Dr. Cornelia Păun Heinzel: „El cartero nunca más llama dos veces„ o „Sueños…sueños…sueños… „
„ El cartero nunca más llama dos veces„ o „Sueños…sueños…sueños… „
Traducción por Juan Antonio Pellicer Nicolas y Jero Crespi
Nicky entró en su viejo coche Skoda. Pegó su cabeza al volante mientras soñaba profundamente, con los ojos abiertos en su película favorita “El cartero siempre llama dos veces”. Había visto esta película en innumerables ocasiones, cada vez que tenía la oportunidad, siempre la veía con agrado. ¡Le gustaría hacer lo mismo que los personajes principales de la película!. Soñaba con una chica joven, hermosa, inteligente, rica, que quería escapar, como en el cine y permanecer a solas en su casa.
Él quería más; más dinero, una casa, un coche lujoso, alta tecnología y que todas las mujeres hermosas lo admirasen cuando corría. Amaba la locura, el dinero y los coches caros. Pero el nunca amaría a una mujer “Así era él, Nicky”. A quien le gustase debía aceptarlo tal como era, pensaba el joven.
Cuando era pequeño vió en sus padres, que el amor no tenía ningún valor, cuando tenía hambre su madre no había hecho la comida, como de costumbre y él tenía que buscar comida como siempre, en casa de las vecinas o mujeres conocidas.
No tenía compañeras, ya que la mayoría de estudiantes de la Universidad en la especialidad de automotor por carretera eran chicos, eso era la dirección que quería seguir debido a que a él le gustaban los coches y su padre lo apoyaba. Pero podía visitar a las esposas de sus amigos, ¿Cómo era Elena, la esposa de Andrei? Trabajaba en el taller de teñido de la fábrica “Bandera Roja”. Era una mujer morena, con el pelo corto, tipo campesino trabajador, como de hombre, bien hecho, no era pobre, nada de grasa, ella estaba en casa y como siempre se lamentó:
– Andrei está estudiando y trabajando todo el día. Me descuida todo el tiempo, no me siento en absoluto mujer, la mujer continuó inmersa en el pensamiento. Su sueño era todavía un hombre guapo, inteligente, trabajador y leal como Andrei, pero que tuviese relaciones sexuales con ella más a menudo. De la misma manera que había leído en los libros de amor, en su trabajo cuando no había demasiado trabajo pintando coches. Sin embargo su salario estaba bastante bien, incluso ganaba más que su marido, que era estudiante. Pero Andrei necesitaba trabajar duro para obtener dinero con el que mantenerse a él, a su esposa Elena y a su bebé. Su sueño era descansar y no estar fatigado, dormir y ser feliz, como un perrito en su cama tras muchas horas de trabajo agotador.
Andrei era un hombre hermoso, moreno, con cara de actor de Hollywood, de estatura media; muy inteligente y trabajaba duro dado que provenía de una familia de pocos ingresos. Su padre era carpintero y su madre ama de casa y necesitaba pagar el alquiler de su casa, la casa de un compañero de estudios, de clase adinerada, con una situación financiera mejor. Tenía dinero para el alquiler y también la visión de los videos, porque era la única posibilidad que tenía de ver películas extranjeras, especialmente aquellas de alto contenido sexual y pornográfico.
Las palabas de la mujer no quedaron sin efecto sobre Nicky, era un chico amable, el tenía abundantes talentos y consolaba con alegría a la pobre mujer. Elena se sentía atraída por la estructura atlética (físico) del hombre alto frente a ella, con su pelo negro, rizado, boca pequeña y labios carnosos; tenía algo infantil y a la vez parecía tan masculino, con la barba sin afeitar. “Voy a darle a cambio un gran plato de sopa de fríjoles”- pensó la mujer feliz.
-¡Qué deliciosa! ¡Eres una cocinera increíble!- dijo Nicky encantado y entusiasmado, sorbiendo ruidosamente el liquido humeante de la cuchara. “Es deliciosa, pero mañana voy a ir a comer con mi padre”-pensó Nicky. “Sera un verdadero placer”.
