Respetado Hany Kauam,
Estoy seguro que no me conoces y no creo que te interese conocerme, la única cercanía que tengo contigo es que tú naciste a 45min de donde yo me crié. Adoro a la gente de Ciudad Bolívar, aman su tierra, su cultura y les duele cuando no la atienden o respetan, pero ese es otro tema. Quizás otro punto común que tengamos tú y yo es que nos gusta la música, y aunque es algo muy genérico, creo que por algo se empieza, aunque debo confesarte con pena que nunca me ha gustado tu trabajo, no porque sea malo, sino porque no es mi estilo.
Cuando saliste del closet político la verdad no me importó mucho, en gran medida me dio igual: todo el mundo tiene derecho a manifestar su inclinación política y debe ser respetado, el problema viene cuando tal manifestación no es sincera, pero dudo que ese sea tu caso.
El motivo por el que te escribo es para hablarte sobre tu faceta de fotógrafo, la cual (aprovechando que te hablo con plena sinceridad) me parece que no es tu fuerte… De hecho eres terrible para eso. En los últimos meses te has dedicado a regalarle a tus seguidores fotos escatológicas argumentando que la mierda es arte (esa fue tu primera hazaña, si la memoria no me traiciona), desnudo sacando orgullosamente tu barriga (esa me dio risa, lo admito) o sentado en la poceta mensajeando, usando sombrero de vaquero y sostenes (esa me dio más risa, lo digo con pena), ¿las razones por las que te tomas esas fotos?: ni las sé ni me importan, puedo suponer que es una estrategia publicitaria, porque te da la gana o porque has estado ingiriendo algún tipo de sustancia que por lo que veo, te dotaría de una enorme confianza en tus acciones. Pero no vale especular, no es mi interés saber lo que te ha movido a hacer eso. Repito: no me importa. Lo que sí es claro es que has generado muchas risas con esas fotos sumamente ridículas, a unos les ha provocado criticarte salvajemente y otros ni se han preocupado por opinar porque consideran que no merecen atención.
Pero Hany, yo lo veo desde una perspectiva diferente.
Cuando tú dijiste abiertamente tu posición política, alrededor de un año después, otras celebridades nacionales hicieron lo mismo. Como el caso de Roque Valero y Winston Vallenilla. La cuestión es que estos últimos no siguieron siendo ellos una vez dieron a conocer su pensar, ellos cambiaron, cambiaron como cambian muchos cuando saltan al otro lado: se volvieron prepotentes, arrogantes y groseros: insultan con frecuencia, atacan a más de uno y arman shows y pataletas en plena TV y a veces hasta en cadena (con esto no ignoro que a ellos también los han atacado). Y yo la verdad, viendo eso, comienzo a no rechazar tanto tus alocadas e incoherentes manifestaciones fotográficas: cuando ellos optaron por agredir, tú preferiste hacer el ridículo con clase, simplemente decidiste hacer eso y ya: no ofendiste, no maltrataste (aunque tal vez causaste uno que otro daño psicológico), no atacaste ni te burlaste… Preferiste recurrir a esas absurdas fotos que bien sabías provocarían risas (así sean de burla) en vez de agredir apoyado en la arrogancia.
Me quedo con la mofa, la risa, la broma, la joda, la burla hacia uno mismo antes que con la soberbia, el complejo de superioridad, el falso discurso y la hipocresía.
Has decidido hacer eso y nos has dado un momento de risa (sí, a costa suya, pero al fin y al cabo, risa) a TODOS por igual: blancos, rojos, azules y morados hemos reído y compartido tus fotos para hacer reír a otro… Yo, esa pendejada, la agradezco. Más aún en estos tiempos.
Quizás muchos amigos opositores no entiendan mi razonamiento, pero en estos días hasta la más pequeña risa es un bálsamo para nuestras golpeadas almas.
No te pediré que sigas tomándote esas fotos porque sería un maquiavélico consejo de mi parte, lo que sí te pido como mínimo es que no caigas en el odio, porque en este país un loco vale más que mil resentidos.
Sigue haciendo lo que te place sin dañar al otro.
Gracias por leerme.
Neomán Rincón Navea
@EpaleNeo