María del Pilar Pertíñez de Simonovis hace de esposa y abogada del ex comisario Iván Simonovis, imputado de ordenar a funcionarios de la Policía Metropolitana disparar contra los manifestantes de Puente Llaguno en las marchas de oficialismo y oposición el 11 de abril de 2002. Lleva también la contabilidad de 116 audiencias, 132 testigos evacuados por parte del Ministerio Público y la parte querellante, 256 experticias, 27 documentales vistos, la opinión de 44 expertos en criminología y la esperanza de que cese el calvario al que se ha visto sometida su familia.
Según la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) no existe posibilidad alguna de obtención de la verdad por medios jurídicos y parciales, sin embargo, la familia Simonovis continúa luchando y a la espera de que más temprano que tarde se haga justicia.
—El caso de los comisarios ha sido el más largo de la historia penal venezolana desde que entró en vigencia el Código Orgánico Procesal Penal en 1999. ¿Piensa que ese código trabaja en beneficio del oficialismo?
—Pienso que en principio se hizo con visión de avanzada. Tiene modificaciones que se pueden adecuar, pero la idea básica era perfecta. Terminar con un sistema que planteaba juicios interminables. Pero en nuestro caso, por tratarse de un juicio político se le han dado todas las largas del mundo. Aquí los jueces están orientados a cumplir órdenes del Ejecutivo que pretende reescribir la historia de lo ocurrido del 11A sin importar qué o a quiénes se lleva por delante.
—Entonces, si la justicia venezolana ha demostrado estar parcializada, ¿qué cree que pase con su esposo en los próximos meses?
—Sorprende cómo algunas de las victimas oficialistas del 11A y cuyos representantes, abogados querellantes, han dado ruedas de prensa desde la vicepresidencia y la alcaldía mayor declaran que en dos meses ya habrá una sentencia condenatoria contra los ex comisarios y ahora vemos una prisa extraña por darle fin al juicio, cosa que nosotros venimos pidiendo desde el primer momento. La Fiscalía ha sido inepta para promover las supuestas pruebas que tienen de las supuestas órdenes emitidas por radio los ex comisarios y no hicieron el cotejo de las grabaciones que supuestamente tienen. Lamentablemente la justicia aquí es chavista, para muestra está el caso de Eduardo Lapi que se terminó fugando. Yo en el fondo tengo esperanzas de que la juez aplique la justicia como debe porque no existe ninguna prueba de causalidad y por otro lado existe mucha ineptitud por parte de la Fiscalía, porque no tienen pruebas. Lamentablemente el circuito judicial penal es chavista y recibe órdenes.
— ¿Qué siente al ser abogado, esposa y madre simultáneamente?
Ahora actúo como las manos y los ojos de Iván. Nuestra vida gira alrededor de él. Yo trato de que mis hijos no sean resentidos, pero nos lanzaron una bomba molotov y mi hijo de 14 años tuvo que ayudarme a extinguir el fuego. Cómo le digo que no sienta rabia. Nosotros no tenemos vacaciones, navidad, día del padre. Vivimos pendientes de que podemos hacer por él para hacerle más llevadera esa tortura. Realmente no entiendo qué es lo que buscan con tanta saña. Ya destruyeron la carrera de mi esposo, destruyeron nuestras vidas y no logro comprender el ensañamiento que tienen hacia nosotros. Parece como si quisieran vernos el hueso con una sentencia ya previa dándole largas al asunto. No vamos a renunciar a ningún recurso que nos brinde la ley.
— El currículo de Iván Simonovis es intachable. Hasta llegó a conducir un programa policíaco en RCTV en los años 90. ¿Piensa que su imputación por el 11A es producto de haber trabajado para el entonces alcalde mayor Alfredo Peña?
—Él ni siquiera conocía a Peña cuando empezó a trabajar para él, y a pesar de que era chavista no le importaba. Yo fui la primera en pedirle que no trabajara para ese señor, que no me inspiraba confianza, pero Iván no era ni es político, es policía. Sin embargo, la consigna de Peña era ‘plomo al hampa’ y tenía conocimiento de que mi esposo era un policía lo suficientemente calificado para la reducción del crimen. El problema es que Iván daba las estadísticas de los muertos y eso no le empezó a convenir al gobierno.
