El cambio constante de la sociedad ha impulsado las conductas e interacciones sociales del ser humano, manifestándose nuevas necesidades y métodos comunicacionales han surgido nuevos medios alternativos. En tiempos remotos el hombre dependía únicamente de su propia voz para difundir sus propias ideas, todo ello fue cambió cuando surgieron nuevos medios con el paso del tiempo, otorgándole al ser humano herramientas para la difusión de idas según fuera su objetivo.
Pese a ello, los medios no comprendían una completa interactividad entre los televidentes o escuchas, fue hasta principios de 1980 cuando se empezaron desarrollar las primeras bases del Internet y fue en los 90 cuando posteriormente, se asentaron las directrices y popularización de la World Wide Web. (WWW). A partir de aquella década, un fenómeno pensado en macro como era el Internet evolucionaría hasta el concepto conocido hoy en día. Dicho espacio fue creado por un grupo de expertos y con la intención primordial de compartir contenido con un carácter abierto, revisado y jerarquizado.
A medida que el tiempo marcó el desarrollo de Internet como medio alternativo, más herramientas y espacios surgieron en la red; abarcando sectores de marketing (comercialización) y publicidad, redes sociales y convocatorias aisladas a movimientos sociales a partir de un entorno común. Las redes sociales surgieron como un reflejo de la jerarquía y relaciones sociales transferidas a un ámbito en la red, una forma de representar la relación de las personas tiempo real de forma alternativa a los medios ya planteados.
Cabe destacar que para el año 2012, la agenda de Tecnologías de la Información (UIT) adjunta a la ONU señaló que para aquel año el uso de la telefonía móvil alcanzaba alrededor de 6410 millones, mientras los usuarios de Internet se establecían en 2000 millones. Este impacto y crecimiento de la red dio oportunidad a los usuarios de desarrollar estrategias y técnicas para difundir un mensaje de carácter social que influyera en un conflicto y que buscara participar en el mismo, éste fenómeno aparente en la red se contempló como ciberactivismo.
Al hablar de ciberactivismo involucra un conjunto de métodos asociados a la comunicación social enfocada a redes sociales, que busca poner en marcha procesos de acción de referente social, como es el caso de no incluir promociones a lógicas mercantilista e involucra también todas las acciones que tienen como objetivo la visibilidad de problemáticas que no están en la agenda pública; el ciberactivismo se apoya fundamentalmente en el reforzamiento de vínculos de lealtad y confianza en la red, abarcando no sólo la difusión de mensajes claves en redes sociales, sino también, la divulgación de mensajes a través de la telefonía móvil, los correos electrónicos y otras herramientas que constituyen la Web 2.0.
Por otra parte, es necesario aclarar que el ciberactivismo no surge de manera “aleatoria” sino que trabaja en pro de un apartado social en donde se hace seguimiento de una situación conflictiva o en ciernes. Algunos casos específicos destacan a partir de este movimiento que ha ido aumentando los últimos años como por ejemplo fue el caso del #OpCashBack una tendencia que animaba a los estadounidenses a extraer su dinero de los bancos principales a bancos minoritarios, siendo un apartado fundamental casos alrededor de la vulneración de derechos humanos. Es allí donde las redes y plataformas como Change.org y Avaaz constituyen convocatorias para promover acciones comunitarias con repercusión digital y real, donde se amplifica el mensaje de un colectivo social y se transforma el escenario social, brindando más alcance a la causa señalada.
Por último, el ciberactivismo plantea como pilares de su metodología la documentación (recopilación y análisis de material informativo y multimedia), en segundo lugar la existencia de un discurso y línea que exprese un lenguaje adaptado a los objetivos, en tercer lugar la planificación de herramientas y no menos importante la visibilidad parcial de las acciones en pro de una proyección. El desarrollo de esta estrategia dependerá del movimiento y pertinencia social, así como también del nivel de impacto de los mismos. Estas acciones de ciberactivismo abarcan lugares de todo el mundo a través de la red, destacando lo fundamental y clave en la constante lucha y mantenimiento de los derechos humanos.
