Carta Abierta a Robert Alonso, El Refugiado Mayor (Parte II: Más allá de la guarimba)

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Sun-Tzu-3En la anterior parte se habló de la guerra y de la guarimba como método para combatir en una. Ahora hay que dedicarse a examinar la guarimba como tal. (Transcribo un fragmento del texto de la primera parte)

Guarimba, como se entiende en sus publicaciones, no es lo que se hace mucho en el Táchira, tampoco lo que se ha hecho en la Plaza Altamira, ni en la avenida San Ignacio; guarimba, en resumen, es tranca y refúgiate, de hecho el término originalmente significa refugio.

En esencia la estrategia de la guarimba se trata de trancar la calle y refugiarse en la casa propia, no enfrentar violentamente al régimen, ni realizar marchas o resistir protestando de cara a la Guardia Nacional y la Policía Nacional. Pero, las cosas van más allá, la idea de la guarimba es entre otras: forzar un paro nacional, iniciar entre los militares una rebelión armada, neutralizar la acción “colaboracionista” (O como se le quiera llamar) de los políticos de la oposición, desmoralizar y fatigar a las fuerzas de seguridad nacionales y salir ilesos de todo eso.

En especial, de todo esto hay que salvar y aprobar varios elementos clave de la resistencia civil que recoge Gene Sharp en su obra sobre dicho tema y a su vez pretende acoger la guarimba como método de resistencia:

  1. No busca un enfrentamiento directo en contra del régimen.
  2. El objetivo esencial es boicotear el orden social, económico y político.
  3. Busca fomentar, en general, la desobediencia civil.
  4. Es un método que intenta proteger a los ciudadanos.

Pareciera ser que la guarimba es el método ideal para combatir la opresión del régimen. Esto aparenta ser una aplicación fiel del famoso axioma de Sun Tzu: Pues ganar cien victorias en cien batallas no es la culminación de la pericia. Someter al enemigo sin luchar  es la suprema excelencia. Desde mi punto de vista no es así, porque no se trata del simple hecho de vencer al enemigo sin luchar; un método para vencer la opresión del régimen debe vencer la estrategia del régimen y ser consciente de ella. Por esto lo importante del mensaje de Sun Tzu no es lo anteriormente citado, sino lo que inmediatamente dice después: Por consiguiente, lo que tiene importancia en la guerra es atacar la estrategia del enemigo.

La Segunda Guerra Púnica es un ejemplo perfecto.

Aníbal, el más famoso de los generales cartagineses se enfrentaba a Roma. Aníbal era y sigue siendo uno de los CRA 3mejores generales que ha existido en la historia por su gran capacidad de manejar, planear y vencer en las batallas. En toda la guerra, las legiones romanas no lograron alcanzar los rotundos éxitos logrados por Aníbal en la emboscada del lago Trasimeno o en la batalla de Cannas. En esta última, Aníbal logro vencer a los dos cónsules romanos que contaban con 80.000 soldados, mientras que él sólo contaba con 26.000 efectivos. En fin, cuando se trataba de ganar batallas, Aníbal era el más brillante. Sin embargo, Aníbal a pesar de haber ganado, casi todas las batallas importantes contra Roma, no pudo obtener la victoria en la Segunda Guerra Púnica, puesto que Aníbal  no fue efectivo intentando desbaratar el poderío romano más allá de infundir temor entre los ciudadanos.

Indudablemente, la lección histórica es que la guerra o cualquier enfrentamiento estratégico en general, no lo gana quien gana más batallas, sino quien logra desbaratar la estrategia del adversario. A pesar de que usualmente en las guerras el tipo de enfrentamiento exige el destruir al enemigo en batalla, pero aniquilar tropas enemigas a toda costa no es el verdadero objetivo de la guerra, el objetivo realmente es someter al adversario, desarmarlo hasta tal punto que no pueda oponerse a las condiciones de rendición o a los objetivos políticos propios. Si se logra esto sin luchar, es la suprema excelencia.

