Hace unos días me embarqué en un viaje de Trujillo (Valera) a la capital Caracas, consideré irme en avión ya que por supuesto es más rápido y cómodo; sin embargo, mi opinión cambió al ver que los boletos nacionales han aumentado tanto como los internacionales y para un joven estudiante es necesario ahorrar gastos. Debo resaltar que el terminal de Valera esta como siempre, es decir, en pésimas condiciones.
Durante el viaje se me vinieron a la cabeza varias cosas, la primera fue que en el estado Miranda, en Valencia y Puerto Ordaz se ha “tratado” de implementar el sistema ferroviario nacional para facilitar el traslado de pasajeros; pero estas obras llevan años solo en planificación por lo que aun no están disponibles, con la excepción del tren que une a Caracas con Cua en el estado Miranda. La pregunta es ¿por qué estas obras han tardado tanto?
La segunda fue que en otros países como en el caso de Francia, subiéndote a un tren puedes recorrer cómodamente todo el territorio del país y de hecho, con otro puedes viajar fácilmente a Alemania y Holanda con solo tener tu pasaporte y esto solo por mencionar un ejemplo. Estos pensamientos me llevaron a la tercera y última idea, con un tren que cubra la región de los Andes (Táchira, Mérida y Trujillo) y que también cubra Lara, Yaracuy, Carabobo, Aragua y Caracas, podrían evitarle un viaje de 10 horas (y hasta más) a millones de personas porque el periplo se reduciría a solo 2 o 3.
Y no olvidemos que con nuestros recursos naturales como el petróleo, que ha vuelto millonarias a tantas personas, podríamos construir un país desarrollado y moderno con opciones de viaje agradables, económicas, rápidas, seguras y accesibles para cualquier ciudadano. Ahora bien, estas obras no se hacen realidad porque los intereses personales están por encima de las necesidades de los venezolanos y esto es una lamentable realidad.
Escrito por Luis José López Delgado