Me lo pensé mucho antes de escribir estas notas. En primer lugar, porque no me gusta soslayarme en la dignidad de nadie que anda mal. Y en segundo lugar, porque en el ámbito de la cultura, señalar los efectos nocivos del socialismo es algo que genera mucha indignación. Pero algunas cosas hay que decirlas, por aquello de “nobleza obliga”.
Leí la indignada esquela del escritor Arnaldo Valero, publicada aquí hace algunas horas. Para resumirla: el autor se queja porque ganó el Premio Internacional de Ensayo Mariano Picón Salas, cuya bolsa era de cincuenta mil dólares americanos, pero se la pagaron en bolívares, a tasa oficial Cadivi, es decir a 6,30 bolívares fuertes por cada dólar.
A decir verdad, yo también estaría indignado: la cantidad resultante es una miseria. Pero lo que realmente me indigna es el reclamo en sí. Porque el escritor se pronuncia sobre lo que considera una injusticia personal, pero no sobre la verdadera injusticia, que no le afecta solo a él, sino a todos nosotros, los ciudadanos venezolanos.
Porque, ¿cuál es la razón por la que al cambio, esos dólares del premio se vuelven sal y agua? Pues es simple: el control de cambios y la bestial devaluación que produce.
Desde hace doce años, los venezolanos no podemos intercambiar divisas, solo podemos comprarlas al Estado a la tasa que éste fije.
En un principio, se vivió una fiesta en Venezuela, porque el Estado aprobaba casi sin cortapisas cualquier solicitud de divisas, y los venezolanos adquiríamos, subsidiadas por la renta petrolera, divisas a muy por debajo del valor que tendrían si no se hubieran controlado. Así, comenzamos a vivir una fiesta: viajábamos como locos, teníamos un cupo electrónico de más de tres mil dólares, y todo estaba divinamente subsidiado. Éramos felices y botaratas.
Pero, como siempre en nuestras borracheras petroleras, llegó la hora de la resaca: el dinero se fue acabando, el país seguía siendo improductivo, y el Estado debió ir reduciendo los cupos de divisas. Cadivi, el ente encargado de repartir esos dólares, se reveló como un nido de corrupción y tráfico de influencias, que desangró la economía venezolana, cuando se aprobaban dólares para cubrir necesidades de importación de productos y servicios básicos, que en realidad fueron a parar a empresas de maletín, en el mayor desfalco de la historia contemporánea de nuestro país.
Hoy, los efectos son devastadores: no hay medicinas en las farmacias, los hospitales no tienen insumos, en los anaqueles no hay muchos alimentos, porque el aparato productivo está casi parado y las importaciones también. En paralelo, el Estado ha decidido culpar a los ciudadanos, acusándolos de “raspar cupos” y “bachaquear” comida, cuando en realidad es el Estado, con sus draconianos controles, los que han provocado todo esto.
No sería tan grave, si no fuera por el dolor humano de la situación: personas amputadas por falta de insumos médicos, amigos desesperados buscando una medicina, otros amigos luchando por un potecito de leche para sus hijos pequeños, personas peleando por comida en los mercados y un empobrecimiento feroz de todos, especialmente de la clase media profesional y técnica, que ha visto cómo sus ingresos desaparecen, algo que ha potenciado la diáspora de venezolanos al exterior.
En ese contexto, tenemos la situación de Valero, un autor que gana un premio, seguramente merecido por sus logros literarios, pero que hace un reclamo cargado de mucha insensibilidad.
En su carta, el escritor se queja porque le pagaron el premio a 6,30 bs por dólar. En otro medio, se queja de que el ofrecimiento inicial había sido que se lo pagarían a 12 bolívares.
¿Es justo el reclamo de Valero? A decir verdad: No.
