Un día hace ya algunos años,recibí un retwet algo inofensivo, una vieja compañera del liceo a la que tenia mucho tiempo sin saber de ella, una chica un poco rara, ligeramente linda, de esas que pasan desapercibidas, de esas a las que nadie toma en cuenta, de esas de las cuales son peligrosas de conocer porque si llegas a hacerlo mas del tiempo que ella resista se apegara a ti de una manera poco sana, ya que esa capa delimita su interacción con el mundo. Algo que como pueden imaginar para alguien con pocos followers y mucho menos tweets le pareció algo «genial».
A los pocos días de recibir el 5 o 6 retweet, ella se atrevió a responder uno y así comenzó una conversación que llevo a conocer mejor a esta chica, conocí sus temores, sus risas, su amor hacia los libros, sus sueños, sus miedos, sus pensamientos y todo en la primera noche, demasiada información para procesar pero, aun así no me sentía agobiado, al contrario quería conocer mas y por extraño que parezca parecía nunca quedarse sin temas de conversación, ni yo quería dejar de hablar, me sentí irritado al ver que había amanecido y que tenia que ir a mis obligaciones, quería quedarme hablando con esta chica, quería conocer mas y mas, embriagarme con sus mensajes en el extinto msn, no quería parar, pero ella dijo debo ir a la universidad, fue un placer Oz y yo solo pude responder «ten un lindo día mi chica que lee», y mientras me duchaba solo podía pensar en su sonrisa y de donde había salido ese «Mi chica que lee».
Ella era estudiante de comunicación social de la Católica, una chica de hermosas pecas y cabello chocolate o café, no se me da bien definir tonos, y de unos penetrantes ojos café, de esos que te dejaban ganas de seguir viéndolos eternamente. pronto, las conversaciones hasta el amanecer se hicieron costumbre, tanto que nuestra vida se giraba en torno a ese momento, pero curiosamente nunca nos escribíamos en el día, o si lo hacíamos, era de una manera lacónica, pero el ansia de que llegara la noche y poder compartir de nuevo se mantenía intacta, hablábamos desde nuestra manera de ver el mundo y que nos parecía los actos de los demás, de nuestro día, de nuestro cansancio con la monotonía, de lo necesario de hablar con alguien que te escuche y no solo espere su turno para hablar. De como nuestro mundo era tan diferente del que habíamos soñado, de la desesperanza de ser un ser mortal y no creer en un «alma infinita» y de mil temas que nunca había hablado con nadie.
Un día me llamo llorando y yo sentí como algo dentro de mi pecho se rompía, como si hubieran clavado un cuchillo y roto mis huesos, necesitaba calmarla, necesitaba escucharla bien, necesitaba consolarla, necesitaba abrazarla, tantos pensamientos pasaron por mi mente cuando la escuche llorar y solo había pasado un segundo, Le pregunte que había pasado, que tenia porque estaba así y creo que mi voz reflejo mis sentimientos porque dijo que era una tonta y que no debía preocuparme, le dije que me contara, que quería escucharla y lo que dijo me dejo en un limbo emocional incomodo, Su novio la había golpeado, no sabia como reaccionar, por un lago mi corazón se sentía traicionado ya que no sabia que tenia novio, por otro lado sentía ira contra el idiota que había osado tocar a mi diosa a la vez que sentía celos por que ella lo llamara «novio» lo cual solo aumentaba mi ira y el sentimiento que mas dolor me causaba y que casi opaca a los demás era su dolor, el saber que estaba lastimada y que no podía ir con ella, no podía estar a su lado consolándola, me quede esa noche hablando con ella y antes de quedarse dormida dijo «Te amo Oz». Llore esa noche, algo que nunca había hecho por ninguna chica mientras la veía dormir en skype.
Nota: Esta historia es real, es una historia personal y que ha marcado mi vida de una manera en la que nunca creí que algo lo haría, así que quiero contarla, mas como un método para liberar el dolor que otra cosa.