Cuando por primera vez nos estábamos sintiendo protegidos del hampa, te sentías respaldado. Obviamente hubo resistencia al cambio y la PM ya estaba penetrada por parte del oficialismo que destituyó a sus funcionarios de forma déspota. El único error de Iván es que no era político, él pensaba en lo mejor para la institución y trabajó en base a la disminución del crimen, nunca se llegó a meter en ninguna de las decisiones políticas de Alfredo Peña, como tampoco pensó que tendría que luchar con factores políticos introducidos de forma subterfugia dentro de la PM.
Entonces su preparación se volteó en su contra, porque por ser una persona preparada, era el culpable necesario de cualquier delito que ocurría. Por cualquier delito la culpa la tenía Iván Simonovis y en ningún momento llegaron a presentar prueba alguna de lo que decían. Todas las declaraciones fueron hechas de forma irresponsable y hoy en día la inseguridad es el primer problema del país. Si el gobierno fuese inteligente utilizaría a Iván Simonovis como instrumento de reducción del crimen, pero vivimos en un país bizarro donde tus cualidades se voltean en tu contra.
— ¿Qué sabe de Peña actualmente?
—Desde que huyó cobardemente en 2002 no hemos tenido contacto con él ni nos interesa tenerlo. Huyó por la puerta de atrás de un restaurante dejando solos a sus funcionarios, a su suerte, y luego fueron destituidos arbitrariamente por Barreto. Ni mi familia ni yo queremos saber nada de una persona que con tan poca calidad moral que huye cuando la cosa se le pone chiquita.
—El trato que han recibido los comisarios está repleto de irregularidades. ¿Tienen pensado llevar a cabo otra huelga de hambre o algún otro método de protesta?
—Ya acudimos a la CIDH para denunciar las torturas a las que se han visto sometidos Simonovis, Vivas y Forero, por ahora la huelga de hambre cesó. Yo hablo por Simonovis y por cualquier preso que merece un trato digno para él y sus familiares. Debo reconocer que el trato que se les da en la Disip de Caracas es decente. A nosotros nos hacen requisas –decentes, pero requisas al fin- Esto dista mucho del trato que recibió el presidente Chávez en Yare mientras estuvo preso. Según nos afirman los que fueron sus abogados defensores, él tenía las llaves de su celda, recibía visitas, hablaba por celular, recibía a todos los periodistas que quería y salía todos los días a jugar pelota. En cambio a mi esposo no lo dejan salir bajo ninguna circunstancia, está hacinado y en estos años ha visto el sol no más de ocho veces. Los comisarios han sido burdamente irrespetados y van a continuar siéndolo. El hacinamiento en el que viven es infrahumano, están en una celda de dos por dos y el 11A estuvieron en exhibición dentro de una jaula por orden del ministro Pedro Carreño, ufanándose del trofeo de su revolución. Es por esto acudimos a la CIDH. Yo tengo esperanza de que todo esto acabe pronto. La resonancia internacional que tiene el caso ha sido mucha. En algún momento se dará un pronunciamiento o se llevará a cabo una acción que permita hacer justicia
— ¿De dónde proviene el supuesto plan de fuga anunciado por el Fiscal General?
—Mientras Pedro Carreño los exhibe como culpables y el Fiscal anuncia supuestos planes de fuga, se les escapan más de 200 presos. Yo responsabilizo al ministro Carreño de lo que les pueda pasar. Iván no tiene intención alguna de fugarse. Tenemos fe en que podamos salir de esto lo antes posible y por la puerta grande. No podríamos vivir huyendo de la justicia.
— ¿Quién es hoy en día la familia Simonovis?
—Es una familia huérfana en busca de justicia que sigue y seguirá luchando hasta las últimas consecuencias.
*Trabajo publicado en 2007 en el extinto portal www.la-encrucijada.com