Había una vez una idea que, después de un largo encierro, salió a encontrarse con sus amigos.
Era la primera vez que salía a una protesta y se le notaba. La piedra era demasiado grande para ella y la bomba molotov que había preparado con una receta de Internet nunca iba a encender.
La pareja no le prestó atención a esos detalles. Total, ¿qué podía pasar?
«Coño Juancho, siento que alguien nos están viendo», dijo V. Pero Juancho desestimó la corazonada de V y siguió metiéndole mano.
Venezuela nunca llegó a casa.
Dicen que la vieron por la autopista Francisco Fajardo, montada en una moto, entre dos uniformados que eran todo menos humanos. Al parecer, estaba demasiado asustada para pedir auxilio.
Parece que en la Granja va a haber fiesta esta noche.
Arte de Ytaelena