En este huracán de información, sentimientos, frustraciones y desencuentros me propuse leer un poco para ver si encontraba alguna explicación, o lógica, a todo este asunto.
Me propuse dos líneas de investigación: los hechos y personajes de la revolución cubana que, al fin y al cabo, es el modelo a copiar, y Hugo Chávez, el personaje sobre el que giran todas las turbulencias de los últimos años.
En esta página quiero empezar a anotar algunas conclusiones:
Sobre la revolución cubana, después de leer muchos testimonios, me quedé con el amargo sabor de una traición. La revolución fue originalmente una lucha por la libertad y la democracia, en la que muchísimos cubanos sacrificaron a sus familias, sus profesiones y sus vidas por una libertad que al final de la guerra, se vio frustrada. En pocas palabras, al final de las luchas contra la dictadura de Fulgencio Batista, los hermanos Castro traicionaron a sus compañeros de la Sierra Maestra, al huir Batista, ellos se posicionaron como los nuevos dictadores, e impusieron un modelo comunista por el cual NO habían luchado sus compañeros de armas.
Valientes, ilusos, dignos, dispuestos a sacrificar todo por la libertad de su país, vieron todo perdido, al ser traicionados por el carismático líder, Fidel Castro. A partir del mismo año del triunfo de la Revolución (1959), Fidel, fuertemente influido por las ideas comunistas de su hermano Raúl y de Ernesto “Che” Guevara, comenzó la persecución política, los fusilamientos y los juicios que pusieron en prisión, por años, a sus fieles compañeros de lucha que no aceptaron el comunismo y por eso fueron considerados “traidores”. En la cárcel, muchos se doblegaron y obtuvieron la libertad, otros mantuvieron con dignidad sus ideas libertarias y murieron en la cárcel o fueron torturados una y otra vez hasta cumplir sus injustas condenas, dos casos que resaltan son los de Huber Matos y de Eloy Gutiérrez Menoyo.
Mientras tanto, el pueblo cubano, totalmente embrujado por el verbo del líder, se fue sometiendo a un régimen de engaños, represión, controles y poco a poco fue siendo despojado de sus libertades y de sus sueños. La Rusia comunista financió la construcción de hospitales y de muchísimas escuelas donde se adoctrinaba a los jóvenes y se cantaban loas a Fidel y a su revolución comunista. Mientras tanto, se cerraban todos los espacios para la libre expresión, se multiplicaban los soplones y se destruía la industria nacional. No pocos cubanos se rebelaron ante esta situación, se les hizo insoportable el yugo y se lanzaron al mar en busca de la vida, de la verdadera vida, es la historia de Federico Falcón y Nancy Lledes. De eso hacen 55 años. Hoy en día, mi amiga Doris Mesana, como muchísimos cubanos, lamenta no haberse rebelado, a tiempo, contra el régimen de Fidel.
Lo que paso en Cuba y lo que nos pasa ahora en Venezuela, tiene en el fondo una misma raíz y esta es que la gran mayoría de nuestros gobernantes, llegan y asumen “El Poder” como un fin en sí mismo, llegar al poder es la meta. Vale acotar que ese poder siempre viene acompañado de riquezas, aduladores y serviles empleados que se ocupan de mantenerlos sobre el pedestal a cambio de privilegios. Pocos han sido los que asumen el poder como un medio para servir al pueblo.
Sobre Hugo Chávez cito textualmente a Cristina Marcano y Alberto Barrera T, quienes después de un detallado y objetivo relato, concluyen en la última página de su libro “Hugo Chávez sin Uniforme”: “ Quien es en definitiva Hugo Chávez?, ¿Por dónde va la historia de aquel niño, criado por su abuela en una casa de palma con suelo de tierra? ¿Es un verdadero revolucionario o un neo populista pragmático?, ¿Hasta dónde llega su sensibilidad social y hasta dónde alcanza su propia vanidad?, ¿Es un demócrata que intenta construir un país sin exclusiones o un caudillo autoritario que ha secuestrado el Estado y las instituciones?, ¿acaso puede ser esas dos cosas al mismo tiempo?, ¿Quién es ese hombre que agita un crucifijo mientras cita la Che Guevara o a Mao TseTung?, ¿Cuándo es él realmente?, ¿Cuál de tantos?, ¿Cuál de todos los Chávez es el más auténtico?. No es fácil saberlo. Lo que sí parece evidente es que hay algo común a todos. Un ansia que lo mueve, que no lo deja dormir. Es una obsesión, que como toda obsesión, se delata sola. No se puede esconder. Sea el Chávez que sea, obsesivamente, siempre está deseando el poder. Mas poder.” (pp. 388-389).
De niño soñaba con ser beisbolista, pero desde que entró en el cuartel todo su accionar, todo su discurso, todas sus relaciones, toda la trama tiene una sola y única intensión: llegar al poder, mantenerse en el poder, aumentar su poder.
Dice amar al pueblo, porque esto le da poder, modifica la constitución para obtener más poder, solicita y disfruta con las leyes habilitantes porque esto le da poder, cambia la constitución para alargar su poder y más tarde para perpetuarlo. No le interesa compartir liderazgo, no le interesa la competencia, destruye al que piensa, al que se supera, al que logra, al que avanza, al que lo critica. Desecha a sus amigos y mentores: los usa y luego los descarta.
