierran? Parece extraño que aquel amable señor con quien coincidía en el ascensor todos los días, se haya transformado de pronto en un furibundo guarimbero, dispuesto a todo con tal de impedir mi libre tránsito. Resulta ser que los que han “sacado el gocho que llevaban dentro”, no me permiten sacar mi guayanés de adentro de mi propia casa. Este hecho me ha ocasionado serias molestias, pero también me ha llevado a pensar quetodas las guarimbas deben tener una fuente común, y creo haberla encontrado. Me permito presentar un fenómeno al que llamo “La Guarimba Madre”.
La Guarimba Madre, como todas las demás, se instala en medio de una vía para impedir el paso de los ciudadanos. La diferencia es que esta vez no se trata de una vía física, ni de un paso vehicular o peatonal. Hablamos más bien de una gran barricada que impide el acceso de los venezolanos a las respuestas adecuadas y oportunas, que las instituciones de gobierno nos deben por principio constitucional. Todas las guarimbas nacen (aunque no por eso se justifiquen) debido a la certeza compartida de que todos los poderes públicos responden a una línea partidista, y nunca atenderán debidamente las demandas de los ciudadanos.Así es como La Guarimba Madre se convierte en proveedora de rabia y excusas. Sin éstas, ninguna otra guarimba puede subsistir.
Dicho lo anterior, resulta conveniente explicar por qué, siendo todos víctimas de La Guarimba Madre, solo algunos se han sumado a la procreación nacional de barricadas. Quienes acuden a la guarimba como recurso, tratan de resolver su necesidad de ser escuchados. En vista de que La Guarimba Madre no les permite llegar a las instituciones pertinentes, ellos deciden hacerse escuchar ya y a juro, por quien sea y como sea. En pocas palabras, arman un berrinche. Las consecuencias de esa actitud están a la vista: Destrozos, daños ambientales, confrontaciones entre vecinos y la excusa perfecta para el fortalecimiento de laGuarimba Madre. Después de todo, ningún funcionario, en cumplimiento de su condición militante, perdería la oportunidad para descalificar las denuncias que haga “la ultra-derecha fascista, destructora de bienes públicos y secuestradora de vecinos”. Por otro lado, quienes nos oponemos y nos vemos afectados negativamente por la práctica guarimbera, insistimos en querer recibir respuestas de los entes designados para ello, y si La Guarimba Madre nos lo impide, debemos entonces desmontar La Guarimba Madre. Esto implica, liberar los poderes públicos de las gríngolas del PSUV, para que puedan dar a todos los ciudadanos las respuestas adecuadas y oportunas que establece nuestra carta magna.
Para desmontar una guarimba, es obviamente necesario saber exactamente dónde está. ¿En qué parte de la vía constitucional se encuentran los escombros que nos separan de las instituciones equilibradas que merecemos? En la Asamblea Nacional. Allí es donde se encuentra la primera guarimba, la más grande y la fuente de todas las demás. Los diputados oficialistas, al no contar con los 110 votos necesarios para imponer a sus partidarios en Fiscalía, Contraloría, Defensoría del Pueblo, TSJ y CNE; decidieron evitar la discusión del tema en el Parlamento. Así nació La Guarimba Madre, con la finalidad de mantener a los poderes públicos al servicio de una parcialidad política, y sordos al resto de la población. Para demoler esta barricada, la herramienta más útil es la protesta pacífica, bien dirigida apoyada por los diputados demócratas y con el claro objetivo de exigir a la Asamblea la inmediata renovación de los poderes públicos.
Me permito citar una de las frases más repetidas por Henrique Capriles en los últimos días: “No se puede apagar el fuego con gasolina”. Del mismo modo, tampoco se puede combatir a La Guarimba Madre con más Guarimbas. Debemos deshacernos de las prácticas destructivas para sumarnos a la verdadera protesta, ésa que tiene metas claras y realistas. Desmontemos las guarimbas y vayamos por La Guarimba Madre.
Jairo Louis Clavo
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Publicado por @Gdel2014 «Goyo»