Su viejo padre, rondaba los sesenta años y tenía unas relaciones más tranquilas con las mujeres. Conoció a una rica húngara, Llona, que vendió una casa. Llona era gorda, de pequeños ojos azules, su pelo casi calvo levemente tintado de rojo como el fuego. El señor Olive siempre era cortés y amable con las mujeres. Con ese comportamiento siempre había conquistado a las mujeres que había deseado. Con la cara roja permanentemente, alto, corpulento y calvo, con unos pocos trazos de pelo blanco, parecía atractivo a muchas mujeres. Llona, su última conquista, tenía un talento especial, como todas las mujeres húngaras para cocinar bien, comida muy picante. Al principio de cada comida servía un vaso o dos de aguardiente de ciruela, posteriormente una deliciosa sopa húngara junto a un goulash picante y apetitoso, las tartas de Llona al finalizar la comida eran más que unos verdaderos placeres culinarios.
“Es fuerte el viejo, me gustaría tener cerca una amante como Llona” –pensó Nicky soñando-, “Nunca tuve suerte de conocer alguna así”.
Las mujeres con las que tenía aventuras, vecinas del bloque de su madre, que habían crecido con él, le gustaban las sensaciones pero no eran demasiado maestras de acción. Pensó inmediatamente en la señora Irimia, mujer fuerte pero no muy hermosa. Tenía unos enormes pechos, cuando cubrían su rostro, estaba completamente fascinado por ellos. Su hija también tenía esos pechos, pero no se fijaba en él. Tenía un novio, compañero de la facultad de Medicina, donde estudiaba; era la misma donde se había instruido su madre. En la Universidad de Brasov, los estudiantes son demasiado serios –pensó Nicky- especialmente las chicas. Él no tenía ninguna posibilidad con ellas. Consiguió engañar una vez a Ildiko cuando tenía exámenes atrasados de recuperación en otoño y la residencia de estudiantes estaba cerrada. Le ofreció alojamiento en casa de Sacele, donde surgieron unas cuantas noches de sexo loco, eso le convenció que lo que se decía acerca de las mujeres húngaras que estaban dispuestas y eran buenas en la cama, era completamente cierto.
Llona miró a los dos hombres que estaban comiendo con placer sus delicias, mientras dejaba sus sueños volar, donde se encontraba en una playa con arena y oro fino, donde la brisa del mar acariciaba sus fosas nasales y el señor Oliva la trataba como a una princesa. Una playa de Costa Rica, de la Costa del Sol o la Costa Azul… Solo tenía dinero para viajar ella y el señor Oliva, soñaba vagar por todo el mundo, en los brazos protectores del hombre, cuando ella se había jubilado por fin había encontrado a su alma gemela, aquella que había esperado toda su vida, su gran amor, el señor Oliva. Pero ella no entendía su demora, probablemente el hombre tenía sus razones, su trabajo que todavía tenía que realizar.
-¿Cuándo haremos el viaje a Grecia que habíamos planeado durante mucho tiempo? –preguntó la mujer.
– Cuando tengamos tiempo, ahora no podemos ir. No puedo faltar mucho tiempo al trabajo. El señor Oliva tragó el último trozo de la tarta deliciosa y Llona pidió un poco de brandy. Poco a poco fue sirviéndolo en un vaso de cristal, mientras soñaba ansiosamente que escapaban de Llona, uno para coger el dinero y encontrar a una mujer joven entre las trabajadoras que venían al pueblo. El señor Oliva era ingeniero del Automóvil a la fábrica “Bandera Roja”. “Voy a aplazar los viajes de Llona, con su dinero voy a viajar con otra mujer a tierras extranjeras” –continuó soñando el señor Oliva.
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– He quedado con una chica –dijo Nicky de pronto al señor Oliva – Dame un poco de dinero, tengo que ir a un local de lujo y cuesta más dinero.
– Aquí tengo poco dinero, creo que va a bastar – respondió el señor Olivo, mientras buscaba el dinero en el bolsillo y se lo entregaba al joven.
– ¡Gracias papá! ¡Ahora tengo que ir rápido al encuentro! ¡Adiós y gracias por la comida! – dijo Nicky, levantándose de la mesa marchándose.
“Con el dinero puedo invitar a ir al local más lujoso de la ciudad “Aro”, o a “La Ciudadela”, pero está en la colina o a “Poiana Brasov” y está un poco lejos” –pensó Nicky.
Es mejor ir a “La Cena”, está en el centro histórico, cerca de Aro y es más barato además me quedará algo de dinero –continuo Nicky con su cadena de pensamientos- creo que le gustará a Cristina.