En Venezuela es ilegal cobrar en dólares. Repito, es ilegal: desde 2003 es un delito. En Venezuela, hay personas presas por comprar y vender dólares. En Venezuela se ha acusado a viajeros de “raspar el cupo” cuando viajan, porque los dólares que el Estado les asigna no se pueden usar libremente. Por tanto, siendo ilegal la compra y venta de dólares en el país, el señor Valero no puede pedir que se le pague un premio en dólares. Como dice él mismo en su indignado artículo: las bases mismas del premio son claras: si el escritor es venezolano, el premio se le da en bolívares; si es extranjero, en dólares. ¿Eso por qué? Pues porque los extranjeros no deben atenerse o ser afectados por las leyes venezolanas, pero los venezolanos sí. El Estado puede convocar un premio en dólares si así le provoca y pagarlo solo a extranjeros, ya que el Estado, desde 2003, tiene el monopolio de las divisas en Venezuela, mientras que los ciudadanos tenemos prohibido disponer de nuestros bienes de manera libre. Repito, así es desde hace 12 años. Incluso anunciar un alquiler en dólares es un delito.
En tal sentido, lo que el Ministerio de la Cultura hizo está apegado a la ley, ya que paga el premio a la tasa que reconoce como legal: la tasa oficial. Esa tasa es de 6,30 Bs por dólar.
Por consiguiente, el reclamo de Valero es bastante acomodaticio; porque lo que pide Valero, lo que me indigna, no es que cese la ley que impide que los venezolanos cobremos en divisas. No. El escritor exige que se haga una excepción con él, o lo que es lo mismo: que se le trate como un privilegiado. El escritor no pide el levantamiento de una medida que le está haciendo mucho daño a los venezolanos. Incuso, su participación en el concurso previo conocimiento de las bases, me pone a pensar que el autor hasta está de acuerdo con esa medida (más adelante volveré sobre este punto). El autor se queja de que no se le trate de manera especial.
Debo decir que eso me molesta. Porque los intelectuales muchas veces creen que son más importantes que el resto de las personas. Como si los pacientes que están muriendo de mengua en los hospitales por falta de una medicina importada no merecieran ese privilegio que el escritor exige para sí, mucho más que él. Mi problema con el artículo de Valero, es como parecer importarle poco ese gentío peleando por comida o haciendo interminables colas para comprar un racionado paquetico de harina o café; y en cambio exigir un trato especial que le permita acceder a las divisas que le están negadas a millones de hambrientos en Venezuela, que deben parir para medio comer, producto del control de cambios y las políticas económicas socialistas del gobierno, que tanto nos han jodido la vida a todos.
Hay algo que me resulta tan hipócrita en sus palabras. Un fragmento: “El Ministerio del Poder Popular para la Cultura viola el principio de igualdad consagrado en la Constitución cada vez que patrocina un concurso cuyas bases establecen que el premio será cancelado en dólares si el ganador es —o reside en el— extranjero, mientras que lo pagará en bolívares si el ganador resultase un venezolano, o alguien residente en el país. Pero hay algo aún peor: cuando los funcionarios de ese despacho deciden pagar un premio internacional tasando el dólar a 6,30 están valorando el trabajo intelectual de los venezolanos por el rasero más bajo, lo que los convierte en los detractores más desvergonzados que haya tenido nuestra cultura en todo lo que llevamos de vida republicana. Tal es la fobia que los funcionarios de ese despacho tienen por la cultura y el conocimiento que, en lugar de honrar el compromiso contraído al publicar las bases del concurso, lo que han hecho es estafarme”.
No, estimado escritor, usted no ha sido estafado. Usted participó en un concurso organizado por un Estado que nos ha negado nuestra libertades económicas desde que llegó al poder. El problema no es que un “escritor” venezolano cobre en bolívares, el problema es que todos los ciudadanos debemos cobrar en una moneda sobrevaluada y artificial, porque el Estado nos suprimió nuestro derecho a la libre circulación del dinero, lo que nos ha hecho más pobres, más hambrientos, más necesitados de medicinas.
Otro fragmento: “Es por este tipo de atropellos que buena parte de los venezolanos prefieren raspar cupo, bachaquear, jugar Parley o irse del país, en vez de ponerse a trabajar en esta tierra que tanto esfuerzo requiere para sobreponerse a la catástrofe.”.
