Breve mirada sobre Pablo Iglesias y Podemos

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En el discurso del señor Iglesias, si se le analiza con cuidado, el único punto que no se cae por su propio peso es el de la existencia de una “casta” político-empresarial en España que ha usufructuado (y lo sigue haciendo) una parte desproporcionada de la renta nacional en detrimento del resto de los ciudadanos. Esto es innegable y en parte se explica, paradójicamente, por el enorme éxito que ha tenido la economía española desde un poco antes de su ingreso en la UE en 1.986 hasta antes de la crisis y cuyas secuelas aún se sienten.

Digo desproporcionado no refiriéndome al caso de los políticos donde es obvio que el enriquecimiento de esta clase además de haber sido inmoral es ilegal (corrupción). Basta ver la prensa de ese país para que un día sí y otro también el ciudadano de a pie se despierte con la halitosis de un periódico que solo escupe casos de corrupción que no dejan de asombrar. Hablo sin embargo de ciertos empresarios, no todos, que no habiendo agregado valor a la sociedad, más bien habiendo destruido valor, se enriquecieron desproporcionadamente gracias al cambio de una ley o de una regulación de suelos y que nada tiene que ver con la labor de un empresario la cual es invertir, tomar riesgos, crear algo y venderlo y en este proceso, de ser exitoso, enriquecerse. Este enriquecimiento de ciertos “empresarios” españoles va más allá de la legalidad de sus acciones. Esta muy bien atenerse a la ley pero en el capitalismo, el que funciona y genera riqueza en su justa medida para todos, hay que ir mas allá y demostrar la legitimidad y la ética de cualquier aventura económica.

El señor Iglesias sin embargo se remite a señalarnos la luna con su dedo. No habla de cómo va a solucionar este estado de cosas de una manera efectiva. Aumentar impuestos , “más democracia” y todas las sandeces que francamente dice son conceptos huecos que ganan votos pero no solucionan el problema. El problema de fondo es como se está generando la riqueza en ese país y esto en nada tiene que ver con democracia, impuestos, etc. “Más democracia” no va a solucionar nada ya que la democracia o la supuesta ausencia de esta no es el problema. Lo mismo con los impuestos. En su admirada Venezuela supuestamente hay “más democracia” y la economía no puede estar peor y las desigualdades solo hacen sino incrementarse. Aquí en Venezuela también se formó una “casta” a la sombra de un barril de petróleo a $100, que no solo se enriqueció obscenamente sino que gradualmente ha puesto las mil y una trabas para que nadie produzca mientras ellos siguen capturando la mayor parte de la renta nacional. La “casta” no es el problema señor, es el síntoma. Aquí también en Venezuela entró un chorro brutal de dinero en un periodo corto de tiempo aunque a diferencia de España fue producto del petróleo. La “casta” del señor Iglesias es el hongo que le sale a los billetes cuando entran muy rápido y que en vez de circular se los tiene guardados en la oscuridad.

Extenderme en como yo estimo que se genera la riqueza en España va mucho más allá de este espacio, básteme decir que en economías relativamente productivas (automatizadas) y donde el capital se acumula no en graneros, no en tierra, no en medios de producción, sino en el mundo financiero hay la posibilidad de un completo divorcio entre la economía real, es decir la relación entre agregar valor mediante inversión, invención, trabajo duro, etc. y el rendimiento o retorno del capital. Esto no es solo un problema de España de hecho es general en economías desarrolladas pero lo que sí es excepcional en España fueron las terribles secuelas de la última crisis en parte, como dije arriba, porque ese país se enriqueció mucho en muy poco tiempo. En el mundo desarrollado y ultra-liberalizado (Europa en gran medida, USA en su totalidad pero no por ejemplo Japón o Canadá) el capital ya no necesita tomar mucho riesgo para reproducirse a una tasa mayor que el crecimiento de la economía que lo generó. Esto acarrea gravísimos problemas que todos en este mundo estamos sintiendo y que cualquiera con un poco de sentido común y conocimientos básicos de economía puede derivar. El señor Iglesias o no sabe conectar los puntos o no quiere hacerlo porque francamente para atajar este problema se requiere de un esfuerzo global. Un solo país con el adalid de la ética y la justicia social en el poder, por más buenas intenciones que tenga, no va a lograr absolutamente nada. Esa es la tragedia de nuestra época: votamos localmente pero nuestro destino depende de cómo marche la globalización del capital y del trabajo. España es el perfecto ejemplo por cierto con unos requerimientos enormes de capital foráneo para financiarse. ¿De dónde va a sacar el dinero el señor Iglesias para sus fantásticos planes?

El señor Iglesias tiene el diagnóstico adecuado pero no el tratamiento y esto es peor a no tener el diagnóstico adecuado pero si el tratamiento correcto. Lo lamentable de esto es que a la mayoría de los votantes les gusta escuchar el diagnóstico de un problema, más si se ventila de manera demagógica (recurso este por cierto de todos los políticos, no solo de Iglesias), pero lo del tratamiento no entra dentro del escrutinio público en parte porque se asume que si el diagnóstico es el correcto el tratamiento lo será y esto rara vez es así.

Termino declarando que de votar en España mi voto sería nulo ya que de la actual “casta” no se puede esperar nada y de este señor Iglesias me temo que lo que se puede esperar, al igual que de su idolatrado Chávez, son acciones que terminen dándole la estocada final a ese gran país. El señor Iglesias le hace un favor infinitamente más grande a su país en el Parlamento Europeo, que es donde está, en vez de como posible presidente de España. Y digo esto ya que las soluciones para cambiar el sistema económico imperante, y coincidimos en que hay que cambiarlo, se hará en instituciones supranacionales de hacerse algún día. O no se hará.

 

 

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