Cristina era una chica rubia, con cara de muñeca, delgada, de mediana estatura. Nicky siempre se sintió atraído por las chicas más bajas que él, sentía que con su 1,94 las protegía, así se sentía más masculino, pero Cristina era demasiado tranquila para él, era la hija de un maestro, colega de su madre. La chica era buena estudiante en la Universidad además tenía una buena situación financiera. Ella no tenía aún veinte años y sus padres le compraron una casa y un coche, ella no había empezado su vida sexual con hombre pero sus compañeros siempre pululaban a su alrededor y la mimaban como a una princesa.
Nicky hasta ahora había tenido relaciones solamente con mujeres frívolas con las que se acostaba en la primera noche, pero con Cristina podía estar seguro de que ocurriera lo mismo. La muchacha salía de las clases de la Universidad y la esperaba a la salida.
– Vamos a tomar un café y una tarta de un local –dijo el joven, dirigiéndose al Boulevard del centro de la ciudad donde los locales se alinean uno tras otro.
Primero entraron en el Aro.
– ¡Esta demasiado lleno de gente! –dijo Nicky, volviendo sus ojos a través de los clientes del local, en su mayoría extranjeros.
Tengo que demostrar a Cristina que yo puedo ir al local más caro, pero la atmósfera de este no es demasiado agradable, así que vamos a “La Cena” como había planeado antes, ¡soy hábil! –pensó el joven.
“La Cena” estaba a poca distancia, entraron en el restaurante y subieron las escaleras, el camarero acudió rápidamente.
– Tráiganos dos cervezas Tuborg – pidió Nicky.
– Yo no bebo cerveza, no me gusta, es amarga –dijo la chica.
– ¡Deja que te enseñe a beber cerveza, para todo hay un comienzo! – continúo él.
El camarero trajo las cervezas y las sirvió en los vasos.
– La cerveza no se bebe rápidamente, tampoco tan poco a poco como lo haces tú –dijo Nicky a Cristina. Una vez que te acostumbres a ella, dejara de ser amarga y la encontraras deliciosa –dijo Nicky.
– No lo creo –dijo Cristina, mientras apenas estaba bebiendo tranquila de su copa.
Nicky recordaba su infancia. Su madre lo envió con su padre en Sacele para vigilarlo y que no andará con mujeres. La casa de Sacele era un residuo de una ex amante del señor Oliva, que había muerto. Para evitar problemas con su hermano, dado que tenía la mitad de la casa, se la dio a su hijo mayor, Nicky. – ¡Ve con tu padre, para que cuide de ti y no solo deba hacerlo yo! –decía la señora Oliva, enfadada.
La madre de Nicky era profesora de matemáticas y se sentía como si estuviera casi todo el tiempo en la escuela, cuando tenía tiempo libre, ayudaba a los niños con las matemáticas, ganaba mucho dinero y en su tiempo libre, soñaba, que con el dinero que tenía era para ir de viaje al extranjero y así visitar todo el mundo: Egipto, Grecia, incluso muchos otros países.
Su padre, sin embargo, no tenía ninguna restricción si era con Nicky, el muchacho observó con curiosidad las orgías sexuales de su padre con las mujeres que llevaba a la casa de Sacele, a pesar de que en esa época la gente era menos libertina y había pocas mujeres frívolas. Todas estaban obligadas a trabajar o si estaban en casa debían ser mantenidas por sus esposos.
Su madre estaba deprimida por las aventuras de su marido, además no sabía lo que estaba pasando con sus hijos, pero ella soñaba con algunas chicas ricas y que fueran médicos, para sus hijos y para su cuidado en la vejez.
Desde los cinco años de edad, Nicky veía las escapadas amorosas de su padre y las escenas eróticas sin pudor, el sexo entro en la cabeza de Nicky para siempre. Estaba obsesionado con figuras, posiciones… ¿Qué haría yo ahora con Cristina? –pensó Nicky y le dijo: -Como aprendí a leer en la escuela, fui inmediatamente a visitar a mi vecino, el ginecólogo y le pedí que me dejara ver su biblioteca y leí algunos libros. El médico estaba encantado porque pensó que yo era un chico estudioso y me los dejo inmediatamente, que yo quería libros con cuentas para mi edad, pero yo subí inmediatamente en un taburete para llegar a la última estantería, donde el doctor había dispuesto su libros de perfil sobre su especialidad y elegí uno de anatomía con imágenes en color para documentarme en el campo que me interesaba y así saber más acerca de lo que hacía mi padre con sus novias.
Cristina miró asombrada a Nicky, nadie nunca le había dicho eso.