No, estimado escritor, los venezolanos trabajan mucho, es el Estado el que les robó su trabajo al impedirles proteger su dinero. Es el Estado el que los puso a “contrabandear” comida, gracias a gente como usted que cree tener privilegios sobre los demás. El bachaqueo es parte de la neolengua del poder socialista, es un pseudodelito creado por quienes impiden el libre acceso a las divisas que potenciarían el aparato productivo, haciendo que la comida no escaseara y provocando que nadie la revendiera, es decir, produciendo el fin del supuesto bachaqueo. Si usted habla de bachaqueo, yo infiero que usted entonces está de acuerdo con los controles. ¿Es así?
Estimado escritor, los enemigos de la cultura son quienes se oponen a las libertades económicas para seguir defendiendo una sociedad de privilegiados que creen tener el “derecho” de acceder a aquello que la ley estatal le niega a las mayorías, solo porque se dedican a escribir. El verdadero atentado contra la cultura es que el Estado siga organizando premios “en dólares” para escritores, mientras la gente come mierda en las calles, por falta de los mismos, por falta de libertad económica, por falta de productividad. El problema, estimado escritor, es esa petulante concepción de que quienes nos dedicamos a la escritura o a cualquier rama de la actividad artística, nos merecemos un trato especial del Estado, mientras participamos de sus concursos validando las políticas que tienen a los demás, a los que no son “artistas”, pasando hambre y trabajo. Hay que sacarse de la cabeza el chip de que «la cultura» es más importante que el hambre de millones.
Su indignación me será cercana, cuando usted deje de quejarse de que el Estado no lo privilegió y exija igualdad ante la ley para todos; y eso es el fin de los controles económicos. Si usted no está de acuerdo con eso, entonces sepa que lo que el Estado hizo con su premio es lo justo: tratarle con el mismo desprecio con que nos tratan a todos los ciudadanos desde hace años, cuando nuestras libertades fueron conculcadas.
Bien dicho.
Tanto el escritor de éste artículo como el profesor Valero están equivocados: 6,30 no es la tasa oficial, sino preferencial, para medicinas, ergo, el premio se lo deberían pagar a 200Bsf, a tasa SIMADI. Por otro lado, creo que la cultura es uno de los valores más valiosos de una sociedad progresista, donde priva la libertad.
Deseo que se haga justicia en el caso del profesor Valero
Comparto algunas ideas y entiendo el mensaje que quieres transmitir. Sin embargo te invito a revisar algunos argumentos que esbozas respecto a la ilegalidad de recibir pagos en dolares. La falta de observacion a las leyes y su interpretación le resta credibilidad a tu ensayo. Recibir pagos en dólares nunca ha sido ilegal. Desde la primera ley de control de cambios la puerta esta abierta para recibir pagos en dólares. Las primeras leyes del control cambiario asi lo establecian e incluso existen sentencias que soportan dicho argumento. Lo que no puede ser obligatorip es exigir el pago en moneda extranjera. Las personas que dices que han sido procesadas por ilicitos cambiarios es precisamente porque la conducta o acciones que hicieron estaban específicamente prohibidas en los textos legales. No confundas magnesio con magnesia. Saludos
Estoy de acuerdo en que lo que me ha ocurrido es poca cosa comparado con cantidad de trapisondas que los funcionarios del régimen han cometido desde que se implementó el control cambiario. A mí me han robado de manera descarada, pero ese robo no es nada comparado, por ejemplo, con el atropello que se ha cometido con esas empresas farmacéuticas que fabrican medicamentos fundamentales para garantizar el derecho a la salud y a la vida de millones de venezolanos. He sido víctima de una injusticia, pero mi caso es ínfimo en comparación con las acciones que han convertido al gobierno de Maduro en un régimen que ha violado de manera sistemática los derechos humanos de millones de venezolanos.
