“El Yihad es ordenada para ustedes aunque les disguste, y puede ser que a ustedes les disguste una cosa la cual es buena para ustedes y les guste una cosa la cual es mala para ustedes. Alláh sabe, pero ustedes no saben” Corán 2:216
Somos muchas las voces que sin conocer a fondo el problema que subyace detrás de la masacre de Charlie Hebdo nos atrevemos a opinar al respecto, sobre todo las foráneas al lugar y contexto de los hechos. Soy latinoamericano, no tengo ningún amigo musulmán y jamás he entrado a una mezquita, pero haciendo un seguimiento de los hechos y leyendo algo de historia siento que tengo algo de potestad para hacer algunas observaciones al respecto.
Los musulmanes que rechazan lo ocurrido están afortunadamente civilizados, pero esta actitud se separa del concepto de jihad que propone la religión, entonces podríamos decir que son ‘musulmanes light’. Algo así como un cristiano que no va a misa. Los clérigos musulmanes han tratado de suavizar la percepción que se tiene de la jihad, resaltando las otras connotaciones del término como el de lucha espiritual interna para alcanzar a Dios. Aunque el concepto abarca estas nociones, también tiene un sentido militar y belicista que avala el expansionismo de la religión. ¡Entonces el Islam está en guerra con el resto del mundo desde el momento en que se escribió el Corán! ¿Por qué llamarlos ‘extremistas’ si solo son fieles que siguen el Corán al pie de la letra? No es un problema de interpretación, es de fondo porque este libro es claro en sus leyes. Al escribir estas líneas es obvio que podrían aparecer comentarios de personas que saben mucho más que yo del Islam, pero no tiene sentido debatir acerca de contra quiénes el Corán dice que se debe combatir y contra quiénes no. Esto sería caer en algo como la programación basura de Discovery Channel que propone una explicación científica a la transformación del agua en vino por parte de Jesús o si realmente caminó sobre el agua. El Islam es lo que piensan de él quienes se reconocen musulmanes.
Se está haciendo la guerra desde hace más de 1000 años y los platos rotos los ha pagado gente inocente sin distinguir si son judíos, cristianos y hasta musulmanes –porque también se matan entre sunitas y chiitas-, homosexuales o heterosexuales, ateos, liberales, iraníes, irakíes, libios, sirios, egipcios, jordanos, israelitas, turcos, agfanos, etc. O sea que el Islam es homofóbico, xenofóbico, nacionalista y violento. Y no podemos tener una concepción reducida de la violencia pensando en que el musulmán que no asesina directamente por sus ideales es un creyente moderado, no. Hay leyes musulmanas fuera de la guerra santa que son violentas, como imponer el uso del velo a la mujer, considerar a los homosexuales como aberrados, avalar matrimonios de hombres adultos con niñas o pretender que las leyes del Corán pueden estar por encima de la legislación de un país. Entonces la comunidad musulmana decente tiene que tomar una posición clara no solo en cuanto al rechazo de estos actos terroristas per se, sino también sincerarse en cuanto a su religión teórica y teológicamente; tomar una buena porción de sensatez y decidir entre cuestionar los paradigmas de la religión y revolucionarla o seguir cumpliendo con las convenciones establecidas desde las enseñanzas de Mahoma. Aprueban las acciones de los terroristas y con ellas la religión, o no. Aquí no hay medias tintas, es una guerra.
Un pasaje del libro sagrado del Islam insta a los musulmanes a no ser los agresores, a no lanzar la primera piedra, a únicamente atacar cuando la religión sea ofendida. Sabemos que apenas un caricaturista satirice a Mahoma -quien también fue un líder militar y en su apogeo mató judíos por negarse a reconocerlo como profeta (Banu Qurayza)- hiriendo la susceptibilidad de un terrorista, este último estaría autorizado para matar en nombre de Alá si un clérigo así lo dispone. Y con respecto a estos sacerdotes que pululan en Europa como autoridades de la religión, enviando mensajes negativos a los musulmanes pobres internados en guetos, es necesario que la comunidad los rechace, porque el fomento de estas ideas más la creciente inmigración crean una conquista pasiva y la formación de un país de fe musulmana dentro de otro que no reconoce ningún tipo de religión como base para legislar al Estado. La propaganda que estos clérigos hacen es tan dañina que son más los terroristas que se forman en Europa y se van a luchar junto al Estado Islámico que los que se forman en medio oriente y van a luchar a Europa. Por esa razón es que los partidos de ultra-derecha que también eran frecuentemente comediados por Charlie Hebdo están capitalizando estos actos porque si bien existe un manifiesto de rechazo a ellos, no existe un verdadero cuestionamiento de las costumbres del Islam más allá del protocolo.
EITB: El mundo musulmán condena la masacre y la desvincula del Islam: http://goo.gl/3occo0