– Y pronto tuve mi primera experiencia sexual práctica –continuo Nicky- una vecina, profesora de historia, era una señora mayor, de mediana edad me tentó con una tarta de crema y fresas, ¡no pude resistirme a tal oferta! Y este fue el inicio de mi vida sexual, ella era bastante fea, tenía la piel oscura, delgada y seca, como si tuviera solo piel en los huesos, parecía como las mujeres mayores de Hawái. Y lo que ella me hizo se lo tenía que hacer a ella, al principio estaba un poco asqueado. –Voy a hacer lo que he aprendido –me dijo la mujer, cuando tu ya no puedas estar conmigo, sin embargo vas a poder satisfacer a cualquier mujer –dijo el joven.
Cristina estaba asombrada porque no entendía nada de lo que hizo Nicky con la mujer.
-¿Cómo era tu vecina? –preguntó ella con curiosidad.
– Mi vecina había tenido durante años un gran sueño, casarse. Como tenía cuarenta y cinco años y era bastante fea, no tuvo la oportunidad. La suerte se apareció cuando menos se la esperaba. Conoció a un italiano, más viejo en una discoteca e inmediatamente le pidió que fuera su esposa, en pocos meses se caso y se fue a Italia.
Nicky pensó de forma optimista – no he perdido nada con salir con la mujer, ni siquiera me gustaba, pero gané en experiencia, porque tuve pronto experiencias con ella y con otra vecina más. Además se preguntaba -¿por qué no tengo éxito con las chicas de mi edad si soy guapo, alto, de casi dos metros, pelo negro y rizado, agradable de cara e inteligente?
Cristina tenía empatía hacia él, como si hubiera leído sus pensamientos, ¿Por qué este hombre no utiliza su inteligencia para algo útil? Solo tiene los coches y el sexo en su cabeza, como si no hubiera otras cosas.
– La mayor escapada –continuó contándole a Cristina -fue aquí en el restaurante “La Cena”, conocí a dos mujeres esteticistas e inmediatamente se fijaron en mí y no me pude resistir a la tentación, no pude rechazarlas, aunque yo no sabía lo que me esperaba. Esto fue lo más duro para mí, sin embargo, las mujeres se divirtieron conmigo, se proponían afeitar todo mi cuerpo, fue una experiencia nueva e inédita para mí –Nicky pensó entonces –mereció la pena, porque se completo una orgía sexual de los tres, las mujeres estaban desinhibidas sexualmente y con una imaginación extraordinaria, exactamente a mi gusto. Entonces Nicky pensó- esto no se lo digas a Cristina.
– ¿Quieres que vayamos a un video? –le dijo a Cristina-.
Sus compañeros de negocios, organizaban en sus propios hogares el ver películas especialmente de contenido sexual, dado que era la única forma de hacerlo en ese momento.
Repentinamente en el restaurante apareció Vali, el mejor amigo de Nicky. Vali era un muchacho serio, cursaba primero ese año, pero a él le fascinaba la personalidad de Nicky, quizá porque era opuesto a él. Su pasión por los coches era la única cosa que tenían en común. Sus padres eran médicos y su padre dirigía un hospital.
Vali era un hombre fuerte, con un bigote grueso y tupido. A los veinte años, era alto, gordo, peludo, con muchos rizos rebeldes y un bigote grueso, parecía un hombre de cuarenta o cincuenta años. Parecía un pastor de Moldavia, con numerosas ovejas, con una piel de cordero en la espalda, iba vestido de forma elegante, también tenía un Jeep Aro, entonces estaba considerado como uno de los coches más caros e incluso una motocicleta de lujo.
– ¡Que chica más hermosa! Si no te casas con ella, yo la quiero –dijo el joven.
– No tienes ninguna posibilidad –respondió Nicky irritado, pensando que podía perder a Cristina – Tómate una cerveza.
– Quiero una familia con muchos niños sanos, no voy a poner en mi boca esa bebida, para no hacer niños discapacitados –dijo Vali – Este es mi gran sueño, ¡tengo suficiente dinero!
-Sus padres son personas con dinero y pueden comprar lo que quieran –pensó Nicky.
El sueño de Nicky era terminar la Universidad, porque le gustaban los coches y quería trabajar con los conductores y ser su jefe, le atraía fuertemente la vulgaridad de esos hombres, le gustaría comportarse como ellos, hablar como ellos,…
Pero era tarde y tenía que ir a casa, Nicky beso rápidamente a Cristina, por protocolo, no para asustarla y ya estaría más con ella.
