Las personas que decidimos irnos de nuestro país, lo hacemos buscando mejores oportunidades y calidad de vida, pero eso no nos hace menos venezolanos que los que se quedan, por eso no entiendo, como el SAIME, olvida por completo a las personas que vivimos fuera de las fronteras venezolanas. Hablo por mi, por mis hermanas, por mi hijo.
Tengo una hermana que vive en Brasil, que antes de irse (2009), renovó su pasaporte y cuando se le venció y fue a solicitar una nueva cita, en el sistema le aparecía que su pasaporte no había sido retirado nunca, por lo cual no podía emitirse una nueva cita. Fue al Consulado de Venezuela en Sao Paolo, y le dijeron que no podían ayudarla porque era un problema del sistema del SAIME y ellos no pueden hacer nada.
Mi otra hermana vive en Italia, está haciendo un doctorado y se le venció el pasaporte, hizo su cita para sacarse uno nuevo, pero no pudo sacárselo porque en el Consulado de Venezuela en Nápoli le dijeron que: «La máquina está dañada», no pudo asistir a unos congresos por no tener pasaporte, lo máximo que pudo hacer fue ir al Consulado de Venezuela en Roma y sacar una extensión en su pasaporte viejo, el que no es electrónico, que no lo aceptan en muchos países.
Ahora, comento el caso de mi hijo, 7 años, con pasaporte vigente y vive conmigo en Milán. Según las leyes venezolanas, al cumplir 9 años todo niño debe sacarse la cédula de identidad. Pero los consulados fuera del país no realizan jornadas de cedulación por primera vez, si vives en el exterior y tienes un hijo que necesita la cédula, debes viajar obligatoriamente a Venezuela para sacársela. No hay otra opción, esto lo ratifiqué en el Consulado de Venezuela en Milán. Y para renovar el pasaporte a un niño mayor de 9 años, es necesaria la cédula de identidad.
Como Venezuela, consciente del fenómeno social que significa migración en masa de jóvenes familias, es incapaz de implementar mejores políticas consulares. Los venezolanos que vivimos fuera de nuestro país no somos apátridas, somos ciudadanos que podemos votar, opinar y mas aún, tener acceso a nuestro derecho de tener cédula o pasaporte. No todos podemos costear un boleto ida y vuelta a Venezuela para sacar una cédula o resolver un problema con el SAIME, que el consulado es inútil en resolver. No es justo.
Me gustaría que leyeran una frase curiosa que tiene en la primera plana nuestros pasaportes:
La fortaleza de una nación radica en su identidad
Simón Bolívar.