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De la Casa rosada al Mercosur.

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Este domingo 25 de octubre se llevarán a cabo las elecciones presidenciales en la Argentina, país con el que Venezuela viene compartiendo la integración en varios organismos regionales, tales como UNASUR, y la más importante institución regional de desarrollo económico de Sudamérica: Mercosur.

Es indudable el acercamiento, casi como un matrimonio entre los movimientos del kichnerismo y del chavismo, que nacen y se desarrollan directamente proporcional al tiempo, y que llegan a consolidarse en sus respectivos países. Cada uno con el caudillo que logró cautivar masas, y aglutinarlas en una sola coalición. Mientras Hugo Chávez formaba en Venezuela la ‘Revolución Bolivariana’ junto con su gancho partidista del Gran Polo Patriótico, dirigido por el MVR (actualmente el PSUV), en Argentina Nestor Kichner formaba el Frente Para la Victoria (FPV), dirigida por el Partido Justicialista, brazo partidista del pensamiento Peronista.

Tanto Nestor como Chávez supieron saborear, no sólo un poder político heredado de un cargo presidencial, sino de mover ríos de gente que podían morir por ‘la causa’, ya sea peronista o chavista. Saborearon el poder en toda su expresión, y nunca quisieron dejar de ejercerlo, así esto los llevara a la locura de morir por ello.

Cada uno dejó su heredero, uno menos cuerdo que otro. Mientras Nicolás Maduro no puede mantener los pies sobre la tierra por la demencia que tiene al involucrarse en un movimiento que él mismo no entiende, y tal vez la incertidumbre lo arrastre hasta salir de Miraflores, Cristina Kichner supo sostener al margen esa locura que la embarga, y movió sus fichas para seguir siendo parte de la dinámica política, así el candidato del FPV no sea el mejor perfomance de kichnerista que ella desea, tal como es el caso de Daniel Scioli, quien se mantiene primero en las encuestas en cuanto la intención de voto argentino.

Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, la más poblada de la Argentina, Daniel Scioli representa dentro del FPV, el ala del Peronismo clásico. Vicepresidente del 2003 al 2007 en el gobierno de Nestor Kichner, Daniel Scioli fue bastante criticado por el ala kichnerista radical, por querer formar su liderazgo a parte, y que hoy en día, más por un tema electoral, se ha venido acercando a la figura de la presidenta, ocasionando en la opinión pública cierto recelo en la independencia de sus decisiones como futuro presidente de la República. Lo que más se le puede criticar a Daniel llega a ser esa falta de autonomía en tomar sus propias decisiones, y de no poder deshacerse de la figura de Cristina dentro del FPV, y lograr ser él solo el líder, más allá de una coyuntura.

Quien sigue en las encuestas es Mauricio Macri, actual Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Con un pasado exitoso dentro de los negocios siendo empresario y presidente de Boca Jrs de 1998 hasta 2008, su mayor conquista se dio en la era Bianchi, en donde por primera vez el club de fútbol argentino logra la triple corona: Liga, Copa Libertadores y Copa Intercontinental [este último frente al Real Madrid].

Con un 29% de intención de votos [encuesta: Aresco], Macri logró aglutinar a la oposición no peronista en una coalición llamada ‘Cambiemos’, quien en las primarias abiertas logró obtener el 30% de los votos escrutados. Esto le da un piso importante al no-peronismo, quien NUNCA ha logrado culminar un mandato presidencial en lo que va de la historia reciente argentina.

Sergio Massa es el candidato que sigue en la lista. Representa al Peronismo disidente, al que estuvo alguna vez con el proceso político de Nestor Kichner, pero en pleno gobierno de Cristina decide formar su propio liderazgo, aprovechando la coyuntura. Intendente del municipio Tigre y actual diputado de la nación, Massa pasó de ser el mayor referente para ganar la silla presidencial a ser tercero en la intención de votos por su falta de accionar, sus ausencias y su ambivalencia. Su forma de atacar a los dos principales candidatos, y abanderarse el ‘peronismo real’ como forma de arrebatarle votos a Scioli, ha hecho que este personaje sea una pieza clave en la victoria [o derrota] de la oposición en los comicios de este sábado.

El sistema político argentino es uno de los más complejos de América Latina. Las distintas corrientes ideológicas se han encargado de realizar un difícil entramado en el sistema de coaliciones que se forman. Un movimiento insertado en la sociedad, único en su estilo, tal como el Peronismo le ha dado el toque exclusivo y enigmático para muchos latinoamericanos que buscamos entender la política argentina.

Para muchos, Scioli significa [para bien o para mal] la continuidad del kichnerismo, para otros significa un cambio de vereda en la multiplicidad de ‘la patria peronista’. Lo indudable es que su liderazgo lo ha llevado, contra viento y marea, a ser primero en la intención de votos, a luchar contra sus errores como gobernador, a las de Cristina como presidenta y al dogmatismo engendrado por el kichnerismo. Según Pablo Mendelevich, columnista del diario La Nación de Argentina: ‘’El poder de esa fuerza reside en que controla el Estado, y por ende el reparto de dinero y puestos de trabajo, de los que dependen muchos argentinos’’. Esto lleva a Scioli a ser, hasta ahora, el político que puede tener en sus manos el futuro de una Argentina dividida por un populismo insensato heredado de la ya vieja Cristina, o de una futura nación que se una bajo un mismo lema: el progreso.

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