Anoche me quedé en el apartamento de mi mamá, por aquí en la Av. Libertador de Barquisimeto y unos muchachos que no son estudiantes hicieron unas barricadas frente al Centro Comercial El Recreo. Ya eso no tiene ninguna impresión en estos días, pero los condenados estaban poseídos de la rabia contra la GNB como en un extraño caso de ira grupal que los psicólogos o psiquiatras deben saber qué es eso, y al mismo tiempo pienso que se sentían los héroes de la zona, como no lo son en sus casas.
Una que otra señora empezó a cacerolear, pero eran poquísimas las que los apoyaban. Mientras tanto todas las puertas de los apartamentos estaban cerradas, y supe que los vecinos más próximos, de toda la vida, estaban metidos en un solo cuarto porque les daba miedo si traspasaba una bala y los afectaba, sobre todo, pensando en los niños.
Y los 15 muchachos a los sumo, seguían enfrentados contra la GNB como si se tratara de una arrechera pasada. Por aquí sabemos que hubo una época cuando los Policías de Lara los perseguían para apresarlos por las marramusias delictivas en las que están fichados, y ellos mismos son los que ponen piedras, palos, cauchos… justo enfrente de tantas personas. ¿Cuáles estudiantes?
Todo el mundo por aquí sabe que cuando empieza a arder la calle, ni la policía ni los guardias piensan en los niños y las abuelas que viven en los apartamentos, y lanzan las lacrimógenas y perdigones adiestra y siniestra, y todos nosotros encerrados llorando en silencio, con el televisor prendido escuchando por un lado la negación al dialogo, y por el otro lado tratando de generar un dialogo, que hoy afirmo que los sordos mudos son capaces de entenderse mejor.
Ante la impotencia, al ver a la gente que destruye lo que le venga en gana, ya no se sabe, si las protestas son de un bando o del otro. De los opositores, me gusta su digna posición cuando dicen que todo lo malo que pasa en la ciudad es culpa de los colectivos chavistas, y los chavistas quieren desmentir cualquier argumento y la destrucción se la achacan a la oposición, porque tienen un plan orquestado que parece no tener marcha atrás. Es el juego al yo no fui, que bastante grande estamos para comernos el cuento.
Lo que si sabemos es que Barquisimeto y Cabudare se despedaza poco a poco, no hay autoridad de ningún lado. Aquí cada quien hace lo que le de la gana, y si sale la GNB p la PNB a poner orden son unos desgraciados y si sales los guarimberos también son unos desgraciados. Es un momento sin causa, pero con muertos. Siento que si el país tiene alma, la debe tener carcomida entre la desgracia por tener petróleo y la conducta social.
A fin de cuentas, vivimos en un mundo mediatizado por las redes sociales, donde parece que nadie tiene la razón por tanto complejo social, por que los ricos quieren ser más ricos y los pobres no quieren ser más pobres y la clase media quiere ser rica, y los ricos quieren más riquezas y apoderarse del país porque su ego les dice que son mejores gerente; y lo real es que no hay nada equitativo para ninguno.
Mientras tanto, unos están soñando con un casita en la montaña, otros están soñando con la guarimba de mañana, algunos soñando con atentar con la misma universidad donde estudian, y hay un silencio extraño de los que gobiernan. Parece que a esos político recién electos les gusta que vivamos en una zozobra, y no se acuerdan que esa madre del niño que estaba asfixiado anoche por las lacrimógenas, y esa abuela que se le salían las lágrimas, también votaron por ellos, y no hay un líder entre Barquisimeto y Cabudare que busque solucionar la situación, esto se parece el extraño Mundo de Jack.