Durante el camino pensó en Dorin, su hermano menor; era exactamente lo contrario, pero este lo quería mucho y lo veía como un santo, todo lo que hacía su hermano mayor le parecía genial, a menudo Nicky trataba de corromper a su hermano, pero no existía ninguna posibilidad.
Físicamente era exactamente igual que su padre, pero débil; un chico lindo, educado y bueno, estudiante de primero, en un viaje a Bucarest lo conquistó una estudiante de Moldavia, versada y más mayor que él, estaba en el último año de la universidad y con una experiencia sexual rica. Tras su insistencia, trajo a Dorin a su casa de Brasov, para presentársela a su madre y a su hermano.
Su madre, la señora Oliva, sirvió como a todos los huéspedes una taza de café donde poder ablandar una pequeña cucharada mojada en el tarro con 50 gramos de crema que le habían regalado y lo servía con grandilocuencia a sus visitantes durante todo el año.
– Voy a servir café frappe y crema –dijo su madre con protocolo-. No es demasiado joven para encajar en mis sueños –pensó la mujer – es campesina, yo quiero chicas adineradas para mis hijos, pero como experiencia Dorin es buena, incluso Nicky lo había dicho; Dorin tenía que comenzar su vida sexual.
Por la noche, Dorin durmió con la estudiante moldava, a la mañana siguiente, Nicky se alegro pensando que por fin se había estrenado.
Le preguntó con curiosidad: Bueno ¿Cómo fue? –preguntó Nicky.
-¿Qué?- Dorin contesto suavemente.
– ¿Cómo qué? ¿Cómo fue la chica? ¿Ella conoce bien el trabajo?
– Nada, no hice nada –dijo el joven susurrando.
– ¿Y tu no sientes la necesidad? No miraba a la chica mala, era realmente bueno del todo.
-No, no sentí nada –dijo Dorin.
Nicky recordó cómo le gustaba Dorin cuando el profesor de órganos, máquinas y mecanismos que amaba a chicos jóvenes le tocaba a él su parte inferior, mientras escuchaba en los exámenes como saber que hacían prácticamente con todos los estudiantes. Tenía una esposa y niños, esto al Sr. Bottomo le ofrecía una tapadera ideal. Le invitó a su casa para pensar, dado que Dorin dejó para la recuperación su disciplina.
Y parece que se había preparado bien, ya que saco un diez en el examen. Dorin no sabía que esto le marcaría toda la vida, pero también se aseguraba el futuro, aunque fue uno de los últimos de la clase e incluso no soñó en llegar a profesor universitario.
Al finalizar la Universidad, Nicky recibió un trabajo del gobierno como ingeniero en una fábrica con el perfil de auto en Medias. No fue de los primeros, pero no había notas de la cola de jerarquía, no podía coger algo cercano a Brasov, y con su especialización solo existían dos lugares en el condado y estos estaban ocupados por el primero de la clase, el hijo del rector de la Universidad.
Llegó a Medias el 1 de octubre, había retrasado un mes el comienzo del trabajo, porque no lograba despertar por la mañana para ir en tren. Hablaría con un amigo de Medias, Manuel, para resolver el problema de la vivienda.
– En Medias te conozco a ti, ¿conoces a alguien que podría llevarme a casa?
– Una conocida mía se casó con un oficial, ella tiene un niño pequeño, pero el oficial fue adscrito a otra ciudad. La esposa tiene una casa en Medias, recibió una habitación gratis en el bloque de los oficiales y como el resto lo tiene libre, lo puede alquilar.
La mujer lo estudió con cuidado, era enorme, con una nariz como una trompa de elefante, su sueño siempre había sido tener un bebe, ella tenía un buen servicio con la contabilidad y una casa grande y bonita en Medias.
Una aventura con un hermoso oficial tuvo como resultado lo que ella quería, se quedó embarazada, se tuvo que casar con ella para no dar explicaciones a sus superiores, pero después del matrimonio y el nacimiento del niño, el oficial se traslado a otra ciudad. Su hogar lo recibió de forma gratuita por parte del ejército y podía permanecer allí de forma libre, la mujer si quería podía usarlo.
Nicky se presento al día siguiente a la fábrica “Automecánica”, donde se le había asignado. El jefe del departamento era un hombre atractivo, alto, delgado, de facciones regulares. Una vez que completó toda la documentación, lo mando al médico de la empresa.
