Profesemos lo divulgatorio y geométrico. Visitemos lugares recónditos y vilmente engañemos, para salir huyendo una vez más. La desorientación debe ser parte de nuestro legado; debe ser nuestra última herencia. Así es y así seguirá siendo hasta que la profundad no engulla gustosamente. Creo en aquello y en esto. Vivamos por la obviedad del entendimiento.
Soy Hijo de tus Manos.
Se debe cuadricular lo simple y definir lo ajeno. Este el el primer y último paso. Obremos sin cesar y con ansiedad. Recordad el fin último y el recuerdo que dejaremos tras de nosotros. El vacío sera también memoria. Seamos ajenos a nosotros mismos, desde el principio. Perdonemos a los no iniciados, pero al mismo tiempo aborrezcan. Mas vale escribir que cantar. Os interrogo y no sabéis responder. Esa es la idea. Estos son los objetivos. Recemos antes que lo imperturbable despierte.
Adaptemos, evolucionemos, construyamos y destruyamos. He allí el origen de la función y del tiempo. Hablar y hacer, es experimentar; así me fue transmitido y así os lo transmito. Pero lo que me fue dicho es erróneo, aunque lo que os digo es perfecto. Oigo la naturaleza del compromiso. Busquen entre ustedes quien me traicionará y recompénselo. Yo haré lo mismo, y me traicionaré. La verdad divaga inútilmente, a través de este finito universo. Aburridas sean las temáticas y aburridos sean los sistemas, por siempre.
Fortuna nunca es igual a intención. Seamos sublimes. Entremos a través de las ideas. La sugestión es el arte del perdón. Así seremos fuego y orden de la Iniciación. He allí el dilema con respuesta. Ante todo esto, que debe ser entendido, y capaz comprendido, generoso debe ser el argumento de vuestro comportamiento.
Seamos el método.
(Imagen: Don McCullin)