En cambio, el que digas que yo pretendo cobrar el premio en dólares es una malinterpretación de tu parte. Las bases lo dicen con claridad: si el ganador resulta un escritor venezolano residenciado en el país, el premio será pagado en esa moneda que cada vez se parece más a la que circula en el reino de Mugabe. Lo que no anunciaba la institución patrocinadora del concurso era que el premio lo iban a pagar como si el autor del libro ganador perteneciera al selecto grupo de personas que tiene acceso a dólares preferenciales. Yo vivo en Venezuela, pero no soy el “titular” de una empresa de maletín. A diferencia de esos señores, yo no poseo patente de comercio requerida para tener acceso a divisas a 6,30. Es más: por no tener tarjeta de crédito respaldada por una institución de la banca pública, tampoco tengo acceso a divisas electrónicas. Ergo: lo correcto, lo justo, lo que hubiese representado un verdadero estímulo—uno de los supuestos motivos de la creación del premio, según se dijo en VTV– hubiese sido pagar el premio calculando el dólar a tasa Simadi.
No le hagas el juego a quienes han saqueado el país enarbolando la bandera del socialismo del siglo XXI, John Manuel: el Ministerio de Cultura no está pagando el premio apegado a la ley, lo que ha hecho es repetir el desfalco de quienes ahora tienen cuentas millonarias en Andorra y otros paraísos.
Yo no publique el texto que usted comenta porque me crea privilegiado. Lo hice porque considero importante que se conozca cuál es verdadero tratamiento que el gobierno le está dando a la producción del conocimiento. El principio que rige el proceder del Ministerio de Cultura es la estafa en todas sus variantes, desde la oferta fraudulenta hasta el robo descarado. El ministro Iturriza y todo su equipo no se comportan como funcionarios que deberían velar por la cultura, sino como los administradores de una agencia de festejos. Eso no es casual: a falta de pan y de medicinas, se requiere circo.
Tengo una visión muy clara de qué es la cultura. Sé perfectamente cuál es su papel en sociedades como la nuestra: introducir en el imaginario colectivo el saber requerido para propiciar cambios socialmente progresivos. Eso es lo que intento conseguir cada vez que entro al salón de clases, el pequeño espacio en el que trato de revertir el signo de estos tiempos. Si los “intelectuales” que han asumido cargos de importancia en el gobierno hubiesen entendido eso, hoy no habría gente golpeándose en los mercados por un pollo subsidiado, ni habría enfermos de diabetes con amputaciones por falta de medicamentos, ni tendríamos un índice tan alto de embarazos precoces. Es más: si los intelectuales tuviesen bien claro cuál es el rol de la cultura en sociedades como la nuestra, Chávez jamás hubiese sido presidente de Venezuela. A ningún venezolano con una sólida formación cívica se le hubiese ocurrido que un militar golpista tenía el perfil requerido para rodearse de gente que pudiera ofrecernos un mejor país.
La solución a los problemas que enfrentamos hoy en día los venezolanos es, en esencia, un desafío cultural. Sólo una política cultural adecuada podrá restituir el coeficiente cívico requerido para granjearnos el derecho a una vida digna para todos los venezolanos.
Este artículo es puro complejo de inferioridad. En esta página lo que hay es puro mediocre resentido que lo que hace es criticar a gente que sí hace algo.
Si fuera el caso contrario, es decir, si un pana hubiera escrito una carta para quejarse porque no consiguió un medicamento, este señor Silva no se hubiera molestado en escribir criticando la supuesta insensibilidad del pana por no tomar en cuenta las injusticias de los intelectuales. Por cierto, noto un noto despectivo con esa palabra. Se ve que el chavismo a calado profundamente, se ve que hay un rechazo general por la cultura, se ve que lo que más se aplaude es la mediocridad.
Yo creo que cada quien tiene derecho de expresar sus incomodidades desde lo individual, y desde lo que le afecta directamente. No todo tiene que ser un statement de los problemas colectivos. Hay mucha gente escribiendo sobre eso. Gente más apta. Pareciera que al señor Silva le gustaría que todo el mundo diera respuestas de Mises pidiendo la paz mundial.
