Por: Alfredo Pérez
«Donde hay poca justicia es un peligro tener razón.”
Bertrand Russell
Luego de escudriñar durante varias semanas algunos datos y estadísticas, un recreo inusual proveniente quizás de alguna miga académica, logré cotejar algunas imágenes importantes de este tema tan peliagudo; y antes de abordarlo e iniciar cualquier análisis métrico, vale la pena traer la siguiente cita de George Bernard Shaw: “La estadística es una ciencia que demuestra que si mi vecino tiene dos coches y yo ninguno, los dos tenemos uno».
En su mensaje anual a la Federación de 2013, el Presidente Barack Obama, solicitó una vez más una legislación sobre el control de armas y la violencia. Un año ha transcurrido y parece que esta ley está más sepultada que nunca. Estados Unidos es el país con el mayor porte de armas per cápita y su índice de homicidios por arma de fuego es de 3 por cada 100,000 habitantes. Esta cifra se ubica muy por debajo del índice de Honduras, país con la tasa de homicidios mas alta en el mundo, 68 por cada 100,000 habitantes (al 2013). En esta dimensión el análisis parece lineal considerando el umbral de desarrollo existentes entre Los Estados Unidos y sus vecinos Latinoamericanos, sin embargo cuando examinamos cuidadosamente estos índices por Ciudad o por área Metropolitana, nos encontramos con una varianza significativa, veamos.
La investigadora Zara Matheson del Instituto “Martin Prosperity” con sede en Toronto-Canadá, compiló una serie de datos de la Oficina para la prevención de Drogas y Delincuencia Internacional (conocidas por sus siglas en Inglés UNODC, United Nations Office on Drugs and Crime) y otras fuentes. Este interesante mapa muestra el índice de homicidios a un nivel más atomizado de algunas Ciudades Norteamericanas en comparación con otras del mundo, tomando la base de 100,000 habitantes (ver figura 1). Es importante destacar que estos datos representan el índice de homicidios al 2013 y no otros datos relacionados que hacen difícil su estudio e interpretación.
Figura 1. Mapa elaborado por Zara Matheson del Instituto “Martin Prosperity”
El primer dato que salta a la vista es el caso de la ciudad de Nueva Orleans, con un índice muy cercano a Honduras, 62.1 homicidios por cada 100,000 habitantes, es decir si esta ciudad fuese un país sería el segundo más peligroso detrás de Honduras. El otro dato significativo, por razones obvias, es el de la Ciudad de Washington, cuya tasa de homicidios supera a la de Brasil. Si nos movemos en el espectro inferior encontramos entonces que las Ciudades de San José y Austin se equiparan con Países como Albania y Camboya. Una ciudad que pareciese inofensiva como Búfalo, posee una tasa equiparable a la de Panamá. Bien si abro un foro en este punto saldrían al tapete toda clase de interpretaciones poblacionales, comparativas y demás, no obstante es simple observar que estos datos son elevados y contrapone a la vocería tracicional.
Quizás el gráfico que se muestra en la figura 2 elaborado por la Socióloga de la Universidad de Duke, Kieran Healey, y publicado en el Washington Post por Ezra Klein, podría ayudar a comprender otra dimensión relativa. El mismo establece el cotejo de homicidios con países considerados desarrollados y pertenecientes al llamado club OCDE(1), excluyendo a México y Estonia. Se distingue a Los Estados Unidos como el país más violento (ver línea azul), al mismo tiempo se infiere que no es un fenómeno nuevo ya que el punto más alto de la curva se encuentra entre los años 70 y 80. Como aspecto positivo se observa un tendencia decreciente a partir del inicio de la década pasada.
En debate sobre el control de armas en Los Estados Unidos es un tema muy complejo y tristemente politizado. Es difícil determinar una correlación o tendencia lineal entre las variables, no obstante El Centro de Investigación de Control y Daños de la Universidad de Harvard ha encontrado suficientes evidencias que indican que mientras más armas existan habrán más homicidios en consecuencia.
Figura 2. Gráfico tomado del estudio de Kieran Kelly
Richard Florida del Instituto “Martin Prosperity” y Editor del medio “The Atlantic Cities” ha realizado estudios más detallados de los datos anteriores y observa que el número de muertes por arma de fuego es mayor en aquellos estados con un nivel de pobreza más alto y de menor ingreso familiar, asimismo en Los Estados de mayor número de trabajadores catalogados como obreros (blue-collar worker). Estas cifras se enmarcan en el entorno Norteamericano y no se observa en otros países, como es el caso de Venezuela, cuyo índice de pobreza ha disminuido en los últimos años pero la tasa de homicidios se mantiene en un nivel elevado. Contrariamente estos índices son inferiores en aquellos Estados con un número mayor de egresados Universitarios o aquellas economías basadas en conocimiento.
Continuando con las observaciones de Richard Florida, la desigualdad y desempleo en Norteamérica ha venido en incremento y son una fuente de angustias e incertidumbre, especialmente en el ámbito financiero, sin embargo no se evidencia alguna correlación significativa y concluyente. No obstante la posición económica juega un papel central en el índice de homicidios por arma de fuego en las áreas metropolitanas que en los Estados. Las zonas metropolitanas con mayor número de habitantes, tienen un menor número de muertes por arma de fuego, en todas sus formas (incluyendo suicidios), esto explica y pondera las métricas globales. La Educación también juega un papel importante que compensa a dichas cifras.
El factor racial es otro elemento a considerar. Según el Centro de Prevención y Control de Enfermedades (CDC). Una persona de origen caucásico es 5 veces más propensa a cometer suicidio que ser asesinada con un arma de fuego, caso contrario sucede con la población afroamericana, por cada individuo afroamericano que comete un suicidio, 5 mueren asesinados por otras personas con arma de fuego. Recomiendo la lectura del artículo “The Geography of U.S. Gun Violence” de Richard Florida publicado por “The Atlantic Cities” en Diciembre de 2014, para obtener más detalles y correlaciones de interés.
El otro lado del crimen y la violencia, tiene que ver con un elemento perceptivo, a pesar de la disminución de los índices asociados con la violencia y crimen, tal y como se refleja en la figura 2, los Norteamericanos perciben que el problema ha crecido. Este factor negativo puede estar asociado al trato inadecuado de los medios de comunicación y otros tales como las infaustas masacres en Escuelas y Universidades en los últimos diez años.
¿Podemos inferir entonces que Los Estados Unidos es el país más violento del mundo?. Desde mi ángulo la respuesta es negativa, los índices y cuadros analíticos son de cuidado y es menester usarlos adecuadamente ya que no se pueden establecer correlaciones o conclusiones axiomáticas en este tema, sin embargo su estudio permite una mejor comprensión de la realidad, acción ciudadana y defensa contra la implacable polución mediática.
Alfredo Pérez
Lansdale, PA, EE. UU.
(1) Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), es una organización de cooperación internacional, compuesta por 30 Estados, cuyo objetivo es coordinar sus políticas económicas y sociales