Así lo entendió el zar Alejandro I de Rusia durante las Guerras Napoleónicas, cuando Bonaparte intentó invadir Rusia, simplemente quemaron la tierra y se retiraron hasta que el invierno terminó derrotando al ejército francés. Quinto Fabio Máximo Cunctactor, aunque no tuvo la gloria de derrotar Aníbal en batalla como sí lo hizo Escipión el Africano, aplicó una estrategia de guerra de guerrillas y de cortar los suministros de Aníbal, lo cual fue sabio en contra del poderío de Aníbal en las batallas abiertas.

En general, como decía un viejo documental de The History Channel sobre la Guerra de Vietnam y el Arte de la Guerra de Sun Tzu, la guerra se parece más un juego de Go; donde el objetivo es reducir la capacidad del adversario, sus espacios y acciones; que al ajedrez, dónde el objetivo es simplemente eliminarlo.

Insisto, al igual que en la Primera Parte que a pesar de que no nos encontramos en una guerra, varios de los principios estratégicos de la guerra son aplicables para la estrategia en general. En consecuencia de lo dicho anteriormente, la guarimba debe examinarse más allá de la guarimba en sí misma, debe examinarse sus propósitos y la estrategia a la que se enfrenta.

¿Cuál es la intención estratégica de la guarimba?

Salvando las especificaciones que hace usted (Y a mis lectores invito a leer) La intención de la guarimba es forzar una rebelión cívica en forma de paro nacional y que, a su vez, esto sea causa de una insurrección militar en contra del régimen.

Mi primera observación es que no veo la relación entre una rebelión civil y el surgimiento de una insurrección militar, más cuando se habla del dominio de las instituciones por parte del chavismo o los hermanos Castro. ¿A caso la situación del Poder Judicial no es distinta a la de la Fuerza Armada Bolivariana? ¿A caso existen “militares patrióticos”? En el mundo de las conspiraciones nunca se sabe quién es quién hasta que las cartas están develadas, pero le aseguro que los militares conocen las palabras de la correspondencia entre Fidel y el Che Guevara tan bien  como conocen el Himno nacional, inclusive mejor (Y lo anterior lo digo con conocimiento de causa) y Diosdado Cabello con sus amigos son los mandones entre las filas. Además, se debe contar que el Estado cuenta con fuerzas irregulares, es decir, cuerpos armados distintos a las FANB dispuestos a defender “la Revolución” hasta las últimas consecuencias y la prueba son varias de las personas que murieron durante las protestas en este año ¿Usted cree que dichas fuerzas no saldrán a la calle a defender  la revolución con sus fusiles?

Ahora bien, lo realmente importante en ese asunto es el papel de los militares en la política venezolana. Cuando Venezuela estaba en los albores de la Tercera República, pocos años después de la secesión de la Gran Colombia durante la Revolución de las Reformas, se debatía en Venezuela si los militares o los civiles debían gobernar en Venezuela. José María Vargas, en aquel momento el primer presidente civil, conversaba con un general, quien le dijo:

-«Señor Vargas, el mundo es de los valientes.»-

Dijo Pedro Carujo, quien iba a arrestarle. A lo cual José María Vargas respondió:

-«No, el mundo es del hombre justo. Es el hombre de bien, y no del valiente, el que siempre ha vivido y vivirá feliz sobre la tierra y seguro sobre su conciencia.»-

