¿Quién de ustedes no se siente seguro al ingresar al municipio Chacao? ¿Quién no está tranquilo sabiendo que encontrará un Policía Nacional en cada esquina? ¿Quién no respira calmado sabiendo que hay una tanqueta de la Guardia Nacional lista para entrar en acción a la menor señal de irregularidad?… Por desgracia yo no.
Desde el mes de febrero el gobierno ha decidido hacer algo que nunca había visto: Colocar policías en las calles. Y antes de que griten ¡Viva el gobierno, Viva la revolución! Permítanme decirles que por desgracia nadie le ha explicado al Presidente que la policía debe garantizar la seguridad de los venezolanos contra el hampa que nos azota, entiéndase hampa como delincuentes armados que roban, secuestran y asesinan como si fuera un trabajo; en cambio las fuerzas de seguridad la emprenden contra estudiantes, vecinos, manifestantes y transeúntes en general sin ninguna clase de respeto ni de ética de servir y proteger.
Ojo, yo crecí en esta ciudad, desconfío de todos y de todo, pero de ahí a apuntarle con una escopeta y necesitar 3 efectivos para detener a un vendedor de shawarma me parece excesivo. Es decir, entiendo que el precio esté alto, pero salvo que los manifestantes estén lanzando falafel contra los funcionarios de la “ley” lo veo muy exagerado.
Claro es más fácil agarrar entre varios, apuntarle con un arma y requisarle el bolso a cualquier que tenga pinta de estudiante, que a uno de esos individuos con pinta de malandro que en vez de pararse ante la voz de alto, lo más probable que saque un arma y empiece a disparar.
Hoy Chacao parece sacado de una película de estas ditopicas, donde una guerra o un virus ha obligado a colocar puntos de control para mantener a la población a raya. Por desgracia lo que mantiene a la población a raya es no conseguir que comer o el hecho de no tener la seguridad de poder regresar sano y salvo a casa.
La Plaza Francia antes hogar de ferias del libro y gastronomía, lugar para los amantes de la cultura y las artes amanece llena de cristales rotos, balas y cartuchos de perdigones. Su obelisco que antes contemplaba enamorados, lectores, ideas y expresiones de arte hoy solo puede observar con impotencia ese verde que de respetar ellos mismos nos enseñaron a odiar porque representa la represión del libre pensamiento, de los que tienen ideas distintas.
Hoy, podemos ver en los alrededores de Altamira, Parque del Este y algunas partes de Chacao a Guardias Nacionales y a la Policía Nacional Bolivariana haciendo lo que mejor saben hacer… Nada.
Revisando a cualquiera que les parezca un posible manifestante y que pueda tener entre sus pertenencias algo que pueda ser causante de la desestabilización; menos mal que no me revisaron porque estaría preso de alta seguridad por cargar un libro de mercadeo entre mis pertenencias.
Valientes, aguerridos y prepotentes porque se encuentran en el este de la ciudad y como la mayoría de los venezolanos se sienten más tranquilos, ¿La razón? Muy fácil, en el Este no van a encontrar malandros como existen hacia el oeste o hacia Petare. Con el respeto de la clase trabajadora que vive en esas zonas, simplemente a nuestros cuerpos de seguridad les faltan pantalones.
Hoy en día en Chacao hay más gas lacrimógeno que gas en las cocinas, hay más perdigones y balas que comida en las neveras, pero también hay más gente cansada de esperar y harta de perder a sus seres queridos que uniformados. El tiempo pasa, y a ustedes se les está acabando.
Un aullido de Lobo en estos tiempos caóticos.
Chacao pasa de ser uno de los municipios medio seguro a ser el mas inseguro y con menos derechos humanos con la «GNB» presente en el…….
Heyyy… saber hacer nada es un arte, respeto por favor. Vas a venir a escribir que la GNB sabe hacer nada, como si esa fuera así no mas y llegar «hoy hago nada».
No vale, en este país uno trata de ser profesional y vienen una cuerda de wannabes uniformados y empiezan a hacer nada. Que arrecho.