El otro día vi una foto+comentario de una tipa que intentaba hacer la maroma mental de igualar los desmanes de unos tirapiedras con los de unos guardias disparando a la cara, o unos paramilitares con armas de guerra del estado.
La «denuncia» no estaba desprovista de humor, porque en medio de todo su razonamiento demencial, la tipa narraba el dolor y sufrimiento del que fueron víctimas unos pobres metrobuses. Una autoparodia muy elegante, a mi juicio.
Me encanta que los chavistas disociados estén documentando tan bien la incapacidad del gobierno para controlar las guarimbas, porque están acelerando la debacle de la nomenclatura chavista. Los que no terminen presos por violaciones a los derechos humanos, caerán por desconocer su mandato y mirar para el otro lado cuando los chamos salieron a quemar basura. Que los militares sean inculpados y dejados en evidencia por los mismos chavistas, es una fuente pura de placer y sentido de justicia.
VIVA MADURO NO JODA, VIVA MADURO NO JODA
A mí me encanta es la estrategia de sobre-empatía con el victimario de gente como Bracci: imagínate un pobre GN, caminando largas horas bajo el sol, cargando un fusil (suenan violines). ¿Cómo puede NO volarle la cara a Geraldine a quemarropas y en el piso? Inhumano sería no hacer nada. No sean ratas, pónganse en los zapatos del GN con chaleco, casco y entrenamiento de combate. Poe’hchito.