Modo José Antonio Ramos Sucre
La noche y sus ruidos terminan invadiendo todo; apenas un persistente hilo de luna atraviesa la recia muralla de nubes, aroma de azahares que se siente sin existir ni un árbol de esos alrededor. Entre tantas sombras, te distingo, te siento, estás presente. Te sobrepones a mi alma atormentada. Tormentos que no tienen nada de ti, tormentos que vienen con vida transcurrida. Quieres desesperadamente prolongar tu vida. No vale la pena darle mas alimento a la invicta. Elquetodolopuede lo quiere así. Quisiera invitarte a andar juntos hasta que mi sentencia llegue ¿Que harás luego? Quedarás en medio de la vida. Rastros borrados por el viento y la tierra. Palabras que se escucharon y se diluyeron. Trozos de vida sueltos. Llegué de la nada y hacia la nada iré. No quedará de mi ninguna huella. Seré como un día mas que cae, que sucumbe ante la noche. Como una vela extinguida. El rayo persiste y queda, persiste y atraviesa, persiste y me hace recordarte, me trae aquellas de noches en las que dormía cubierto de luna y con el ruido de la brisa entre los árboles. Le rogué por todo a cuantos dioses creía, me oyeron a destiempo. Todo ocurre durante las largas noches de insomnio donde solo se escuchan los sonidos del sueño, la respiración lenta y pesada Veo tres estrellas de ebano sobre un fondo de marfil. Ya es de día.