Una de las tantas polémicas insensatas, actos de odio e intolerancia que frecuentemente surgen en la sociedad, son los concernientes a la relación amorosa entre una pareja que no esté conformada por hombre y mujer. Entre toda la población, los medios religiosos y de grupos dogmáticos sin conocimientos científicos son quienes más atacan el tema de la homosexualidad. Esta misiva habla de la homosexualidad en particular, pero se aplica a toda la diversidad sexual en general.
Aunque a muchas personas todavía les resulte extraño ver una pareja del mismo sexo tomados de la mano o disfrutando un beso, no les da el derecho de discriminarlos, tampoco a hacerlos sentir “enfermos” o peor aún, saturarlos de palabrería condenatoria con la fábula absurda de un infierno como consecuencia de su gusto sexual. Para el hombre con pensamiento de la edad medieval: esa orientación sexual es una depravación, una enfermedad, y juzgan sin tener razones válidas o respetables. Para el ser con pensamiento abierto a las realidades y al descubrimiento: es algo explicable y de la naturaleza; la homosexualidad es natural.
Dos mujeres que se amen y quieran compartir su vida no están enfermas. La homosexualidad no es una enfermedad; la homofobia sí. Es necesario repetirle a los homofóbicos, que La homofobia es una enfermedad psicosocial, por tanto, son ustedes quienes necesitan ayuda, no los homosexuales. Gran parte de la población, fuese del grupo que fuese, siempre tuvo recelo con la homosexualidad, pero ya muchos dejaron esa actitud inmadura e insensible atrás. Solo la religión se niega a rendirse, y el cristianismo es uno de los abanderados, lo cual es obvio, pues la Biblia y su Dios son la fuente más dedicada a la homofobia. Desde llamar malditos a los hombres que se acuestan con hombres hasta recordar por medio de Pablo de Tarso diciendo que los afeminados no heredarán el “Reino de Dios”.
Cuando la sociedad fue evolucionando y creciendo, dejó de atacar a los amantes de su mismo sexo, pero aún falta que muchos maduren.
Hay dos razones simples para dejar este conflicto por el piso:
La primera es que, ellos o ellas, son así debido a su formación natural en un desarrollo que dio un crecimiento masculino o femenino desde las primeras etapas de gestación, luego el proceso hormonal y múltiples factores dan como resultado su sexualidad. Son así y seguirán siendo así, nos guste o no. Está científicamente comprobado. Segundo: si no fuese natural, ¿qué te importa?, preocúpate de las personas que hacen daño, las hay de todas las orientaciones sexuales, credos y clases sociales, preocúpate por lo que debes preocuparte; a los homosexuales déjalos vivir tranquilos, tú sigue con tu pareja y ellos con las suyas. Ámalos y valóralos sin importar con quien quieran compartir su relación. Esas son las dos razones, porque debemos amarnos y ayudarnos, y porque nadie pide de quién enamorarse, ni si va a ser hombre o mujer, ya la química y la biología abonaron el terreno. Sin embargo, la pésima educación que se imparte en la mayoría de las escuelas, en cuanto a moralidad y socialización, sumada al adoctrinamiento religioso y a la maldad y morbo humano: juegan a esconderse de la realidad.
La hipocresía y la homofobia son platos de la irracionalidad*. Amnistía Internacional denunció en 2007 que más de 70 países perseguían aún a los homosexuales y cinco los condenan a muerte. En el 2010 se calcularon 76 países donde se aplicaba la homofobia de estado (2). Se calcula que cada dos días una persona homosexual es asesinada en el mundo. En los demás lugares estos atentados son psicológicos y de burla ignorante. ¿Es esto un acto racional? ¿Dónde queda el respeto por la libertad y la vida?, ¿y el Amor? Todavía existe homofobia porignorancia, envidia, temor y prejuicios.
El cristianismo -por ejemplo- siempre está imponiendo sus dogmas como verdad, cuando tienen tantas fallas y tanto retraso en nuestra evolución intelectual. Uno de los grupos cristianos más homofóbicos es la Iglesia Bautista Westboro de Kansas, dirigida por el pastor Fred Waldron Phelps, quien ha organizado manifestaciones con tiernos carteles cristianos que dicen: “Homosexuales = perros, cásense en el infierno”. Les siguen los católicos, los adventistas, pentecostales, testigos de Jehová… Irónicamente esos grupos también están integrados por homosexuales y en los casos de algunos con trastornos, llegan a violaciones de las cuales la iglesia católica es la mayor exponente. Lejos de ese ambiente que contradice a la razón, tenemos los estudios reales y serios. Muchos intelectuales, neurobiólogos, endocrinólogos y genetistas, coinciden con las abrumadoras pruebas, importantes en la orientación sexual de los individuos. Sin embargo, para una sociedad llena de prejuicios e ignorancia, poco importa la ciencia y el progreso social.