10r4mdzEsta conversación fue profética, puesto que en los siglos posteriores y hasta nuestros días, el poder pasaría de caudillo en caudillo, de mesías en mesías y en fin, de hombre valiente en hombre valiente. Las características de sociedad pre-moderna que tiene Venezuela nos ha sumido en regímenes militares autoritarios y dictaduras férreas. Incluso, de todos los gobiernos civiles -aún democráticos- de pocos se puede decir que hubo en ellos tanta justicia como valentía. Hasta los villanos pueden ser simples valientes, pero en períodos de injusticia la mayor prueba de auténtica valentía es ser justo. No hay que olvidar que en el 1998 se decía en las calles que se necesitaba un hombre fuerte que barriera con los desastres de AD y COPEI, un hombre con las gónadas bien puestas y quien se erigió fue el gran resultado de toda la anti-política -que usted ahora evoca en el fondo-, el cual fue el héroe turno, Hugo Chávez. Un militar más que quiere jugar a gobernar, cuando en la democracia el poder militar siempre debe estar sometido al poder civil.

La conclusión que hay que resaltar aquí es que por más que haya una rebelión militar y que los militares patrióticos de algún cuento de hadas depongan al chavismo del poder, permanece latente el riesgo de que se quieran quedar. En todo caso, quien alcanzara el poder sería otro mesías más, otro libertador, otro héroe con su flamante y nueva constitución a la medida como las otras 26 que hemos tenido en apenas 200 años de historia. El problema en el fondo es que el mesías y héroe tiende a concentrar poder y sobrepasar la autoridad del Estado de Derecho. La tesis del gendarme necesario (militar o civil)  que  mantiene en orden al país o lo restaura nos sume en la pre-modernidad y es la enfermedad congénita de nuestra democracia. Más que nunca Venezuela necesita de hombres y mujeres justos que construyan el país; no de simples envalentonados. Es nuestro compromiso con la historia no repetir el error de respaldar a un héroe de turno.

Retomando el orden de ideas, creo conveniente tachar la intención de provocar una rebelión militar como un gravísimo paso en falso por:

  1. No haber una relación clara entre la acción (la guarimba) y la consecuencia (Gestar una rebelión militar);
  2. Hay falta de apoyo entre las filas de las FANB;
  3. Existen cuantiosos grupos armados irregulares, lo cual podría estancar al país enfrentamientos violentos, sino una guerra;
  4. Con mucha seguridad, repetiríamos los mismos errores históricos de Venezuela con un nuevo héroe de turno.

En otro orden de ideas, tengo que reconocer necesariamente que el provocar un paro es una herramienta útil, en especial cuando se trata de desobediencia civil. Sin embargo, debe analizarse en el contexto venezolano.

¿Por qué es útil un paro?

Un paro produce la paralización de todo el sistema económico de un país, en consecuencia que un gobierno no tenga suficientes recursos para poder seguir funcionando y luego la incapacidad para cumplir una función que es razón de su existencia: Gobernar. Por lo tanto, un paro funciona únicamente en sistemas en los cuales el gobierno es dependiente de la sociedad, en especial en el ámbito económico. Este no es el caso de Venezuela, primero por la cultura dominante en nuestro país, una tendente a concentrar el poder en la figura del Presidente de la República sobrepasando la autoridad del Estado de Derecho o cualquier poder distinto al poder público (Todo esto relacionado al punto anterior) y segundo –y primordial en este asunto- porque el Estado, domina actualmente el recurso cuya renta representa el 20% del Producto Interno Bruto de Venezuela, el petróleo. Gracias a que el Estado venezolano concentra el poder económico del petróleo, es casi absolutamente independiente de la sociedad en términos de recursos para seguir funcionando y por consiguiente un paro es definitivamente ineficiente para boicotear la actividad del Estado.

Claro está que la actual caída de los precios del petróleo representa un grave impacto en los recursos con lo que cuenta el Estado venezolano. Pero, ello de ningún modo implica un beneficio para quienes se oponen a él por cuanto la caída del precio del petróleo nos afecta tanto a ellos como a nosotros. El punto delicado es que el gobierno está dispuesto a vender el país y afectar aún más a la sociedad civil para poder mantener el modelo que impera actualmente en Venezuela. A mí –al menos- me preocupa pensar que el gobierno tiene como hacerlo.

