Contexto Usemista: oportunidad de oro.

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Las principales universidades de Caracas –Simón Bolívar, Católica, UCV, Metropolitana- siempre se han preguntado cómo la Universidad Santa María, siendo una casa de estudios cuya matrícula es inmensa, no ha tenido una participación relevante en el activismo político-estudiantil, pero desde el primer día de las protestas de febrero los estudiantes usemistas hicieron acto de presencia en distintas posiciones estratégicas al momento de salir a la calle. La universidad ha aportado líderes dentro de las llamadas ‘guarimbas’; ha aportado escritores y periodistas, además de paramédicos que estuvieron 24 horas en campamentos atendiendo a los heridos por la brutal represión, y esto le ha dado un impulso al estudiante promedio para exigir el cumplimiento de lo establecido con la institución y sus autoridades. La comunidad usemista está adoptando una cultura de protesta tardíamente, pero necesaria para lograr sus objetivos.

La vida universitaria durante la década pasada se caracterizó porque se incrementaron –junto con la inseguridad generalizada en todo el país- los robos a mano armada, principalmente en la parada de autobuses y dentro de ellos. Esto generó puntuales y contadas protestas, pero no trascendieron ni tuvieron importantes repercusiones.

Durante el período académico de verano del año 2012 se activaron de nuevo las protestas; esta vez por la consecuente escasez de agua, además de la deficiencia en otros servicios y el deterioro de las instalaciones. Fue esto un precedente importante para abrir un año 2013 que fue sumamente convulsionado para el país, donde toda la problemática interna se mantuvo latente y las condiciones políticas se agravaron, dándonos un clima más violento generalizado. Los robos continuaron. El 23 de enero de 2014 un estudiante de Comunicación Social y un malviviente atracaron con cuchillos un salón de clase. Ambos fueron interceptados por otros estudiantes y el personal de seguridad en la feria de comida de la Universidad generando un gran revuelo y atención mediática. Actualmente se encuentran acusados del delito por la fiscalía y recluidos en Tocorón.

Estos hechos son solo un precedente. En estos momentos la Universidad se encuentra convulsionada por los problemas que la afectan desde hace tiempo. Durante esta semana, los estudiantes de odontología paralizaron las clases y bloquearon los accesos a la Universidad por la escasez de agua, que les impide hacer las prácticas médicas pertinentes a su carrera. El jueves 12 de junio dos estudiantes de contaduría -Mariana Vivas y Manuel Cisneros- resultaron heridos de bala durante un atraco en una unidad de transporte, aproximadamente a las 7:30 PM. Cuando la ambulancia de la Universidad los trasladó a la clínica –mis disculpas, desconozco cuál- ninguno pudo ser atendido bajo el seguro médico de la Universidad por no encontrarse al día. Este seguro es pagado junto con la matrícula del semestre.

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La Universidad Santa María tiene una amplia historia de mediocridad y corrupción administrativa. Muchos recordarán el caso de Blanca Ibañez, amante del recién fallecido expresidente de la República Jaime Lusinchi, de la que se conoció tenía un título de Abogado comprado a esta universidad por él. Por muchos años, la Universidad cayó en la infamia por este caso. Fue conocida como ‘Santa Piratería’ además por las inconsistencias de los profesores al impartir materias y por los supuestos abusos que se cometían en contra de los alumnos: extravío de notas, depósitos y documentos personales, reprobar a los estudiantes por líos de faldas o problemas personales, sobornos, acoso sexual, y pare de contar.

Los rumores sobre las andanzas de las autoridades corren por los pasillos sin luz y enturbian el ambiente como el aroma de los baños sucios y secos. El viento frío que pareciera venir desde el Ávila no se lleva los comentarios. Frecuentemente se desatan todo tipo de teorías; como la que dicta que el misterioso dueño de la institución universitaria, Humberto Petricca, es una de las pocas personas en Venezuela que pueden firmar documentos con el color de su preferencia, aparte del clásico ‘Es amigo cercano de Diosdado Cabello’ o ‘Es testaferro de Diosdado’.

¿Y cómo no echar a volar la imaginación si la falta de comunicación entre autoridades y alumnos es grande? ¿Cómo no pensar lo peor si se toman en cuenta las irregularidades administrativas y académicas que ocurren día tras día en la USM?

Con mucha más razón al leer la investigación que hace el periodista Juan Ávila para el semanario 6to Poder sobre la famosa banda Los Enanos, grupo de crimen organizado que según las evidencias está involucrado en estafas, sobornos, extorsión, fraudes, compras de medios de comunicación, entidades bancarias y empresas aseguradoras. La banda está señalada como la responsable de acabar con gran parte de las reservas de dólares del país a través de los ya nombrados delitos.

Según el trabajo periodístico, Carlos Enrique Peña, vicerrector administrativo de la Universidad Santa María, “cumplía con una función estratégica debido a sus estrechos vínculos con jueces y magistrados que se formaron en la casa de estudio que representa.” El reportaje indica que Peña fungía como ‘palanca’ para que este grupo delictivo llevara a cabo sus negocios.

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Finalizo estas necesarias líneas lleno de expectativas para los días venideros, pero también con muchas dudas sobre si la estructura administrativa y académica –empezando por sus autoridades- de nuestra casa de estudios puede lidiar con la responsabilidad de cambiarse para bien.  ¿Tenemos lo necesario? Que la fiebre mundialista nos deje.

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PD: Aprovecho la oportunidad para invitarlos a seguir la cuenta de Twitter @Usemistas. Una cuenta seria, prudente, responsable, oportuna y frecuentemente actualizada. Valga la cuña.

También para recordarles que este lunes 16 a las 8:30 am se realizará una asamblea estudiantil en la PLaza Central.

Luis Esparragoza, estudiante de Comunicación Social.
@Subjetivo92

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