Me ha llegado una invitación al Facebook, para ser parte de la gran marcha que impulsara la caída de la tiranía. Siempre hay una razón para marchar en el exterior; mas si esta organizada por muchos de estos llamados auto lideres que dictan como vestir, que usar, y donde reunirse; nos dicen que tenemos que seguir el ejemplo de Ukrania, y Egipto; que Leopoldo es Mandela, y Lilian Tintori es la Evita Peron.
Decido ir no creyendo en el concepto, pero me he dado cuenta que desde materialice mi exilio involuntario hace mas de 10 años, ha dejado en mi una nostalgia de todo aquello que deje; y no pude vivir. De repente sin mucha pretensión me deje llevar por la emoción. Quizás de ver mis colores y escuchar mi acento, parecía como que el tiempo quizás no ha pasado tan rápido. Al llegar al sitio veo muchas caras conocidas; de esos Venezolanos que eran amigos de otros Venezolanos, que conocí cuando trabajaba en algún café o restaurant, en tiempos donde cualquier trabajo era valido con tal de sobrevivir.
Hago un esfuerzo por recordar, y muchos de los que están allí fueron los que me explicaron con gran tecnicismo, como hacer para obtener los Dolares de Cadivi, haciéndome pasar como estudiante y pidiendo notificaciones falsas, de cursos inexistentes de ingles, informática, administración etc. Una vez terminado este fraudulento proceso, pero obtenido los dólares en tu cuenta bancaria, ese dinero era transferido a otra cuenta de algún familiar o conocido en Miami. Entonces era allí como empezaba ruleta del mercado negro. Recuerdo que llegue a conocer a varios Venezolanos que ni siquiera trabajaban, solo vivían de CADIVI. De eso ya han pasado mas 6 años cuando la trampa era mucho mas lucrativa. Ahora esos mismos que hoy acusan de corrupto al gobierno de Maduro y de robarles los sueños, acotan que se fueron del país porque no podían debido a la descomposición del sistema y la delincuencia. Justo en ese momento de espasmo llega una cámara de Tv anglosajona, y todos se lanzan unos contra otros para probar sus dotes de lideres, y buen manejo del idioma, en eso momento solo había una misión, no era precisamente salvar a Leopoldo, tampoco importa si robe o raspe cupos de CADIVI, la tv me apunta y las palabras de Capriles jamás tuvieron tanto significado para un sector del conglomerado. “El tiempo de Dios es perfecto” pues claro era perfecto para mi, y mi ego, junto con mi verborrea, era perfecto.
Pido ayuda al gobierno de los Estados Unidos, porque en las películas siempre son buenos, pido ayuda al gobierno Británico porque la monarquía nos salvara, los que no pudieron ser entrevistados se apretaron lo mas que pudieron para poder asomar sus rostros en la recuadro de la cámara. Los desafortunados que sabían que no saldrían en el noticiero extranjero, sacaban sus IPhone y se tomaban selfies; otros llamaban a sus padres amigos y para anunciar que estaban en la TV, otros tantos trataban de postear los mas rápido posible para colocar la foto en el Facebook con la respectiva leyenda. “ El mundo te esta viendo” “ Te quiero que jode Venezuela” SOS Venezuela. Mientras los amigos y familiares disparaban con comentarios tales como:
“Que bella/o”
“Eres un orgullo”
“Eso es, representado Venezuela”
Sin saberlo estábamos liberando a Venezuela al mejor estilo del siglo XXI, en una mano el celular, y con la otra un de café de Starbucks. Alguna veces pienso que el verdadero problema de fondo es que los llamados “patas en el suelo” llegaron al poder y eso molesta, sobre todo un país lleno de muchos egocentrismo, clasismo y porque no hasta algo de racismo. Algunos sigue viendo los aires del Norte como si fuese el patrón de conducta a seguir, no tenemos identidad adentro, pero la rescatamos afuera, haciéndole creer a extraños que si queremos al país, cuando de verdad nunca mostramos arraigo alguno mientras vivíamos en el.
Es mas chévere usar banderas y gorras de Venezuela en New York, Miami, y Londres, que en nuestro el propio país, ser Venezolano en Venezuela no es cool, pero serlo afuera es lo mejor. Generalmente los mas recalcitrantes en el exterior son precisamente los que aun no se adaptan a su nueva realidad, como por ejemplo: dominar el idioma y aceptar que no tienen el trabajo ideal, y protagonismo deseado. Entonces estas marchan se convierten en una vía de escape para sus frustraciones. Y al mismo tiempo dejarles creer a los que se quedaron, que los de afuera están luchando por ellos.
No creo en el circo de Leopoldo con un final a lo Jose Ignacio Cabruja y un beso de despedida acompañado de un centenar de personas, con la frase “El que se cansa pierde” No creo en ti Leopoldo y tu ambición a lo Ingrid Betancourt. No creo en ti Maduro y tu metástasis revolucionaria, como tampoco creo en esos Venezolanos ex CADIVI rasgándose las envestiduras haciendo creer que no hay país mas afectado en el mundo que Venezuela, y por esa razón Sir Bod Geldof debería hacernos una canción, para que DollarToday titule “En tu cara Maduro, artistas internacionales se unen para cantarle a Venezuela”. Cada vez mas lejos pero con un gran deseo de no perderte.
Venezuela ojala algún día nos perdone.