Hay muchas injusticias en este sistema, y cada espacio merece tener una voz.
Yo pensaba que el artículo era un poco duro e injusto al hacer presunciones sobre lo que el señor Valero pudiera pensar sobre otros asuntos relacionados al control de cambios, hasta que leí el comentario del propio Valero en respuesta. Resulta que la «injusticia» que el señor reclama es sólo porque le pagaron a valor oficial. De resto, le sabe a bola si hay un feroz control de cambios desagrando la economía y poniendo a miles a pasar hambre, todo su peo es que el gobierno no le dio a él un trato especial. Luego de leer eso da hasta un fresquito que le hayan pagado su vaina a 6,30
Yo pensaba que el artículo era un poco duro e injusto al hacer presunciones sobre lo que el señor Valero pudiera pensar sobre otros asuntos relacionados al control de cambios, hasta que leí el comentario del propio Valero en respuesta. Resulta que la «injusticia» que el señor reclama es sólo porque le pagaron a valor oficial. De resto, le sabe a bola si hay un feroz control de cambios desagrando la economía y poniendo a miles a pasar hambre, todo su peo es que el gobierno no le dio a él un trato especial. Luego de leer eso da hasta un fresquito que le hayan pagado su vaina a 6,30
«“la situación es similar a la de un automóvil que se embarranca en un lodazal donde, además, no cesa de llover (el agua se mezcla con tierra). Entonces cuando uno quiere salir, no consigue otra cosa que hundirse más y más. Hay que esperar a que cese la lluvia y salga el sol para que se seque la tierra y se endurezca, Solo así se podrá salir”
Fuera de lugar, desubicado. Esta opinión huele a resentimiento o, como dice la compañera arriba, a complejo de inferioridad. Esta opinión huele a EX-CHAVISTA (¿o tal vez está confundido?). Esta opinión más bien apesta, apesta a esa falta de empatía, a esas ganas de resaltar un supuesto «dolor colectivo», olvidando que la invalidación de la opinión individual es un síntoma inequívoco de que usted camina más por las sendas SOCIALISTAS que por el deseo de reconocer que el progreso INDIVIDUAL es clave para el progreso COLECTIVO.
¿Realmente le importa tanto a usted la colectividad? ¿Realmente le molesta tanto, como usted dice, el individualismo (o lo que usted interpreta como tal) del Profesor Valero? Me pregunto qué hace entonces escribiendo en esta página donde se supone que las «quejas y textos inconsecuentes lleven a la poesía» (parafraseo un fragmento del «Acerca de» de esta página), cuando lo que hace usted es tomarse muy personal la opinión de otro escritor de acá. Parece un asunto de secundaria, una mini guerra para ver quién será más patriota a través de una supuesta «intelectualidad». Bah.
Entonces, señor Valero, ¿todo su peo es porque el Estado que le prohibe comprar y vender dólares a millones de personas (esos a los que usted llama bachaqueros y demás) no le dió un premio a 12 bolos, sino que se los dió a 6,30? ¿Esa es su lucha?
Pues bien, sepa que es una «lucha» bien pendeja. No sé si sabe,señor Valero, pero hay personas que han sido hechas presas por comprar y vender dólares, también hay millones de personas que por falta de esos dólares están pasando hambre y comprando comida en el mercado negro (you know, los bachaqueros esos que le asquean). Todo el rollo suyo es que el Estado no le da a usted trato de ciudadano especial solo porque se dedica a una actividad artística. De resto, y como bien dice en su comentario, le sabe a ñoña si el control de cambios y sus nefastos efectos siguen vigentes en Venezuela. Y si le hubieran pagado a 12 bolos los dólares, este reclamo no existiría.
