A veces me pregunto si quienes parecen sugerir que la protesta legítima o importante es sólo la de la escasez, inseguridad y la inflación, llamarían a oponerse a una dictadura «eficiente» que no tuviera esos problemas.
A veces me pregunto que si ese es el mensaje no será entonces tan peligroso como inmoral en los tiempos por venir.
A veces me pregunto si hace falta desconocer los principios para que te presten atención aquellos a quienes esos principios les importan poco.
A veces me pregunto si para algunos la dictadura es que impongan algo con lo que no están de acuerdo. Y me pregunto también qué nombre le ponen ellos cuando lo que se impone sí goza de su beneplácito.
A veces me pregunto si cuando lo que impone una dictadura gusta a la mayoría algunos la llamarán entonces democracia. Me pregunto también si para ellos todo lo que hay que hacer entonces es esperar el turno de ser dictador en su «juego democrático».
Me pregunto cómo se resuelve eso con el «respeto a las minorías» si es la mayoría la que decreta qué es «respeto» y qué es «minoría».
A veces me pregunto si alguien más se pregunta cuál es el costo que una sociedad asume al cambiar la verdad, la moral y la justicia por el discurso, los aplausos y los votos.
A veces me pregunto si la democracia es solamente un procedimiento hueco sin contenido alguno.
Me pregunto tantas cosas estos días que me pone nervioso ver a tanta gente hacer afirmaciones y no preguntas…
Luis Luque Santoro
(imagen de: http://www.andyhanselman.com/2013/02/27/10-dramatically-different-questions-to-help-create-dialogue-with-your-customers/)
La democracia es una dictadura, los presidentes son reyes electos, la «libertad» que te da el supuesto gobierno del pueblo es solo una ilusión para que todos sean felices viviendo en su burbuja de comodidad, comprando sus perolitos de última generación, viendo sus medios de comunicación «libres» y trabajando en su actividad económica de preferencia para que el sistema se pueda sostener, porque al final del día lo único que importa es que el capital fluya. Y no, no soy chavista ni socialista ni anarquista, solo tengo conciencia y no creo en pajaritos preñados, ni en mesías ni me gusta hacerle caso a los tipos que te venden cosas por televisión.
La democracia es muchas cosas. Mientras trabajamos por una sociedad en donde votemos por todas las decisiones, hay que elegir lideres y jefes que se encarguen de algunos asuntos generales.
Ahora, esta frase: «a veces me pregunto si quienes parecen sugerir que la protesta legítima o importante es sólo la de la escasez, inseguridad y la inflación, llamarían a oponerse a una dictadura “eficiente” que no tuviera esos problemas» resume mi contradicción hacia estas protestas, pero entiendo que aquí la mayoría de la gente no entiende la importancia de luchar por valores, derechos o principios universales, no entiende una libertad que no conoce, no imagina el bienestar que merece, o algo así. Es mas, hay gente que le da miedo «mucha» libertad. Es un proceso.
Si enfocando la protesta en los problemas puntuales se logra el objetivo no me voy a quejar, pero ciertamente aquí el problema no es la «escasez» ni la «inseguridad», el problema es de fondo. Es corrupción, desorganización, falta de respeto por profesionales y emprendedores, resentimiento, etc, etc.