Cada vez que alguien me dice la frasecita esa “ Eso no esta en mi proyecto de vida” o alguna similar, me provoca ponerme a gritar a decirle “Mujer idiota” Y si es un tipo “ tu si que eres guevon.
Esa frase no tiene sentido, pero eso es lo de menos. Lo peor es que se creen, de verdad, que la vida se puede planificar. Lo dicen con una convicción aterradora. Pero cuando lo dicen, todos ellos, no miran a los ojos, de pronto toman una mirada soñadora, como si vieran toda su vida “vivieron felices para siempre” y luego un ocaso con la palabra fin.
Estamos inmersos en una cultura que nos hace crear relatos de vida. Y por supuesto también frases pretensiosas sobre ello., si le decimos proyecto de vida, la cosa como que parece importante, muy seria, algo como si fuésemos una empresa, nos hace creer que tenemos una meta, un destino noble y luminoso y que cuando logremos nuestro proyecto de vida, lograremos la suprema felicidad, y podremos ver desde las alturas a las masas afanosas luchando en el lodazal, viviendo sus grises vidas, sin destinos gloriosos, es el vivieron felices para siempre de las malas novelas románticas.
La vida no es de esa manera, la felicidad suprema se logra tomando éxtasis, o pequeños espasmos de felicidad pura con la heroína. He conocido a personas, que son felices y han logrado sus metas, fumando monte todo el día, y cuando digo todo el día, es todo el día.
La realidad es una vejez solitaria, ser olvidado en una mecedora, repletos de dolores y remordimientos de cosas que dejamos pasar, por lograr el grandioso ·”proyecto de vida”.
La novela es un fenómeno literario relativamente reciente, este apareció cuando la sociedad comenzó a cambiar, la razón y la abstracción comenzaron a gobernar en la clase gobernante y tenían tiempo de ocio, la divina comedia, no fue un best seller, apenas una fracción de las personas de la época sabían leer y menos aun podían comprar un libro. Fue con la imprenta que las personas pudieron comenzar a leer, la abstracción y la razón comenzaron a dar frutos a mas personas y por lo tanto mas ocio, pero sus vidas aun estaban llenas de privaciones, eran inciertas, una plaga, una mala cosecha podía hacer que el hambre apareciera, sus labores eran repetitivas y tenían necesidad que alguien soñara por ellas, ya que con sus recuerdos hasta sus sueños eran miserables.
Y apareció la novela tal cual la conocemos en plena auge de la revolución industrial. La novela por entrega semanal,o diaria llevo literatura a una gran proporción de la población, ya que eran publicados en los periodicos.
Fue una locura, Julio Verne se puede decir que fue el primero que obtuvo un éxito mundial con sus historias, que fueron traducidas a casi todos los idiomas. El mensaje implícito era que hay personas comunes que tienen vidas interesantes, que pasan cosas en ellas, que las personas comunes con algo de ingenio podían lograr cosas maravillosas. Y en medio de su existencia monótona, las personas comenzaron ansiar ese destino ordenado, llenos de capítulos, ya que la vida es amorfa, sin sentido, ahí esta el escritor que la puede poner en capítulos, que le da sentido a lo que no lo tiene, que nos muestra una vida donde pasan cosas interesantes, y el aburrimiento, el cruel hastió que carcome a las personas comunes, no existe.
Algunos dramaturgos y novelistas, intentaron decirnos, de advertirnos sobre la trampa que se cernía sobre nosotros, Samuel Becket, Kafka, para no hacer la lista larga, nos demostraron que la vida es absurda y no tiene sentido, que esperamos algo, algo que nunca aparece o que somos condenados por algo que no sabemos que hicimos.
Y por esa razón no son populares, ya que nos decían algo profundo, que en el fondo lo sabemos; que en la vida nos hay capítulos, que en la vida a veces nos cuesta defecar, y que el orden es la excepción antes que la regla.