Nicky abrió la puerta y vio con asombro a una mujer rubia, de mediana edad y muy bonita. Pensó de inmediato en coquetear con ella. La mujer lo rechazó de inmediato molesta y lo envió urgentemente a hacer un control psicológico.
Al día siguiente con la sorpresa que la fascinante mujer médico era la esposa de su jefe y que ella le contó el hecho acaecido con el joven aprendiz de ingeniero. Como resultado, se decidió enviarlo en una delegación durante varios meses cerca de su casa en Brasov, a la fábrica “La Bandera Roja” .
La delegación fue protectora para Nicky. Tenía un lugar lleno de conductores, que hablaban y se comportaban groseramente, como el siempre había soñado, entre ellos había una mujer de mediana edad, delgada, con nariz aguileña y mirada intrépida.
¡Bueno, ha aparecido un nuevo hombre por aquí! ¡Yo tomo a todos los controladores seguidos aquí! ¡Para probar y con esto, quizá me case contigo! –soñaba ella, parpadeando. Y lo invito al depósito de colorantes, donde se dirigía con frecuencia con los conductores. Se acerco a Nicky y cuando ella le envolvió con sus brazos alrededor de su cuello, el hombre no espero mucho más.
Era como en las películas porno que él veía con placer tantas veces. “Esta mujer vulgar incluso conocía bien su trabajo” –pensó Nicky plenamente satisfecho. Y paso el día pensando cómo sería el día siguiente, pero el depósito estaba lleno con los controladores que iban a por el anticongelante.
Ana le hizo una señal con el ojo indicando el inodoro, y Nicky comprendió inmediatamente la vulgaridad de la mujer, estaba completamente loco. El pelo teñido de rojo de la mujer no salía de su mente… lo obsesionaba…
Los conductores solo sabían de mujeres de condición baja. Ana era una puta y no demasiado hermosa, para ellos no era más que una aventura de una sola noche. De hecho, Ana no se perdía ningún controlador de conductores en el trabajo, ella era la única mujer, siendo tan frívola, no la quería ningún conductor como esposa. Sin embargo, para Nicky, Ana era la encarnación de su sueño, lo satisfacía realmente, Nicky quería una mujer muy versada, con una rica experiencia sexual, con la cual poder satisfacer todas las fantasías más diabólicas. Esta mujer incluso superó las expectativas. Tomando nota de la debilidad del hombre, Ana obtenía plenamente provecho para ella. Ordenaba a Nicky como un general y él no ofrecía resistencia. “Qué energía fascinante tiene esta mujer sobre mí” –se sorprendió Nicky al pensar que no había visto nada en su vida como esa mujer.- “Su deseo es ley para mí”.
El hecho de que Ana tuviera una niña, le gustó mucho a Nicky. Vivía en una habitación con los padres de Ana. “Tengo la oportunidad de ver no solo desnuda a Ana, incluso a su hija y a su madre, la suegra; y como el baño compartido con más apartamentos, “mirando por la cerradura” –pensó Nicky- “podré disfrutar con mis ojos, sin obstáculos, sin molestias, libremente con las vecinas de todas las edades, cuando ellos estén en la ducha”. El inconveniente era del poco espacio para tanta gente, pero Nicky lo vio como algo positivo. Además era el optimista de su clase.
Su mayor sorpresa fue cuando Ana le presentó a su padre.
– Este es mi padre, es mecánico y tiene un taller de coches.
Tal cosa excedió los más grandes sueños de Nicky. No tendría necesidad de ir por la mañana a trabajar, ¿para qué? Con una empresa, cuando quisiera descansar entre sus coches favoritos, algo así lo vincularía para siempre a Ana, haría dinero con el negocio. Esa empresa del viejo era pequeña pero rentable.
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La madre de Nicky era una soñadora incurable, solo quería para sus hijos mujeres médicos, muy ricas. Ella buscaba a todas las conocidas para sus hijos.
Al fin oyó de una mujer médico quince años mayor que Dorin, Alina, pero que provocaba crisis nerviosas a sus pacientes. Con un gancho agarrador, ella aullaba, lloraba, gritaba y lanzaba golpes, los hombres huían de miedo. Nadie la quería como esposa, a pesar de que siempre había sido su sueño el casarse. Habían pasado treinta y cinco años y no había ningún aspirante. “Es muy buena para Dorin”-pensó la señora Oliva. Su hijo, lento y ausente con todo lo que sucedía a su alrededor aceptaría sin problemas las crisis histéricas. Pensó en la médica, esa mujer siendo mayor, necesita tener una situación familiar mejor, y lo que hizo fue solicitar al gabinete una visita con el pretexto de que ella estaba enferma. Entonces habló de su hijo.
