Ensayo y Error

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El ensayo y error es un método fundamental para la resolución de problemas. La ciencia moderna no puede entenderse sin el aporte de este método. Y con la ciencia viene todo el progreso tecnológico del que disfrutamos hoy por hoy. Mi padre solía decir que era un método altamente ineficiente lo cual en cierta manera es cierto. Pero esta ineficiencia viene cotejada con otras cosas maravillosas, es agnóstico en el sentido de que no tiene ninguna ideología adjunta, es súper-efectivo si bien se tarda “mucho” en llegar a la respuesta optima y es altamente estable precisamente porque es dinámico y se adapta a las condiciones que lo circunscriben. Se pudiera decir que es un método que refleja la Evolución inherente en tantas cosas.

Es un método particularmente efectivo para todo sistema que requiere de información para progresar al siguiente nivel de evolución. Entiéndase aquí nivel de evolución como un estadio más cerca de la resolución del problema, sea éste la adaptación del sistema inmunológico a un virus o bacteria, la adaptación del ADN a cierto tipo de condiciones medioambientales o en inteligencia artificial la retroalimentación de información, es decir cuando el output se convierte en input.

La clave aquí está en recibir información , procesarla y hacer algo al respecto: adaptación.

Siempre me he preguntado si el ensayo y error aplica a construcciones mentales. Por ejemplo en un sistema socio-político, ¿rige el ensayo y error? Me temo que no. Los sistemas socio-políticos son sistemas de poder, de control, además de ser altamente jerárquicos. No son agnósticos por lo tanto la información entra filtrada, modificada y manipulada en el sistema. Cuando uno está expuesto a altas dosis de radiación, ¿nos pregunta nuestro ADN cómo reaccionar ante ella? Es lo que es y si no estamos preparados lo más probable es que lo paguemos bien caro en el futuro. Cuando un político dice “aprenderemos de nuestros errores” luego de años de ser público y notorio que la vaina no funciona, lo que en el fondo está reconociendo es que el ensayo y error no aplica en ese dominio y que, aunque reconoce que algo no marcha bien, el sistema trasciende cualquier buen deseo e intención. Solo el dogma, la fe y el fanatismo rigen en mayor o menor medida dependiendo de cómo este estructurado el sistema socio-político. No se puede esperar que un sistema que no sirve se autorregule y cambie. La gente no entiende el concepto de inercia y cae en la fe, en lo de “los tiempos de Dios son los mejores” y otros consuelos, unos más patéticos que otros. Las cosas que no sirven suelen empeorar, no mejorar, precisamente porque si no han mejorado luego de un tiempo suficientemente largo es porque no se rigen bajo el ensayo y error.

De mas esta decir que estos sistemas de poder y control, precisamente por carecer de esa condición de retroalimentación, son altamente inestables. Es en la implosión en lo único que debemos confiar pero la implosión muchas veces es peor que el sistema que le antecedía. ¡He ahí la tragedia! De nuevo lo de “¿qué puede haber peor que esto?” es otra falacia más. La verdad es que para que las cosas mejoren tienen que empeorar un poco más. Y más. Y más.

La democracia no es sino el vago intento de aplicar cierto ensayo y error bien con la alternabilidad, bien con el equilibrio y la disolución de poder en muchos entes, a lo que dejado al libre proceder humano sería un sistema impermeable a cualquier tipo de retroalimentación. Con la democracia tenemos algo que es imperfecto, “lento”, incómodo y rocambolesco pero que es estable, duradero y lo más importante que evoluciona.

La pregunta aquí es ¿porque el dogma y la fe son impermeables al ensayo y error?

¿Sera porque son un tipo de adicción humana? El poder es ciertamente adictivo.

O ¿porque reflejan la esencia del miedo que tenemos todos al cambio, a evolucionar, a lo desconocido?

 

patanium.wordpress.com

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