Chávez fue muy eficiente al establecer el control sobre la sociedad, él –según declaró en cadena nacional- fue quien provocó el paro nacional ¿A caso si alguien como Chávez entra en PDVSA con un pito botando gente a diestra y siniestra no provocaría un paro en la industria petrolera? La reacción natural de los todos los dirigentes y trabajadores fue ir a paro, el cual encontró solidaridad con otros sectores económicos. Sin embargo, a los ojos de los partidarios del gobierno y muchos otros, que ignoraban la estratagema de Chávez, no fue más que una agresión de PDVSA a la sociedad en general; no, a las medidas injustificadas del gobierno.

(Ud. lo vio – Chávez: «Nosotros generamos el paro» https://www.youtube.com/watch?v=DhKxPNmewA0 )

Ahora bien, quiero mencionar que tengo mis dudas sobre si realmente el paro petrolero fue provocado o no por el Chávez. No obstante, el gobierno fue capaz de capitalizar el paro y mostrarlo en –como dije antes- una agresión PROTESTAS EN CARACAScontra la sociedad venezolana y encontrar ahí una justificación para expropiar PDVSA y hacerse con el control económico del país, puesto que el resto de las grandes industrias caerían como piezas de dominó luego de eso. Tal vez, este es un gran ejemplo de cómo ganar sin luchar como diría Sun Tzu. Chávez no sólo logró conquistar PDVSA casi sin costo alguno, sino que dio un salto hacia la construcción del socialismo castrista-leninista, extendiendo el poderío estatal hacia el poder económico, lo cual al final provoca un castramiento en la libertad de la sociedad civil, en favor del colectivismo y el control del Estado sobre el individuo. Los resultados del paro del año 2002 fueron una gran victoria para Chávez y los Castro –a pesar de que en simple apariencia pareciera ser un golpe duro- y mientras que para los no-chavistas quedó en la historia como una rabieta.

Forzar un paro a través de la guarimba tiene grandes defectos estratégicos, en primer lugar porque es imposible forzar un paro nacional, porque un paro nace es de la conciencia individual al observar el entorno social-económico-político, como hecho social surge espontáneamente de entre quienes son el grueso del capital humano de la actividad industrial o como decisión de quienes cuentan con el poder para paralizar las industrias (En su mayoría empresas públicas ahora)

Ahora bien, suponiendo que fuera posible forzar un paro nacional, el primer obstáculo que encontraríamos serían los mismos vecinos. Simplemente yendo a la Plaza Altamira se puede observar una cruz a los pies de una Virgen, dónde hay fotos de las personas que murieron durante las protestas y como murieron esas personas. Al lado de Robert Redman, Bassil Da Costa, Génesis Carmona, Geraldine Moreno y entre muchos otros también se encuentran personas inocentes que murieron por culpa de guayas y charcos de aceite, guarimbas bien hechas como suele llamar usted. Al observar esto y pensar que una guarimba llevada a cabo de ese modo es buena, no es ser mejor que un miembro de un colectivo disparando una pistola desde una moto a una marcha de estudiantes.

En este sentido, el único modo que yo puedo -a duras penas- asomar a la guarimba como necesaria es como método de legítima defensa contra los ataques de los grupos armados del gobierno. Sin embargo, la doctrina jurídica-penal ha elaborado ciertos extremos que deben cumplirse para que opere la legítima defensa y en resumen son: la inminencia de la agresión contra la cual se defiende, la ilegitimidad de la agresión contra la cual se defiende y la proporcionalidad de los medios utilizados para la defensa. En muy pocos casos construir una barricada como medio de defensa se podría subsumir en una legítima defensa, primero por razón de la inminencia tendría que conocerse con absoluta certeza el ataque inminente y actual de colectivos armados y, en segundo lugar –salvando muchísimas otras- en razón de la proporcionalidad, el riesgo creado para personas inocentes es muy alto, siendo entonces desproporcionado.