Creo, señor Valero, que por esa insensibilidad tan arrecha es que estamos como estamos. Los intelectuales de Venezuela, contrario a lo que dice, no solo no están sufriendo, sino que siempre han preferido tener relacionar carnales con el Estado, aunque eso implique hacerse de la vista gorda ante lo jodidos que están los demás. Usted en su comentario dice que si los venezolanos leyeran más y bla bla bla no habría votado por Chávez; pero de hecho, fue esa intelectualidad irresponsable la que ayudó al chavismo a legar al poder, amén de justificar los golpes del 92. Esa intelectualidad incapaz de ubicarse en contexto y entender que no pueden seguir siendo dependientes del petro-Estado, porque es insostenible.
En fin, ojalá le paguen los otros trescientos palos que usted reclama y así se hara «justicia» (nunca unas comillas estuvieron mejor puestas.
A los otros dos comentaristas que me acusan, jejeje, de chavista: miren señores, yo creo en las libertades económicas, soy bien liberal y bien de derecha, nada más lejano al chavismo. No sé si se dan cuenta de que «la injusticia» que reclama este pana es «denme dólares a 12 bolos». Es todo. Aquí no hay ninguna denuncia ni ninguna estafa, hay un pana que quiere que se le aplique la ley del embudo a él y no a los «bachaqueros» que insulta en su artículo donde no se queja de ese desastre que ha sido el control de cambios, ni sobre nada, solo está arrecho porque el Estado que encarcela a personas por disponer de sus bienes, no hace una excepción con él.
¡Pobre Valero! Sus 50.000 dólares resultaron ser menos que los 30.000 euros de Rafael Cadenas.
En los países donde se busca erradicar el dinero ocurren esas anécdotas tan cómicas.
¿Esperaban otra cosa de las instituciones venezolanas?
@Fabiola H.: Apoyo su comentario
@XYZ: Hay mucho oportunismo en el mundo político-cultural venezolano. Todos, incluidos los muy ilustrados literatos quieren dólares baratos, y para obtenerlos todo vale, como en la guerra o el amor. Al billete se sobreentiende. Como muchos no se animan al bachaqueo abierto, por vergüenza o miedo más que por principios, buscan atajos legales como este de aplicar para obtener premios. Y para ello hurgan hasta en los baúles buscando las cartas de las abuelas. Y si son europeas mucho mejor. Las negras o zambas no cuentan. Y las editan y convierten en textos premiables. No importa qué carajo pasa en el país, lo que de él queda sólo sirve como excusa para escribir crónicas o cuentos que produzcan lo apetecido: dólares baratos. Y si es necesaria la suspensión de medidas en el caso particular solamente, rompiendo un contrato tácito cuando se aplica para un premio, ¿qué carajo importa? En suma, este ensayista de medio pelo, lo que quiere es el biyuyo; escribe como muchos, mediocremente, pues si no el gobierno que tanto le jode la paciencia monetaria no lo hubiera premiado. Que se las eche al hombro y devuelva lo que le dieron, y DEJE DE SER TAN LLORÓN Y DOBLE CARAJO! Y si por lo que digo me llaman ENVIDIOSO, SI LO ESTOY, pero no por su estilo literario, MEDIANAMENTE mediocre, sino por la suma que le dieron. Tanto derecho tenemos otros como ese que se cree Borges porque lo premiaron los CHAVISTAS, en un paisito de analfabetas funcionales. Esa fue pura jodedera de los Robertos. ¿No será él “ganador” un alias de alguno de los dos?
¿Ah entonces según el autor el señor que ganó el premio no se puede quejar? Na huevonada de frito mi pana… ¿Entonces si te violan en la calle no te puedes quejar porque hay peores cosas sucediendo por ahí? ¿Te tildo de pendejo por alguna manifestación de tu libertad? Que contradictorio, llamarte liberal pero juzgar la queja de este señor.
Ah, verga. Chamo, no sé hasta cuando voy a decir que no le estoy reclamando altruismo a este señor, estoy diciéndole:
1. ¿Te vas a quejar de que un Estado que ha puesto a sufrir a millones de personas por el control de cambios no te dé a ti, que validaste a ese Estado al participar en un concurso organizado por éste y encima hasta aceptaste (lean el puto comentario del señor de una buena vez, está ahí, bien grande, dos comentarios más arriba del mío) la discriminación contenida en las bases donde se especificaba que a los autores venezolanos se les pagaría en moneda local, solo porque no te pagó a 12 bolos los dólares?
