Relato Post Apocalíptico II.
Caracas Año VII DEE (Después del Estallido Estudiantil)
12:30 AM
La venganza se respiraba en el ambiente, sólo un año atrás las fuerzas oficialistas habían dado un golpe casi mortal reduciendo a cenizas casi cualquier resistencia en Caracas. Pero hoy las cosas han cambiado, con ímpetu desbordado las tropas opositoras arrasaban cualquier signo de régimen a su paso, cualquier núcleo o poblado rojo rojito.
La furia de la venganza era un manjar condimentado por el infierno, una especie de justicia salvaje que se alimentaba de los espíritus de los hermanos en conflicto.
Las tropas liberadoras entraron por los restos de la autopista regional del centro, al grito de Guerra a Muerte se abrieron paso por las escasas barricadas que el régimen mantenía activas. La marcha que salió del páramo andino, se fue nutriendo de combatientes a medida que avanzaba por lo largo y ancho del territorio nacional.
El ex-presidente Maduro responsable del inicio de la peor confrontación entre hermanos de la historia de Venezuela, se pudría en una en la celda, víctima de un golpe militar liderado por el Diosdado Cabello, ahora auto proclamado líder supremo y encarnación del comandante eterno en la tierra.
El destino quiso que su vecino de prisión fuera el líder opositor Leopoldo López. Pero el estado anímico de ambos recluso era diametralmente opuesto.
Cabello dada sus últimas órdenes, mientras subía a un avión en el aeropuerto de la Carlota hacia un destino en el caribe conocido por todos. Sin embargo la masa enardecida tomó en control de las instalaciones, mientras que el Comandante Supremo era desmembrado por miles de manos anónimas, de su boca salieron sus últimas palabras “Patria o Muerte, venceremos… ¡Majuches!”
La mitad gente saltaba a las calles entonando el “Gloria a Bravo Pueblo”, sobre una cortina de humo y fuego que consumían los restos de una Caracas devastada por el conflicto. Mientras la otra mitad camina cabizbaja formado una la larga fila de manos esposadas, de «camisas coloradas».
“Por la salida”… brindaban dos amigos mientras el sol calentaba sus rostros.
Sin que nadie se percatara al Ávila se le escapo una lagrima.
“No se piensa, ni se necesita pensar, quién o qué empezó el conflicto, la escalada adquiere caracteres exponenciales. Él toma y daca es interminable, el ojo por ojo solo es la continuación de una reciprocidad indefinida labrada en odios históricos de origen olvidado”
Me encanta! YHEAAA!!!