Por eso pensamos con ideas “lugares comunes” leemos con “lugares comunes” quedándonos en la superficie, sin profundizar mucho, ya que eso nos podria decir algo de nosotros mismos, que no queremos saber. El cine y la televisión explotaron esa vena de aventuras, y por eso hay casi una glorificación de ese medio, los personajes que representan en la pantalla, son las partes de nosotros que viven esas aventuras, aun las mas deprimentes tienen sentido Leaving Las Vegas tiene sentido, y el destino, esa idea nefasta de los griegos, sigue persiguiendo al héroe, y nada lo puede apartar de su destino, morir alcoholizado en un hotel miserable.
Un proyecto de vida. Nuestra vida hasta tiene una banda sonora, mas personas de las que quiero admitir, andan todo el día con los audífonos, hablan con nosotros oyendo la banda sonora que quieren en su vida, buscando la aventura, pero sobre para acallar la voz interior, soñamos con las historias perfectamente ordenadas por los novelistas, los creadores de historias, para no pensar en nosotros, muy pocas personas pueden estar mas de cinco minutos sin hacer algo que evite estar con ellos mismo, el teléfono, con internet, los mensajes, el audio, se puede decir que hemos creado toda una superestructura para evitar pensar en nosotros, y cuando lo hacemos lo pensamos en el sentido del novelista, el que nos han enseñado a pensar y obtenemos “El Gran proyecto de Vida”, la historia con la cual queremos esculpir nuestras vidas.
Entonces los momentos de hastió, son apenas el relleno que hay entre los capítulos, pero cuando comience el capitulo la cosa se va a poner interesante.
Y si no lo hace creamos una conspiración, la vida no puede ser tan aburrida y si lo es. Es debido a fuerzas oscuras que se han aunado para hacernos miserables, de grupos de personas o gobiernos que nos mueven por oscuros laberintos para que no veamos la fría verdad; que ellos nos controlan, entonces mi proyecto de vida será convertirme en un héroe, en la persona que develara las mentiras las cuales vivimos.
El oficinista, el administrador o contable que se la pasa todo el día viendo interminables filas de números sin sentidos, el comerciantes que espera vender su producto, sin mas esperanzas que el lucro buscan la manera de escapar a la monotonía de su vida.
Si viajan ese será un capitulo y, si no pasa nada se inventaran que paso algo, pero hay que viajar para encontrar la aventura que tanto necesitan, de esta manera un encuentro con un mendigo de Rabat será algo exótico digno de contar, pero un encuentro con un mendigo en el metro, es aburrido.
El cine y la televisión ha convertido a todos en novelistas, en creadores de nuestra propia historia donde logramos cosas importantes, donde la monotonía del lunes, martes, miércoles jueves, viernes culmina con la aventura del fin de semana, donde si pasara algo. Lo se. Lo siento.
Pero lo único que pasa, es que evitamos estar con nosotros, de oírnos aunque sea cinco minutos, y darnos cuenta de ese grito que clama desde el abismo, de la desolación de la certeza de la muerte, ya no como extra de una película de acción, si no del protagonista, del laureado actor. Por eso muchas personas inventan dramas, hacen sus vidas miserables, con el único fin de que pase algo, claro con su banda sonora que suena desde el teléfono y acalla esos pensamientos de futilidad, que a veces afloran.
«Eso no está en mi proyecto de vida», como si el «proyecto de vida» fuese algo inamovible, inmutable. Una cosa es tener ciertas expectativas, el querer lograr determinadas cosas, pero hay que ver cuánto daño ha hecho El Secreto. La realidad es, pues, que no hay un gran plan, y un paso para la felicidad es aceptar el caos y nuestra incapacidad de tener las respuestas a todo (y aprender que es mejor decir «no sé» que afirmar algo con convicción por la sola necesidad de «tener una respuesta a ello»).
«evitamos estar con nosotros, de oírnos aunque sea cinco minutos, y darnos cuenta de ese grito que clama desde el abismo, de la desolación de la certeza de la muerte, ya no como extra de una película de acción, si no del protagonista, del laureado actor». Esto.