Existen innumerables estudios y pruebas, hay referencias sencillas de llevar a todo público. Tenemos investigadores en el campo de la ciencia como Leann H. Kinnunen, Howard Moltz, John Metz y Malcom Cooper, quienes llevaron a cabo un estudio con personas homosexuales y heterosexuales sobre la acción del neurotransmisor serotonina en el hipotálamo y encontraron diferencias entre ambos grupos, lo que muestra que la orientación sexual va ligada a esta zona. El neurobiólogo norteamericano Simon LeVay ha encontrado diferencias anatómicas apreciables entre cerebros masculinos y femeninos. En investigaciones anteriores, realizadas por la neuróloga Laura S. Allen en la universidad de California, también se ha analizado y observado que en una zona específica del hipotálamo, denominada NIHA3, los cerebros masculinos difieren de los femeninos, es el área encargada de regular la conducta sexual masculina. La neuróloga descubrió que esta zona era por lo menos tres veces más voluminosa en los hombres.
A la luz de estos resultados, LeVay pensó que en esa misma zona podrían existir diferencias entre hombres homosexuales y heterosexuales, el neurobiólogo también ha investigado en profundidad sobre este tema. Él comprobó que el NIHA3 de personas homosexuales era más parecido en tamaño al de las mujeres, y en los heterosexuales (varones) fue de dos y tres veces mayor que en los homosexuales. De hecho, el informe de Leann H. Kinnunen, Howard Moltz, John Metz y Malcom Cooper, cita al señor Levay, entre varias fuentes, como la 32da reunión anual de la sociedad para la neurociencia. Estudios en ratas también han mostrado que la función de la serotonina en el hipotálamo, influye en el comportamiento sexual (3). Otros estudios han mostrado que en el mundo animal también existen prácticas sexuales entre individuos del mismo sexo. Tal es el caso de los bonobos (chimpancé pigmeo), el cual junto con el chimpancé común son las especies genéticamente más cercanas al hombre. Ya que hablamos de nuestros parientes primates (4), resulta que existen relaciones homosexuales muy comunes en los simios que viven en grupos. La homosexualidad se ha evidenciado también en jirafas, bisontes, leones, cisnes negros, carneros, gaviotas, entre muchas especies animales.
Estos estudios son importantes para esos grupos graduados en necedad, los que intentan cambiar al homosexual con señalamientos incoherentes y sin argumentos. Ellos y ellas no eligen, son así. Si vas a cambiar la genética, la biología, la naturaleza… con palabras, con señalamientos, odio, y amenazas sobre un lugar ficticio lleno de fuego… entonces necesitarás la ayuda de Zeus, Harry Potter y Hades.
En una exposición realizada en Noruega para el año 2006. El museo de Oslo exhibió fotografías y modelos de1.500 especies gays, con el título “¿Contrario a la Naturaleza?”, allí se incluían moluscos, insectos, aves y todo tipo de mamíferos en los que se ha detectado un comportamiento homosexual. Esta es una muestra muy interesante, tal como lo documentó el medio elmundo.es: “La exposición, que ha despertado un gran interés del público, pretende contribuir a la desmitificación de la homosexualidad en el ser humano, dada nuestra condición animal”.
Podríamos pasar todo el día citando estudios científicos que demuestran la normalidad y naturaleza de la homosexualidad, también podríamos contrastarlos con estudios que se hacen pasar por “ciencia”, pero que solo son resultados subjetivos de los caprichosos investigadores con un sesgo medieval acomodado a su creencia. No es necesario. Los puntos expuestos son claros, además, pueden y deben sentirse libres para investigar en la academia de ciencias, en la historia y, mejor aún, ser honestos y comprensivos al respetar la orientación sexual, por simple sentido común. Ellos y ellas se aman, no puedes luchar contra eso.