Quienes mejor lo conocieron, sus dos esposas: Nancy Colmenares y Marisabel Rodríguez, su amante Herma Marksman y sus mentores Nedo Panis y Luis Miquelena no pueden reconocerlo: el “Poder” lo ha transformado: el muchacho tímido se fascina con su imagen en los medios; el feo del pueblo de Sabaneta enamora a multitudes; el sencillo sucumbe a los encantos de las riquezas; el sensible se torna distante, déspota, de hielo; el que decía amar a su pueblo empieza a fastidiarse y se aleja de él.
Le sirven los hermanos Castro porque le abren camino, le dan ideas y estrategias que le ayudan a fortalecer sus posiciones. A cambio de esto, está dispuesto a darles todo, esta dispuesto a regalarles el país.
Hoy en día, el “efecto Chávez’ sigue vigente, todavía hay multitudes a quienes Chávez logró cautivar con sus edulcoradas ideas y su extraordinario carisma y siguen cautivos. Hay otros muchos, que se engancharon en las seductoras redes del poder y del dinero y no quieren, ni pueden deshacerse de ellos. Hay una lucha a muerte por mantener el control. Si lo pierden irán presos por su responsabilidad, directa o indirecta, en hechos de corrupción, violación a los derechos humanos, destrucción de la industria nacional, acuerdos internacionales ilegales, malversación de fondos… son innumerables los cargos pendientes. No pueden entregar el poder.
Los otros grandes puntos de quiebre en nuestra historia reciente ocurrieron exactamente por las mismas causas que sacuden hoy a Venezuela: corrupción, inseguridad, inflación, escases, malversación de fondos públicos, anarquía e ingobernabilidad.
La memoria no alcanza para tantos eventos, tan dramáticos y tan seguidos: 27 y 28 de febrero de 1989: el Caracazo; 4 de febrero de 1992: fallido golpe de estado dado por Hugo Chávez, Arias Cárdenas, Jesús Urdaneta y otros; 20 de Mayo de 1993: destitución de Carlos Andrés Pérez; diciembre de 1998: triunfo electoral de Chávez y su Revolución Bolivariana; 11 al 13 de abril de 2002: rebelión cívico-militar, renuncia y restitución del presidente de la república, el llamado Carmonazo; diciembre de 2002 enero 2003: paro cívico y petrolero nacional; manos blancas en el 2007 …
Sobre la crisis que vivimos hoy en Venezuela, iniciada en febrero del 2014, la rebelión estudiantil acompañada y apoyada por la sociedad civil, con manifestaciones a lo largo y ancho del país, es una réplica de las anteriores manifestaciones de inconformidad. No hemos avanzado, los mismos reclamos una y otra vez y los mismos gobernantes, que siguen aferrados al poder en beneficio propio, no han escuchado los reclamos de la sociedad civil y no han tenido la voluntad política para resolver sus numerosos problemas.
Hoy, también se replica la pantomima del diálogo o la Farsa de La Paz. En el 2003 tuvo el rimbombante nombre de “Comisión presidencial para la el Diálogo y la Reconciliación Nacional”. Esa super-instancia, también fracasó por falta de interlocutores válidos, falta de agenda, igualmente se realizó en el palacio de Miraflores, los mismos actores: Diosdado Cabello, entonces Ministro del Interior y Justicia, Miguel Rodríguez Torres era entonces director de la DISIP y responsable de la organización de los círculos Bolivarianos, a su lado se movían Cilia Flores, Elías Jaua, Nicolás Maduro… En ese momento Chávez se planteó el diálogo, igual que ahora Maduro, como una cuestión táctica, como una retirada estratégica, sólo para ganar tiempo para reorganizar las fuerzas y apaciguar los caldeados ánimos del país.
La diferencia hoy es que Maduro no es Chávez, trata de imitarlo, pero no tiene ni su carisma, ni su capacidad para engañar al pueblo, por otro lado, están abiertas y alerta todas las redes sociales, que no conocen fronteras y a pesar de que los medios de comunicación están casi totalmente controlados por el Estado la información se filtra, gota a gota, minuto a minuto, desde Altamira hasta lo alto de los cerros, desde San Cristóbal, hacia el resto del mundo. Además hoy todos estamos más sensibles al acontecer político, cualquier ciudadano de cualquier parte de Venezuela es capaz de expresarse en relación a la situación social o económica. Hemos aprendido de la historia, y ha madurado nuestra conciencia política. Ya no aceptamos la represión ni el engaño, ya la destrucción del país está a la vista de todos, ya no la pueden esconder. Ya no pueden echar la culpa a otros gobiernos. También hemos aprendido que el que se rinde pierde y que el que persevera tiene un chance de vencer… De esto se aferra una pequeñísima esperanza de cambio…una nueva luz en este oscuro túnel.
Bibliografía Consultada…
Durán, Armando, 2004, “Venezuela en Llamas”, Colección Debate, Ed. Random House.
James, Ian Michael, 2006, “Ninety Miles, Cuban journey in to the age of Castro”, Ed. Rowman&Littlefield.
López, Jean Pablo, 2013, “La Revolución de las Miserias, Habla Yoani Sánchez”, Ed. Libros Marcados.
Marcano, C. y Barrera T. A., 2004, “Hugo Chávez sin uniforme, una historia personal” Colección Debate, Ed. Random House.
Matos, Huber, 2002, “Como llegó la noche”, Ed. Fabula, Tusquets,
Littlefield Publishers, INC
Sucre, Guillermo, 2013, Introducción, selección y notas, “La libertad, Sancho. De Montaigne a nuestros días”. Fundación Valle de San Francisco/Ediciones