Vamos a tratar de desmontar algunos mitos que se les han incrustado a las mejores mentes de este país, esto incluye empresarios por lo demás honestos, profesionales y gente bien-pensante.
CADIVI
CADIVI o como se llame hoy por hoy es una aberración. Siempre lo fue. Cualquier sistema de control que directa o indirectamente genere dos o más precios para un bien, en este caso el dólar, se prestara para cualquier tipo de arbitrajes. Si a esto le añadimos que el sistema está en manos de un gobierno propenso a la corrupción la receta para el desastre está lista.
Se compró a la población con un cupo anual de unos $5.000 en algún momento. Éste se ha venido reduciendo hasta llegar a prácticamente a nada. Cada cupo de viajero tiene detrás un fantasma obeso de dólares que no generaron nada, no produjeron nada, no importaron nada. Salieron de la cuenta del BCV (o de PDVSA ¿qué más da? hoy en día es la misma vaina) a la cuenta de un burócrata corrupto en USA, Suiza o Antigua. Ahí siguen engrasando el sistema financiero mundial mientras que aquí los pocos dólares que quedaron se utilizan para servir la deuda que nos dejó el finado. No queda mucho más para que la economía puede funcionar normalmente, en parte de ahí la pasmosa escasez.
País-Riesgo
La excusa que suelo oír entre los empresarios de este ex-país justificando ganancias de 1.000% o más en un año es que el “país-riesgo” así lo justifica. Puede haber mil y unas razones para justificar este tipo de márgenes pero el país-riesgo NO es una de ellas. Yo me pregunto, ¿dónde están las tablas en donde en un eje tenemos país-riesgo y en el otro tenemos márgenes de ganancias por industria y que los empresarios consultan con religiosidad? Pretender ganancias desorbitadas con productos que son al fin y al cabo commodities y que todos los empresarios se pongan a repetir el mismo mantra, ¡eso sí que es un riesgo para cualquier economía!
País-riesgo solo tiene sentido en el mundo de deuda soberana o como aproximación a deuda corporativa emitida en mercados INTERNACIONALES. Que un empresario local se ponga hablar de país-riesgo es absurdo. Con esto no quiero pontificar en cuanto a cuales márgenes son aceptables. Al final los empresarios pueden tener estos márgenes abultados porque el mercado así se los permite debido a la baja competencia, porque el gorila de la aduana tiene un arreglo con este o cual empresario para sacar los productos rápidamente y esto le confiere cierta ventaja y así un largo etc. de razones concretas, verificables y objetivas pero no por un susodicho país-riesgo. Que estas razones sean éticas o no es otra cosa. Fíjense que no hablo aquí ni de innovación, ni de patentes, ni de inventos en cuyo caso es obvio que el empresario pudiera tener los márgenes que le diera la gana porque el invento, la innovación o el modelo de negocio rompedor en cuestión le proporcionó un monopolio. Monopolio que suele ser temporal por cierto hasta que la competencia surja. No toco estos aspectos porque aquí muy poco se innova. Importar bolsas de plástico (ni siquiera producirlas) no confiere ningún monopolio.
“Dólar de reposición”
Y como una culebra que se muerde la cola llegamos al famoso “dólar de reposición”. El empresario local recibe dólares del Estado, paga en bolívares a sus empleados (por lo general sub-paga) además de cualquier otros servicio local pero el precio de venta de sus productos los calcula al dólar del mercado negro. Dólar negro es un nombre ordinario, vulgar, además de que es ilegal así que ¿porque no llamarlo dólar de reposición?
La lógica es que la próxima vez que se tenga recurrir a comprar dólares a lo mejor se tendrá que comprarlos en el mercado negro. Todo el punto de tener un control cambiario, que no es otra cosa que un control de precios, es que las transacciones en la economía se calculan a este dólar. ¿Qué es lo que sucede? Que el empresario el próximo mes o luego de seis meses, les reconocen sus deudas a precio preferencial si bien sus márgenes se calcularon al “dólar de reposición”. Nadie puede acusar al gobierno de Chávez de maula. Pagaba tarde pero pagaba tanto afuera como adentro. La diferencia entre el precio de venta (en bolívares) y el precio de compra de dólares (en bolívares) es el margen obsceno de XXX% atribuible al “país-riesgo” y no simplemente a un ejercicio de ingeniería financiera que en nada tiene que ver con la labor principal de cualquier empresario.
Eventualmente llega el día (ya llegó por cierto) en que esta máquina insostenible se rompe y ya no hay dólares preferenciales para nadie sino todos están a precio de mercado negro. ¿Y entonces? El empresario acostumbrado a sus márgenes obesos no va a joderse a comprar a 70 y vender a 700 porque simplemente nadie le va a comprar. Se da la increíble paradoja de que el empresariado tiene un enorme incentivo de que el “dólar de reposición” se vuelva más y más caro MIENTRAS él obtenga sus dólares preferenciales. ¿Qué empresario en este mundo desea que sus costos aumenten mes a mes? Esta disyuntiva explica parte de la escasez. No es que haya escasez de dólares, es que hay escasez de dólares a precios preferenciales.
Sin entrar en tecnicismos hay muchas maneras de estimar lo que de otra manera es totalmente legitimo como lo es el costo de reposición de una mercancía. Pero la función del empresariado no es la de predecir el futuro ni la de seguir un precio en una o varias páginas web de dudosa calidad que por demás han sido cuestionadas una y otra vez como altamente manipuladas. Zapatero a su zapatos.
Termino haciendo una aclaratoria importante. Esto no es un señalamiento a los empresarios de este país. El verdadero problema estuvo en el control de cambio. Este impuso un incentivo perverso en la economía. La gran mayoría de los empresarios se han adaptado y han maximizado sus ganancias con estas reglas de juego de manera LEGAL (¿se acuerdan del dólar permuta?) cuestión que es totalmente legítima. Mi crítica es a su deshonestidad intelectual (¿o simple ignorancia quizás?). De no llamar a las cosas por su nombre. Reitero, el problema está en el control de cambio y esta crisis terrible que estamos pasando, como creo que dijo Hillary Clinton alguna vez, no debería de ser desaprovechada de manera de desmontar ese bodrio del control de cambio de una vez por todas y para siempre. Empezar de cero es lo que queda.