El dólar paralelo está coqueteando con desparpajo con los 430 BsF. que son equivalentes a 430.000 bolívares de los viejos. No han pasado ni dos años de los proverbiales 43.000 Bs. por dólar para que el gobierno pulverizara el cambio pasando a una devaluación implícita de aproximadamente 10.000.000%.
Asumiendo que el chavismo se montó en el poder con un dólar a 565 Bs., la devaluación en todos estos años de revolución hermosa es de 76.000% superando con bastante comodidad a la devaluación de TODA la IV república (~13.000% si se asume el precio a 4,30 como base de cálculo). Un 13.000% que lleva tatuado en esos ceros el Caracazo, la pauperización de las clases medias, el fin del ta’ barato dame dos, dos golpes de estado, crisis política y el ocaso de los partidos políticos tradicionales, entre otros hechos decisivos que cambiaron la historia de Venezuela.
¿Por qué con un estímulo de mucha menor intensidad sucedieron todas esas cosas y ahora, con mucho más de la mala medicina, no pasa nada? Lo primero es que sí que han pasado y están pasando cosas pero en democracia las válvulas de escape tienden a volcarse contra la clase política dominante. De eso se trata. En dictadura, o lo que quiera que esto sea, ese descontento por una serie de razones no se conjuga en contra de la clase política o no con la misma intensidad. Bien por impotencia, bien por represión, bien por una serie de razones que escapan el alcance del artículo la realidad es que en cuanto a condiciones económicas objetivas para un “revolcón” popular a la V le ha salido bien barato tanto desastre. El descontento lo percibimos en el viejo que se muere en una cola de supermercado y nadie hace nada, en la explosión de la delincuencia, en la continua precariedad de las clases más desposeídas, entre otras cosas que lamentablemente ya son cotidianidad (pero no deberían de serlo).
Por el otro lado, a medida que el dólar se hace más y más escaso (por lo caro que resulta su adquisición) se empiezan a oír voces, viejas y nuevas, ponderando acerca de los beneficios de la dolarización. En lo particular creo que sería un gran error dolarizar por muchas razones técnicas y económicas. En cuanto a razones técnicas la más obvia es que Venezuela estaría atada a la política monetaria de USA sin que sus condiciones financieras en un momento en particular fueran tomadas en cuenta por la Fed. Basta ver a la periferia europea para darse cuenta lo doloroso que ha sido no tener una moneda que devaluar. En cuanto a razones económicas, es de creencia común que el “imprimir dinero inorgánico” es siempre no deseable cuando todo depende si se hace como medida anti-cíclica, etc. y que otras medidas se toman en paralelo. Inundar la economía de liquidez monetaria, cerrar los puertos, aplicar un control de cambio y destruir lo poco que queda de empresa privada no es lo mismo que inundar la economía de liquidez monetaria, abrirse a la inversión foránea, liberar el cambio e incentivar a la iniciativa privada. La diferencia entre una cosa y la otra es como del cielo a la tierra, claramente imprimir dinero no explica todo lo que está pasando.
La situación comenzará a dar visos de enderezamiento cuando el país logre ser más productivo (no a pesar de, sino gracias al gobierno), haya más inversión privada y haya un gobierno que se dedique a gobernar y no a meter el hocico en camisas de once varas.