Un feriado inusual

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Valencia, 04 de julio de 2011

 

Había pasado 2 días de relax en Cuyagua, aislado de todo y de todos, sin Internet, radio o TV, solamente mi tabla, mi carpa y yo. Al llegar a Valencia el domingo me había enterado del decreto que declaraba el lunes como día no laborable pero decidí aprovecharlo para adelantar algunas cosas en la oficina, estuve allí hasta pasadas las 3 de la tarde, de regreso a casa no había tráfico. Ese feriado improvisado por el gobierno para distraer la atención de la enfermedad del Presidente parecía caído del cielo en ese preciso instante, pues pocas veces había logrado ir de la oficina al apartamento en unos diez minutos, tome un almuerzo frugal y me acosté a dormir.

 

Desperté pasadas las 7 pm, encendí la TV y no había señal de cable, me fui a la PC para revisar el correo y no tenia Internet, intenté sintonizar los canales de señal libre, genial una fucking cadena mencionando los logros del gobierno en el área de salud, intenté revisar mi Twitter desde el móvil y tampoco pude hacerlo, me empezó a parecer sospechoso el no poder acceder a la información de ninguna manera, tomé el teléfono para llamar a mis padres y se hizo imposible, la línea estaba muerta, me empecé a preocupar, esta caída de los medios de comunicación no podía ser casualidad, inmediatamente recordé la situación en la tarde el once de abril del 2002, “ah carajo” pensé “será que  hay un golpe de estado y no me he enterado”, algo nervioso intenté de nuevo llamar a mi familia y el teléfono seguía sin línea, decidí salir e ir a casa de los viejos a ver como estaban, total era preferible que si pasaba algo me quedara acompañándolos que encerrado en el apartamento, me vestí velozmente, tome las llaves del carro y salí, fui al carro y arranqué.

 

Apenas tomé la avenida Universidad, justo en frente del CDI me conseguí con una congestión inusual para lo tranquilo que estuvo el día,  había gran cantidad de personas manifestando en frente gritando consignas que no alcanzaba a entender, en el momento no me percaté pero era obvio que algo no era normal, las personas protestaban a las puertas del CDI de frente a este y no en frente del cuartel Paramacay que quedaba al cruzar la avenida, que es en donde tradicionalmente la gente solía protestar hace unos años dada la polarización política que existía y lo fuertemente asociados al gobierno nacional que estaban los militares, no habían pasado un par de minutos cuando sin haber avanzado mas de unos pocos metros y sin posibilidad de retroceder pues ya habían vehículos detrás de mí, escuché tiros muy cerca, la manifestación se transformó en una estampida de personas gritando y corriendo en sentido contrario al CDI, instintivamente me arrojé al asiento del carro y tras un instante en una decisión inspirada mas por la adrenalina que por la razón decidí salir del carro y ver que estaba ocurriendo.

 

Al lograr divisar que ocurría frente al CDI las imágenes fueron confusas, los tiros eran de los militares pero no hacia los manifestantes, los jóvenes uniformados disparaban contra una horda de personas de andar irregular, lento pero constante que venían saliendo de la unidad de atención medica, no emitían  palabras inteligibles sino unos extraños aullidos mas parecidos al sonido de una bestia que a gritos humanos, entre ellos podía ver no solo a civiles, sino a gente con ropa de médicos e incluso a un par personas vistiendo uniformes militares, los soldados les disparaban sin cesar pero seguían avanzando torpemente a pesar de parecer seriamente heridos.

 

No podía creer lo que veía, parecía una escena sacada de una película de George A. Romero, “ZOMBIS, no puede ser, eso es imposible, un ataque de zombis no puede ser real” pensé inmediatamente. Mi mente racional y escéptica de ingeniero no podía concebir algo tan sobrenatural estuviera ocurriendo, sin embargo el instinto me hizo correr en dirección contraria al tiroteo y a lo que parecían ser zombis atacando.

 

Corrí por la avenida en sentido contrario al igual que muchos pero  no mas de un kilómetro pues divisé a lo lejos que venia otro grupo de personas corriendo hacia nosotros, evidentemente algo similar había ocurrido al norte de donde estaba, quizá en el ambulatorio de Insalud de Naguanagua. Viéndome acorralado solo pensé en saltar la cerca del fuerte militar y afortunadamente los soldados tenían preocupaciones más grandes que vigilar  el perímetro. Salté la misma y creo que otras personas me imitaron, no se que fue de ellas pues solo corrí hacia el oeste hasta que tuve aliento, cuando no pude mas me di cuenta que estaba a la intemperie muy cerca del cerro el Café y me tiré al piso, mi mente estaba muy confusa, no comprendía que había pasado, solo quería descansar y me quedé dormido sin darme cuenta.

 

Al día siguiente me despertó la luz del sol, serian poco mas de las 6:30 am al voltear hacia la ciudad veía rastros de humo por doquier, había pasado algo que aun no alcanzaba a entender, obviamente lo  que fuera que ocurriera era grave y el gobierno intentaba ocultarlo. Luego me daría cuenta que cambiaría el mundo como lo conocía hasta ese momento.

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