Por otro lado, los vecinos serían otro gran problema porque la mayor parte de las personas no tienen los recursos para poder sostener un paro nacional, puesto que su subsistencia depende del trabajo diario o semanal y que el no trabajar por ese tiempo significaría sencillamente no comer. Aquí se incurre en tres graves errores estratégicos.

En primer lugar, como señala Sun Tzu, no se debe emprender una acción ofensiva y en general una guerra sin contar con los recursos para hacerla.

En segundo lugar, esa situación crearía enfrentamientos –incluso violentos- entre los vecinos que desean salir a la calle a trabajar y aquellos que desean mantener la guarimba. Una estrategia que se emprende con personas que se enfrentan consigo mismos de ningún modo es efectiva.

En tercer lugar, pero no menos importante, está que al iniciar un paro nacional nos encontraríamos en un enfrentamiento de desgaste. Sun Tzu señala que es igualmente erróneo o peor precipitarse irreflexivamente al campo de batalla, como emprender una larga campaña, dónde los costos son altos y no hace más que traer miseria al pueblo.Con el control económico por parte del Estado Venezolano, evidentemente, este cuenta con más recursos. Sin lugar a dudas,  en un enfrentamiento sostenido de desgaste que se pretende entablar con un paro nacional saldría victorioso el gobierno.

Es importante señalar en este punto que un paro no sólo acabaría con una victoria del Estado, sino que también implicaría el agravamiento de la situación económica de Venezuela, ya que si la producción y la prestación de servicios es ahora muy baja, esta se convertiría en casi nula, sumiendo a toda la clase media (Dónde se encuentra el piso del capital político no-chavista) y baja en una situación irrecuperable. Además de esto, nos encontraríamos ante un gobierno ansioso por hacerse con el control de los pocos medios de producción que quedan en manos del sector privado, ahora justificado por una nueva supuesta agresión de la “derecha fascista” en la “guerra económica”. Esto es inequívocamente es una cesión de los pocos espacios que le queda a la oposición o disidencia (O cualquier grupo contrario al gobierno) Recuerde bien que en los enfrentamientos estratégicos es someter al enemigo, no aniquilar a sus soldados en batalla y ante la pérdida de estos espacios perderíamos la capacidad de emprender casi cualquier acción y por lo tanto la derrota, ya que no habría forma de combatir en contra el control estatal. Los Hermanos Castro y las altas cúpulas del chavismo cumplirían de forma definitiva su objetivo principal, someter completamente la sociedad.

En conclusión, toda la acción que usted propone en el contexto actual es desde su planificación, su ejecución, sus objetivos y posibles resultados completamente equivocado. Como señalé anteriormente, un gobierno de este tipo cae cuando no puede cumplir su función existencial, gobernar. Por lo tanto, lo único que puede tumbar es el descontento nacional, la unión de todos los individuos de nuestra sociedad expresando al unísono el deseo por construir ciudadanía sobre con bases en la Democracia, el Estado de Derecho y el respeto y garantía de los Derechos Humanos. El compromiso de la sociedad en las calles debe expresarse cada día en la lucha pacífica contra el régimen, por lo tanto, aquí no puede reinar el odio que usted pregona. Sólo en esto momento podría caber un paro nacional como mediada de apoyo a la expresión de la voluntad de la ciudadanía. Hacer concretos estos objetivos requiere de una discurrir que no es tema de esta carta, por lo tanto es imperativo dejarlo para otro momento.

Señor Robert Alonso, mi señalamiento hacia usted es que más allá de Gene Sharp (Con quien comulgo en ideas también) y también de su ceguera ideológica y la irracionalidad de su odio, existe la racionalidad estratégica.

(Sigue una tercera parte)

Fernando Obregón

Nota* Publicado originalmente en: https://fernin94.wordpress.com/2015/01/03/carta-abierta-a-robert-alonso-el-refugiado-mayor-segunda-parte-mas-alla-de-la-guarimba/

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