2. ¿De verdad te atreves a esa queja y encima insultas a las víctimas de ese control de cambios (el tipo se da el lujo de decir que los venezolanos que deben comprar comida en el mercado negro son bachaqueros, no sin antes insultar a los «raspacupos») cuando tú mismo estás validando todo, en un acto de absoluta insensibilidad ante el sufrmiento ajeno?
Ese es todo mi reclamo, Daniel. No le estoy diciendo a alguien que no se puede quejar de sus problemas por pequeños que sean, le estoy diciendo que un manguanguero al que le salieron mal las cuentas cuando esperaba beneficiarse del Estado criminal no tiene mucho de qué quejarse y menos hacerlo mientras se mea encima de la gente inocente que tanto sufre por el control del que este pana intentó aprovecharse.
Verdaderamente el autor de este artículo es un resentido, tampoco creo que el señor Valero tenga la razón del todo, pues el mismo se expuso a esta situación al participar de un concurso convocado por unas autoridades que adolecen de los niveles de cretinismo que han demostrado quienes manejan la cultura oficialista en general y que muchos conocemos, pero es como para quedarse perplejo con los argumentos de este muchacho……sería interesante señor Silva conocer los artículos o publicaciones donde exprese usted toda esa esplendorosa sensibilidad que siente por el pueblo venezolano….por otra parte, luce sospechoso esa autodenominación que hace de usted mismo como de derecha pero que por otra parte desprecia tanto a quienes ejercen la actividad creadora e intelectual…..de muy escaso nivel sus reflexiones…..estudie, preparece, antes de estar tratando de sacar prevenda con lo ajeno
@CEEIPC: ¿Es que ninguno en estos putos comentarios cae en cuanta?: 1) que no se puede debatir sobre principios éticos con un lochero como el tal VALERO; 2) que ese lochero llega a su locha disfrazándose de intelectual; 3) que entra a un concurso oficialista sabiéndolo, es decir, sabiendo que ahí hay tramposos, y sin embargo concursa; 3) espera el resultado y obtiene lo esperado QUE ESTABA YA COCINADO, un premio honorífico, LO DECLARAN EL gran ensayista venezolano siglo XXI CHAVISTA; 4) se embolsilla sus 50 mil a dolar 6.30, y después protesta y arma un «peo» para darse MÁS publicidad; 5) se defiende con puros argumentos falaces mostrando que no sabe de lógica una mierda; 7) lo hace usando sus clones y alias. ¡Hermanos, esta vaina si huele a mierda, no el Ministerio de la Cultura como el palurdo ULANDINO VALERO dijo!, aunque es una real cloaca ese organismo burocrático. Ese tal Valero-ulandino no vale que se le tire un peo! PORQUE ES UN FARSANTE CHAVISTA DISFRAZADO. Como lo dijo otro por ahí: debe ser uno de los Robertos, o quizá Mario Silva disfrazado. VALERO: EL ENSAYISTA PAJUO ES UN FARSANTE OPOSITOR DISFRAZADO! ESA ES LA CONCLUSIÓN LÓGICA DE TODO ESTA MOYEJA «PANFLETARIA».
¿Y el libro en cuestión es sobre el reggae o algo así?
Mejor hubiera sido ofrecerle el texto a Trojan Records u otra empresa transnacional. Esas sí pagarían en dólares de veras, uno sobre el otro.
De todas maneras, para algo como el reggae, que se agota en Bob Marley y las drogas, los trescientos palos -o palillos- están bien.
Agradezcan que los comunistas ya admiten, por populismo, subproductos culturales como el reggae, el rap y otros desperdicios estéticos. En otros tiempos los rojos le hubieran dado al autor trescientos palos en las nalgas, por desviacionista ideológico.
