Esto es reconocido hasta por los Chavistas, en la cuarta república había más seguridad, los Adecos si tenían controlada la delincuencia. Chávez llega al poder y la delincuencia se dispara. La *ineficiencia* o complicidad para no luchar contra la delincuencia de Chávez y ahora de Maduro, unido a la brutal represión de las protestas, utilizando civiles armados afectos al régimen, son los principales motivos para exigir la renuncia de Maduro.
El fin de la oposición está en sacar al gobierno del poder, eso significa ser opositor. Si usted es opositor y desea dialogar con el gobierno, pues le quedará mejor unirse al gobierno, ya que al reunirse con este, automáticamente lo legitima, lo afinca en el poder. Si usted colabora para que el gobierno continúe en el poder, no es opositor, usted es más pro-gobierno.
Maduro insiste en llamar al diálogo. Necesita oxígeno y la MUD le lleva una bombona full de oxígeno. El que no esté asfixiado e indignado aplaudirá el dialogo, ¿Qué tal si usted que se alegra con el diálogo le hubieran asesinado a un familiar o amigo? Se supone que usted no debe sentarse a charlar, su deber es luchar para que el gobierno renuncie. Porque si piden la renuncia de un ministro cuando hay un incendio en un almacén, ¿Por qué no piden la renuncia de un presidente cuando este es *ineficiente* con la delincuencia y apoya a civiles armados? Alguien tiene que sufrir un retardo mental, o usted no tiene retardo mental, y solo ha sido alcanzado por el juego psicológico del gobierno.
Usted no desea dialogar con su agresor, usted desea que en un tribunal de la república, la justicia castigue al agresor. ¿Quiere paz? Haga una lucha para que regresen, y también vengan nuevos jueces y policías que en la cuarta república no alcahueteaban a los delincuentes, ni apoyaban a los civiles armados pro-gobierno. Sé que todo no era perfecto antes de Chávez, pero piense un momento. ¿Cuándo había más seguridad, antes o después de Chávez? Engañarán a los niños y adolescentes, a los viejos no. Existen muchos policías que no toleran la debilidad, ni las lisonjas a los delincuentes, esos policías esperan por un cambio de gobierno. No colabores con ese hipócrita diálogo de intereses económicos.
Tenga rabia con inteligencia, tenga indignación. Tenga dignidad.
Si usted también está alegre y come cotufas viendo el “diálogo,” piense en su alegría cuando un delincuente lo consiga en la calle, ande, escape y vaya por otra calle, tal vez allí lo espere un colectivo.