-Mi hijo es profesor en la Universidad. Tomó clases del famoso profesor de “los órganos”, el Sr. Bottomo –explicó.
-¿Los órganos? –preguntó la médica sorprendida.
– Del Departamento de Elementos de Máquinas de la universidad. Mi hijo es un muchacho lindo, en serio, y no tiene ninguna novia. Creo que encajarías con el –dijo la mujer.
Alina estaba encantada y de inmediato recibió la invitación de la señora Oliva. No tenía la paciencia e hizo una visita al día siguiente. La señora Oliva la invito educada y suntuosamente con el café-frappé, como de costumbre, con la cuchara delicadamente mojada en la pequeña taza de crema batida. Alina estaba encantada con Dorin, con su inocente mirada de niño, tímido y lindo.
Alina era una mujer madura, que el paso del tiempo había dejado sus huellas en ella. Arrugó fuertemente su afilada nariz y la alargó más tiempo como si fuera un pico de una cigüeña. “A este lo cogeré inmediatamente de la mano y jugará como yo quiera –pensó ella.
-Nos reunimos mañana en “Aro”, ¿No es así? ¡Yo pago! –dijo Alina.
– Pero Dorin tiene dinero –dijo la señora Oliva- le dá dinero su padre, es ingeniero en “Red Steagu”. No vive con nosotros, tiene una amante – dijo la mujer. Y pensó – “Bueno, voy a tener un poco de dinero, en verano podré viajar a Paris y ver la Torre Eiffel y pasear por los Campos Elíseos… ¡Qué afortunado con esta chica!”.
Aprendió pronto que Alina no tenía nada, ni casa, ni apartamento, ni dinero, pero ya era demasiado tarde. La pareja era finalmente sólida y no tenía ninguna oportunidad de separarlos. “Por lo menos es médica”-se consolaba la señora Oliva.
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Tras unos años, en la estación de gas de las afueras de la cuidad, Vali se reunió con Nicky. Consiguió ser profesor de la Universidad y se casó con una mujer médico. Vali tenía el último modelo de Jeep y Nicky tenía un jalopy como del cementerio de coches, un tipo de auto que ya no existe y hace mucho tiempo no está en circulación.
– Nicky, ¿Sabes cuál es el mayor problema de un hombre? Tener un hijo discapacitado. Yo tengo dinero en abundancia, tengo un buen trabajo, un buen salario y un negocio rentable, pero sin embargo, no soy feliz ni nunca lo seré –dijo Vali- ese era mi sueño, tener muchos hijos sanos.
-¿No se puede tratar la enfermedad? – preguntó Nicky con curiosidad.
– Tú sabes que mis padres y mi esposa son médicos, no se puede hacer nada. Dejé a mi hija en el hospital cuando nació.
– ¿No se puede tratar en tu casa? –preguntó de nuevo Nicky.
– No, necesita un tratamiento especial.
– ¿Por qué no tienes otro hijo? Mi mujer fue inseminada y tuvo uno, ella no podía tenerlo, la pobre y yo tampoco. Hoy en día, incluso los jóvenes no pueden tener hijos de manera natural y se inseminan.
– Me temo que pueda nacer con otros problemas, la probabilidad es muy alta, y yo estaría peor que ahora. ¿Cómo sabes que es tuyo? Dime, tú que soñabas con dinero y riqueza, ¿qué has hecho? –cambió el hombre de tema.
– Me casé con una mujer diez años mayor que yo –dijo Nicky.
– Incluso sería rica, si la querías –lo consoló Vali.
– ¡De ninguna manera! Es pobre, no tiene ni siquiera una habitación y ella ya tenía un hijo anterior a nuestro matrimonio. Ahora se ha jubilado y nosotros vivimos de su pensión, además necesitamos pagar el crédito que nos dio el banco de 10.000 euros; mi esposa y yo queríamos tener un hijo y como nosotros no podíamos tenerlo, tuvimos que pagar una inseminación in vitro. Ahora tenemos una hija, eso cuesta mucho dinero, ya sabes cómo son las niñas de hoy… Tú y yo sabemos que nosotros estuvimos solteros durante los años de estudiantes –Nicky no tenía consuelo.
Soñó optimista como siempre, que también miraba cuando las compañeras de su hija iban de visita a su casa.
– Tu hermano, ¿Qué hace? –preguntó Vali.