El Vaticano condena cualquier relación sexual que no sea entre hombre y mujer, los profetas autoengañados de las demás organizaciones cristianas también. Quien no lo haga está evadiendo el mandato de Dios. La Biblia y las órdenes crédulas son claras, no solo en Levítico 20:13 como botón de muestra para el antiguo testamento, o en el nuevo testamento con 1 Corintios 6:10 y un broche de muestra en Romanos 1:26-29, donde además de señalar a la mujer como un “uso natural para el hombre”, se les recuerda a los Romanos que entre muchos actos: Como no ser creyente, desobedecer a los padres o ser homosexual convierte a las personas en dignos de muerte. Todo esto contando la historia patética del chisme que repetían los judíos sin saber de que hablaban. Por este lado, el Cristianismo no sabe qué es la madurez, y solo le da paso a los discriminados cuando quieren que vayan a sus iglesias, les dan paso para parecer “tolerantes”, pero están retando a su Dios. ¿Cómo?, ¿no es cierto?, lean sus Biblias, no lo hacen y por eso no saben muchas cosas. Lean sus escrituras o pregúntele a Monseñor Córdoba, pregúntele al papa, a Cash Luna, a los predicadores evangélicos de todo color.
Bien, entonces ¿qué hacer con el tema de la homosexualidad? Tratarlo con honestidad, con cariño, respetando sus gustos, ya que son parte de su naturaleza. Las respuestas se buscan y se encuentran, hay que pensarlas, razonarlas a la luz de los nuevos descubrimientos científicos y de los derechos humanos, en lugar de recurrir a las contradicciones, incoherencias y mitos de las escrituras de hombres supersticiosos de siglos atrás.
Todos debemos respetarnos cuando es debido y merecido, amar y contribuir al desarrollo humano. Así como a mí me encantan las mujeres y las mujeres se sienten atraídas por hombres, los que tienen esos estímulos hacia el mismo sexo tienen sus patrones justificados. Dejemos los señalamientos damas y caballeros, ellos también sufren cuando reciben odio, ellos y ellas sufren más. Mientras no perjudiquen a otra persona, mientras que sea un buen ciudadano, una buena amiga, una persona que colabore en este mundo y no haga daño, ¿qué problema existe? Además, no podemos olvidar que el mayor señalamiento lo llevan los hombres, ya que en esta sociedad de moral artificial y machista, cuando ven a una pareja masculina se asombran y manifiestan un gesto de asco, pero, cuando ven a dos mujeres besándose les parece “Sexy”, y de hecho, disfrutan comprando vídeos y películas donde mujeres se tocan y se besan, se sientan a ver mujeres teniendo sexo entre ellas y les parece muy emocionante; allí se les olvida su fobia a estos actos, pues el morbo puede más que sus reproches solapados, ¡hipócritas! Dejemos las batallas sin sentido. Piensa, ama, vive aquí y ahora. La naturaleza nos formó, la sexualidad en plantas, animales y humanos: tiene variantes, todas normales.
«La Biblia está en contra, Dios está en contra, yo estoy en contra, y si ustedes tienen a Dios en su sitio, ustedes están en contra. Me imaginé una salida, una manera de deshacerse de todas las lesbianas y los homosexuales… Construyan un gran cerco… pongan a todas las lesbianas adentro, vuelen por encima y tírenles comida. Hagan lo mismo con los homosexuales y asegúrense de que la barrera sea electrificada, para que no puedan salir… ¿Y sabes? en unos pocos años van a morir. ¿Sabes por qué? Porque no pueden reproducirse».
–Charles L. Worley, cristiano, pastor bautista de la iglesia Providence Road, Carolina del Norte. Predicación, 13 de mayo de 2012.
* Este artículo es parte de un capítulo de mi libro: Notas rebeldes para un mundo sumiso.
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– Cristhian Meneses (Colombia, 1985). Escritor, actor, activista y docente. Autor del libro: Notas rebeldes para un mundo sumiso. Disponible en Amazon:
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Para leer algunas páginas de muestra pueden dar clic en la opción «Look inside» en la tapa del libro.
Notas:
(1) http://soyperiodista.com/noticias/nota-17049-horror-la-ignorancia-compartida
(2) http://www.ambienteg.com/integracion/76-paises-practican-la-homofobia-de-estado-y-en-5-de-ellos-se-condena-a-muerte-a-los-gays
(3) http://www-news.uchicago.edu/releases/03/differential-brain-activation.pdf
(4) http://soyperiodista.com/noticias/nota-14151-una-nueva-muestra-de-la-realidad-el-genoma-de-nues