El boceto es un sitio así como un encuentro. Es el primer contacto entre la imaginación y su soporte. No es sólo creación, es infinita recreación.
Todo acto creativo suscita asombro cuando visto fuera de su producción y realización se erige contra la necesidad y el vacío. Como acto supone una finalización y como finalización reduce mezquinamente su propia cualidad realizativa. Dicho de otra forma, el acto creativo es una reducción de la actividad creativa, la creación supone un proceso continuo que se expresa multívocamente a través de diferentes soportes y momentos siendo el boceto un sitio fundamental y de encuentro para la imaginación. Las siguientes líneas pretenden constituirse en una invitación a la realización creativa a través del boceto y a considerar la importancia que puede tener (y no sólo para el artista visual) el sketchbook como herramienta.
La actividad creativa consiste en un movimiento y tensión continuos entre lo realizado y su realizador. Si bien este punto de partida parece evidente, mantener esta sencilla separación puede ser de mucha utilidad para comprender la mezquina reducción de la finalización. La inspiración como resultado del vaivén entre el creativo y su realización en algunas tradiciones tiende asociarse con la externalidad, la imagen de las musas puede ilustrar con claridad tal concepción. Pero desde otra tradición la inspiración puede partir de lo interno, siendo el diálogo con lo interior (llámese alma, espíritu o mente) lo que puede desencadenar la necesidad por verterse en el mundo exterior. Este desborde que se transforma para algunas personas en una necesidad por salir e imprimirse fuera de sí mismos, puede encontrar en el sketchbook un sitio ideal.
El sketchbook es, a la par de quienes se dedican a usar tal herramienta, sustancialmente diverso. Es un diario tanto textual como como gráfico, un tratado (propio y para con los demás) y una efectiva revelación personal de como se observa, percibe e incluso se traduce la naturaleza y la vida. El boceto marca el inicio a la primera traducción entre la inspiración, la imaginación y su soporte final sea cual sea este. Un uso conocido del sketchbook es el que le dio el artista francés romántico Eugène Delacroix (1798 – 1863) quien en sus viajes al norte de África, como parte de una misión diplomática en 1832, se valió de sus bocetos para poder capturar secretamente a las mujeres de religión musulmana, las cuales por su propia creencia se les impedía salir al público descubiertas.
Lo realizado como finalización se transforma lamentablemente en algunos casos, y para algunos realizadores, en una suerte de pesadilla o camisa de fuerza creativa. La imposición por un final constriñe el movimiento natural de las ideas necesario en cualquier práctica creativa. El sketchbook puede transformarse para estos realizadores en un espacio sustancioso para todas esas ideas que no necesariamente deben determinarse en una realización finalizada. En este sentido, el boceto es una primera captura y punto de partida que no requiere una elaboración sobre dimensionada. El desarrollo de tales ideas puede llevarse a cabo en otro soporte o en páginas siguientes del sketchbook, permitiendo con el uso disciplinado del mismo, agrupar diferentes puntos de partida gráficos o textuales que pueden llevar a sitios completamente diferentes de cuando se anotaron originalmente.
El boceto no debe constituirse necesariamente ni exclusivamente en una replicación exacta de la inspiración. Muchas veces la imaginación se nos presenta de una forma más elaborada de lo que quizás el tiempo y la propia vida nos permiten traducir a un soporte. El sketchbook no supone una realización definitiva, tiende más hacia la representación que hacía la réplica. El caso del sketchbook en la botánica puede ilustrar perfectamente esta separación, la ilustración en tales usos si tiende hacia la replicación e igualdad en el sentido de que se pretende una agrupación enciclopédica de la naturaleza, pero en otras formas de creación la catalogación que se forma es la del trabajo propio, no la del mundo exterior en clave unívoca de igualdad o verdad.