Maestra vida y la homofobia

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1960

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Anoche hubo un nacimiento en la familia, del que nos enteramos en la mañana gracias a un mensaje con video incluido por Whatsapp. Mi esposa le dijo a mi hija mayor: «mira lo que pasó ayer», y yo comencé a malcantar la canción de Blades, inserta en Maestra Vida, «El nacimiento de Ramiro». Esa que dice «nació mi niño, mi niño, nuestro niño». Por supuesto recibí mi regaño por aguafiestas. Pero la canción, como suele suceder, se me quedó pegada. Y de pronto reparé en un detalle: la frase «que no me salga marica, que no me salga ladrón».

Maestra vida es un disco que salió al mercado en el año 1980, es decir, hace 35 años. En la historia de la humanidad 35 años son apenas un estornudo, unos 5 segundos si acaso. Y el compositor de esa obra es Rubén Blades, quien es una persona de reconocida sensibilidad social. Abogado de causas perdidas, defensor de los derechos de los latinos y de las minorías. Pero eso no lo privó de poner en su canción la homosexualidad y el latrocinio  al mismo nivel. Como si la homosexualidad en ese momento fuera algo condenable.

¿Es eso indicativo de homofobia? ¿Será que Blades es homofóbico? Creo que hace falta ponernos en contexto. Tal vez todos, en los 80, y bastante después también,  lo éramos en alguna medida. Marico era el insulto más utilizado (tal vez siga siéndolo, de paso, pero con otra connotación, más hacia el chalequeo y curiosamente con mucho éxito entre mujeres, quienes se dicen mutuamente marica).  Tal como lo dice la canción, la simple sospecha de que el hijo de uno fuera gay era una especie de tragedia. Ser homosexual era un estigma, pero también lo era ser amigo de homosexuales. Era algo que se esparcía como un rumor, que se conversaba en voz baja.»Me enteré que fulano de tal es marico» «No puede ser, ¡pobre carajo! Tan de pinga que era, menos mal que me lo dijiste». Hoy en día ya la homosexualidad ha dejado desde hace rato de ser un escándalo, una actividad pecaminosa. Quedan algunos reductos, por supuesto, pero cada vez más hay una amplia aceptación de los gays en la sociedad. No tiene nada de particular que en cualquier círculo de amistades haya gente de la más diversa orientación sexual. Es un tabú que quedó derogado.

Supongo que hoy en día a Rubén Blades, si tuviera que reescribir Maestra Vida, no se le ocurriría incluir esa frase en la canción. So pena de ser achacado de retrógrado por la sociedad en general. Aunque, muy en el fondo, todavía algunos tengamos ciertos resabios de homofobia. Después de todo, es difícil deslastrarse de 20 siglos de prejuicios.

1 Comentario

  1. Lo que parodia la canción de Blades es al macho caribeño, que riega muchachos por doquier y está más pendiente de beberse los miaos que de asistir a la parturienta. Es el tipo bonachón que buscará a los panas para celebrar antes que hacer la cola por los pañales (¿y por qué iba él a ocuparse de algo como eso?), falto de educación o trabajo rogará porque no le salga «marica o ladrón» pero que por arte de magia sea pelotero o doctor. Aún así quiere a su hijo, aún así sabemos que después lo dejará al garete mientras se va de farra.

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