No está bien comparar el número de muertos en la Franja de Gaza por los ataques israelíes con los asesinatos en Venezuela.
Para empezar desde que comenzaron los bombardeos el pasado 8 de Julio, han muerto más de 200 personas. Si se mantuviera ese ritmo, daría la horrenda cifra de 693 muertos por cada 100.000 habitantes, siendo que la franja tiene millón y medio de habitantes. Muy por encima de los terribles 79 muertos por cada 100.000 habitantes de Venezuela, según el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV).
Tampoco se puede comparar porque, aunque cueste imaginar, Gaza está en guerra, porque Palestina e Israel están en una guerra de intensidad variable desde hace mucho tiempo. Durante este reciente conflicto han sido destruidas más de 1700 casas.
La situación en Venezuela puede ser mala, pero no es una guerra. En una guerra no puedes ir al supermercado a hacer cola, no puedes ir a que te suspendan las clases por una manifestación, y no puedes ir al hospital a morirte de mengua, porque hay bombardeos y puede que simplemente no llegues al hospital, si es que sigue en pie.
Entiendo que la comparación apunta a la doble moral de quienes sólo se manifiestan en contra de ciertas muertes, de ciertos sufrimientos. Yo también estoy harto de quienes guardan silencio frente a situaciones que denunciarían, sino es porque les caen demasiado cerca.
Hipócritas.
No bastaron las lecciones de la Guerra Fría. No basta que grupos políticos se instalen en el poder, y mientan sistemáticamente. Tenemos dejar atrás la politiquería y la hipocresía política, que nos persigue desde siempre.
Pero es necesario no caer en juego que trivializa el sufrimiento de los otros, y que nos pone a jugar el mismo juego.
Foto Creative Commons por United Nations Photo.
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