– Esta bien, permanece como profesor, con el apoyo del antiguo profesor, el Sr. Bottomo, que es ahora rector. Es el único que este año está casado, como nosotros –dijo Nicky.
– ¿Y su esposa? Es médico de familia, como la mía, ¿no es así?
– Era, pero es más mayor que mi esposa y se ha jubilado, a él le faltan veinte años para jubilarse y dos hijos que mantener. Debe dar un porcentaje mensual de su sueldo, del 80% al Jefe de Departamento, para conservar el trabajo, actualmente mi hermano es profesor solamente de nombre; en realidad vive de la pensión de su esposa. Tú sabes mejor que yo como es ahora la Universidad.
– Si, yo soy profesor y Jefe de Departamento. Tuvo la suerte de cuando se creó una nueva Universidad en nuestra ciudad, me hicieron directamente profesor de ingeniería. Yo recibí una gran proposición inmediatamente de gestión y dirección. No tengo que dar parte de mi sueldo a nadie. Soy yo quien recibe dinero de los profesores, asistentes y estudiantes. Tuve que pagar un soborno cuando me hicieron profesor y te aseguro que di dinero para mi función –dijo Vali – ahora doy dos horas en mis cursos y recibo diez salarios mínimos; pero tengo diez clases de veinte horas pero no se hacen todos, los estudiantes no vienen a mis cursos para obtener la licenciatura. Hemos construido una casa con treinta habitaciones, como un palacio. Tu hermano puede trabajar en otros sitios, ahora con la autonomía y el soborno, nadie va a la Universidad; ni estudiantes ni profesores. Tienes un montón de tiempo libre, así.
Nicky miró a Vali, cuando eran estudiantes a los veinte años, Vali era alto, gordo, peludo, con muchos rizos negros rebeldes y un bigote grueso, con gruesos pelos y parecía un hombre de cuarenta o cincuenta años. Ahora el pelo se había vuelta completamente blanco, con un rostro fuertemente arrugado, débil y se asemejaba a Einstein antes de su muerte.
– Pero, ¿Cómo te debilitaste tanto?– preguntó Nicky, tras estudiarlo con curiosidad.
– Estoy mal del estomago, pero sigo un tratamiento, tengo suficiente dinero para ello. ¿Y tú? ¿Cómo están tus asuntos? Para mí todo está bien, sin problemas. Ahora soy una de las personas más ricas de la parte alta de la ciudad, soy barón local.
Nicky sabía que Vali había trabajado en la Seguridad Comunista cuando era estudiante, y ahora probablemente muchas veces trataba a muchos más agentes de seguridad que en Alemania. Además sus padres eran médicos y sus empleados leales, quizás este era el motivo de su éxito ahora.
– Todo mi negocio fracasó –contó Nicky.
– ¿Y el taller de tu suegro?
– No existe. Y ahora tengo que pagar las deudas, tuve muchos coches viejos, como si hubiera abierto un cementerio de coches aquí en el bulevar. Los clientes decían que yo no había arreglado bien los coches y los rompieron. Yo tenía buenas ideas, pero…
– ¿Tu padre sigue vivos?
– Por supuesto –dijo Nicky. Mi padre se casó con una de veinte años y tiene un bebé. Todavía tiene mucho dinero y el apartamento de la mujer húngara que murió, incluso vio su sueño hecho realidad.
Nicky entra en su coche de cincuenta años, ahora cuando cada chico tenía un coche caro, el poseía un cacharro del cementerio de coches de la chatarrería como su esposa, con diez años más viejos, pobres y feos. No tenía ni siquiera una cámara, pero tenía una boca enorme como una casa. Nicky había soñado tener siempre una villa, el presionó su cabeza con el volante y soñó despierto con su película favorita “El cartero siempre llama dos veces”. Nicky soñó cuando era joven y como entonces, tenía hambre porque su esposa era tan tacaña como su madre. Su cabello rizado caía de su cabeza, donde permanecían dos mechones de pelo dispersos por un lado de la cabeza en forma de pirámide triangular al revés. Veía esa película a menudo, cada vez que tenía la oportunidad, le encantaría verla ahora, pero igual que sus sueños con Ana fue destrozada y censurada como sus propios pensamientos. Ana era una perra, la misma madre, mala, agarrada y miserable, pero sólo le atraía y lo sometía tanto, ahora no tenía escapatoria, ahora solo el cartero llamaba una vez, para alcanzar la pensión de Ana.
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