Hoy me acordé de las peleas de perros.
Sí, esas peleas donde ponían a un pobre par de perros a entrase a diente limpio hasta que uno de los dos se moría.
Los mismos amos los azuzaban para que se arrecharan más, mientras apostaban bastante plata. Y los que estaban viendo la pelea desde afuera también apostaban, muchos le apostaban a los dos perros porque era la forma de salir ganando siempre. Todo el mundo salía ganando, menos los perros. Hasta el amo del perro que salía muerto le había sacado tanta plata al pobre perro que ya no le importaba. Y el dueño del perro que ganaba lo seguía alimentando y cuidando, pero sólo porque le daba ganancias. Qué persona que quiera a su perro lo va a poner a pelear para ganar plata.
Menos mal que eso ya no es legal. Y al final descubrieron que todas las razas de perros son buenas, que los perros son todos en esencia buenos. Igual hay que cuidarse de aquellos amos a los que todavía les gusta ganar plata a costa de sus perros.
Ahora si quiere leer otro cuento, donde dice «perro» ponga «pueblo».
@despolarizando