Yo creo, que hace falta liderazgo a la oposición, eso es definitivo, pero también creo que la oposición venezolana es come flor y macilenta, que busca siempre un mesías que la lleve por todos los caminos. Creo que la oposición venezolana anda y se siente como una huérfana que nunca tuvo un padre o una madre en quien confiar, que se ha visto traicionada y violada por los “tutores” que ha tenido y que ve a Capriles como una especie de figura paternal, que tiene que agarrarla de la mano para sortear una infinidad de dificultades.
Y eso no esta bien.
Estamos igual que los chavistas cuando Chávez! Toda esa masa de gente lo veía como un dios bajado a la tierra a blandir su espada contra el capitalismo salvaje que oprimía a las clases bajas que no tenía progreso.
Capriles no comulga con esa idea (a mi modo de ver) Yo creo, a lo mejor me equivoco, que Capriles tiene otra visión. Pienso que él esta actuando como debe ser. Y digo esto porque leí hace poco un artículo (CAPRILES, O ESTÁS CON LA DICTADURA O ESTÁS CON VENEZUELA, PUNTO) publicado aquí mismo, en el cual el autor esta convencido de que el susodicho tiene que fijar posición y ser mas activo con la oposición
Yo pienso que la oposición venezolana tiene que ser independiente y adulta (ya tiene 15 años de experiencia) no esperar a ninguna figura mesiánica, y estar preparada para seguir siendo oposición una vez que algún candidato opositor gane la presidencia, y no por joderle la existencia, si no porque siempre va a hacer falta fiscalizar, es como dice el dicho, “el ojo del amo engorda el ganado” Esta prohibido enamorarse de ningún personaje, esta prohibido endiosarlo, porque ahí empiezan a enamorarse solos y cuando hagan algo que no les gusta lo van a odiar.
Hay que ser objetivos, lucir la madurez que hemos debido ganar en todos estos 15 años y hacer oposición con inteligencia, sin melodramas ni enamoramientos falsos, ni endiosamientos porque eso nos puede costar el futuro del país y de nuestros jóvenes. Y ya esta bien de rodar y darse con la misma piedra tantas veces.