Suerte con esas lucas. ¿Para cuántas panelas de ganya rinden? ¿Dan para la panela completa?
¿Es que ninguno en estos comentarios cae en cuanta?: 1) que no se puede debatir sobre principios éticos con un lochero como el tal VALERO; 2) que ese lochero llega a su locha disfrazándose de intelectual; 3) que entra a un concurso oficialista sabiéndolo, es decir, sabiendo que ahí hay tramposos, y sin embargo concursa; 3) espera el resultado y obtiene lo esperado QUE ESTABA YA COCINADO, un premio honorífico, LO DECLARAN EL gran ensayista venezolano siglo XXI CHAVISTA; 4) se embolsilla sus 50 mil a dolar 6.30, y después protesta y arma un “peo” para darse MÁS publicidad; 5) se defiende con puros argumentos falaces mostrando que no sabe de lógica una mierda; 7) lo hace usando sus clones y alias. ¡Hermanos, esta vaina si huele a mierda, no el Ministerio de la Cultura como el palurdo ULANDINO VALERO dijo!, aunque es una real cloaca ese organismo burocrático. Ese tal Valero-ulandino no vale que se le tire un peo! PORQUE ES UN FARSANTE CHAVISTA DISFRAZADO. Como lo dijo otro por ahí: debe ser uno de los Robertos, o quizá Mario Silva disfrazado. VALERO: EL ENSAYISTA PAJUO ES UN FARSANTE OPOSITOR DISFRAZADO! ESA ES LA CONCLUSIÓN LÓGICA DE TODO ESTA MOYEJA “PANFLETARIA”.
Este artículo está inmaculadamente escrito y cuenta con una elocuencia poderosa, lamentablemente en la misma medida pero en sentido inverso a su honestidad intelectual. Por un lado el autor enumera varias verdades del conocimiento público, pero comete la injusticia de colocar al señor Arnaldo Valero en el mismo saco que las personas que lo estafaron, y lo acusa del «pecado» de exigir, o más bien, en este caso, de quejarse, de la agravio que fue cometido en su contra. Creo que el amigo John Manuel Silva tuvo una buena intención con esta respuesta, pero se sostuvo de dos pilares no relacionados entre sí para consolidar su argumento, y terminó cometiendo el error de un nuevo agravio, está vez calumniando injustamente al señor Valero. Una cosa es la injusticia social que ha cometido el régimen en contra de todo un país, otra es la indignación aguda y legítima que el señor Valero siente por haber sido víctima de lo que a todas luces fue un crimen en su contra. La escala moral no puede ser diferente porque vivamos en un país al revés, y lo que efectivamente el amigo John Manuel Silva hace con este artículo es más bien ponerse del lado del gobierno y utilizar su estrategia archi-conocida de culpar a la víctima por lo males que les fueron infligidos. Cuando entendamos que es tan importante el sufrimiento individual, como lo es el colectivo, y que el señor Valero tiene todo el derecho de expresar su desagrado, entonces saldremos de esta pesadilla, mientras tanto, estamos condenados al chavismo político o lo que es peor, el chavismo mental.
Buen medio día… Jaja… A toda esta alaraca del Sr. Valero, la denuncia, la estafa, la critica, el comentario y la indignación del Sr. Silva, creo que lo que me queda es una pregunta al Sr. Valero ¿Quién lo manda a tratar con delincuentes de Ministerio a sabiendas de que son delincuentes? Bueno, tenía que saber que eso conlleva a riesgos y también posibles consecuencias, cayó en la tentación del premio, lo ganó, y ahí se supo de verdad con quienes trataba, luego explotó su indignación. El trato con este gobierno y sus gobierneros hemos de asumirlo todos los que tengamos, debamos o deseemos tratar con ellos, siempre supone un riesgo, casi un acto extremo donde en todo caso, a la hora de la verdad uno el ciudadano pendejo es el que puede salir jodido y salpícado. Pruebas y anécdotas, hay bastantes, con esta, se suma una más. Es todo.