Un humilde homenaje a París, la infinita, la que siempre estará

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Napoleon_III
Luis Carlos Napoleón Bonaparte-Napoleón III
Eugenia de Montijo
Eugenia de Montijo-Emperatriz Eugenia

Cuando alguien camina por París ya no vuelve a ser el mismo. Caminar por esas calles impolutas, empedradas, con corrientes de agua sin turbulencia alguna que suelen llevarse todo a su paso y desecharlo a través de una alcantarilla. Caminas y siempre ves al fondo algún edificio o monumento que te da sensación de logro alcanzado, de meta traspuesta, en honor a algún principio o valor humano supremo. Empiezas a imaginar como se llegó a esto porque es evidente que no fué de manera espontánea, quien lo pensó,lo planificó en papel y lo llevo a la realidad, indagando acerca de la cabeza pensante de todo esto y nos encontramos que no fue consecuencia de una sola persona sino el producto de la continuidad de varias generaciones que han nos han dejado un producto tan acabado como esta ciudad fantástica.
Toda metrópoli suele tener un inicio silvestre a orillas de un río por una razón elemental, a partir de allí y en base a una actividad económica específica dicha actividad empieza a servir de imán de población. En ese afán natural del hombre de trascender y progresar materialmente, muchos de ellos empiezan a poblar las inmediaciones de la futura ciudad con el fin de ganarse la vida y seria un irrespeto a la inteligencia de mis pacientes lectores explicar que ocurre posteriormente con el asentamiento de grandes conglomerados sin orden ni concierto alguno, vayamos a sus consecuencias obviando el proceso en sí del caótico de urbanización: Basura, viviendas precarias, aguas servidas sin la debida canalización y desecho, delincuencia, prostitución, pero así como en medio de la oscuridad Dios creó la luz y vio que era buena a alguien se le ocurrió que tal situación era insostenible y por lo tanto se hace necesario detener el conocimiento anómalo de células urbanas cual cáncer y revertirla transformándola en función de favorecer algún interés particular o colectivo, pues en el caso de ésta ciudad alucinante en la que hasta el aire parece distinto, te hace respirar mejor, sales renovado, pleno de espíritu, quisieras ponerte a leer en cualquiera de sus plazas, a escribir, llenar de palabras las páginas blancas que se te atraviesen, pintar poniéndole colores a cuanto lienzo que te encuentres por el medio, declamar a viva voz y sin pena alguna el poema mas largo en medio de algunos de esos jardines prolijos, en un lugar de tan mágica ciudad existe un edificio que luce sobrecargado en obras de arte, con una fachada exageradamente adornada, que sobresale entre el grupo de edificios del área donde se encuentra tal edificación es el palacio de la Opera inaugurado 5 años después de haber dejado el poder Luis Carlos Napoleón Bonaparte mejor conocido como Napoleón III quien había encargado al arquitecto Charles Garnier su construcción. Napoleón III fue en principio autoproclamado como Príncipe Presidente y posteriormente Emperador de Francia ambos nombramientos obtenidos por vía electoral aunque dentro de su oferta inicial de gestión no estaba incluido ni lo uno ni lo otro siendo el ultimo Emperador francés forzado por las circunstancias y no por su voluntad pues ya había sentado las bases legales para la continuidad del Imperio y con heredero y demas.
Después de varios intentos (concretamente 2) de llegar al poder por vías de hecho finalmente una sociedad francesa eminentemente rural para la época, llena de nostalgia por una época histórica que muchos consideraban dorada como la de Napoleón Bonaparte, era natural que un electorado influenciado por la magia de ese apellido le hiciera el favor de ungirlo como Jefe de Estado. Amante de las Bellas Artes, creyente fervoroso del librecambismo,acólito de las ciencias, se casó siendo Presidente con la honorable dama de origen español Eugenia de Guzmán y Portocarrero, condesa de Teba con quien tuvo un hijo que llamaron Napoleón Eugenio Luis Bonaparte mejor conocido por la posteridad como Napoleón IV.
Napoleón III de fervoroso republicano durante la campaña electoral que lo convirtió en Presidente y basado en su familiar mas ilustre pretendió fundar una dinastía, hizo llamar a su hijo Príncipe Imperial, convirtió nuevamente a Francia en un imperio, embarcó a su país en la Guerra de Crimea, invadió el Norte de Italia, ofreció protección militar al padrino de su hijo en ese entonces el Papa Pío IX, envío tropas a Indochina y a México donde hizo que coronaran a Maximiliano de Habsburgo como Emperador, le declaró la guerra a Prusia presionado por su esposa dado el vacío en que quedaba la monarquía española y el ofrecimiento de ésta corona hecho a un miembro de la casa real prusiana circunstancia que el Kaiser Guillermo I y Otto Von Bismarck aprovecharon para unificar a la nación alemana en su derredor y de paso quedarse con las regiones de Alsacia y Lorena, sin embargo esta guerra pudo haberse evitado si los médicos le hubiesen avisado que tenía un cálculo en un riñón de proporciones colosales media 5 cms de alto, 3 de ancho y pesaba 25 gramos tal cálculo le fue diagnosticado oportunamente por sus médicos de cabecera estando Napoleón III en pleno uso de sus poderes imperiales pero una orden de prohibición dada a los médicos por la Emperatriz impidió que conociera de su afección tras lo cual solo sufría y tomaba uno que otro remedio para calmar los insoportables dolores en lugar de ser operado hecho que a ella le causaba pavor por el temor de perder a su marido dado el estado de las cosas de la época en la que las remotas posibilidades de éxito del procedimiento quirúrgico. Muchos años después del desastre militar que significo la invasión a Prusia y en su exilio de Chislehurst, Inglaterra enteróse de tal afección tras lo cual exclamó que de haber sabido tal cosa hubiese ordenado que se procediera a su intervención quirúrgica y jamás habría ordenado la invasión a Prusia hecho que precipito su caída, luego de complicaciones post operatorias Luis Carlos Napoleón Bonaparte falleció tras lo cual la emperatriz quedó completamente abatida. En medio de los vítores al emperador durante su funeral quedaba viva la llama de la restauración imperial francesa encarnado en la figura de su hijo quien pidió en medio de los vivas al emperador ser llamado en lo sucesivo Napoleón IV, posteriormente en príncipe imperial se alista en el ejército inglés que fue a la conquista de Sudáfrica en medio de la oposición de su madre, y otras 2 notables personalidades, una de gran poder y muy allegada a la reducida familia pero impedida de prohibir tal aventura: La mismísima Reina del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte y Emperatriz de la India Victoria y otra el Primer Ministro Británico quien avizoraba las complicaciones que tal experiencia podría traer no al impetuoso joven sino al Gobierno de Su Majestad, así Napoleón IV murió atravesado por 16 lanzas zulúes las investigaciones arrojaron que el joven príncipe imperial fue dejado a merced de los guerreros y el mismo Rey de este grupo étnico hizo devolver tanto el cadáver como las pertenencias del difunto expresando su mas profundo pesar por lo acaecido ya que el no tenia la mas mínima idea que en las filas de su enemigo hubiese un miembro de tan ilustre estirpe. Su madre los hizo enterrar en la capilla del lugar que ella había escogido para vivir exiliada luego de su escape de Francia pero era de tal magnitud el boato y la ostentación del proyecto de remodelación que sus responsables temían que la humilde y vetusta edificación se derrumbara tras lo cual la emperatriz ofreció comprarla para así acometer con toda libertad los trabajos que a su imperial capricho se le ocurrieran pues el proyecto incluía su propia tumba donde reposarían sus restos mortales, para ello terminó acondicionando en la Abadía de Saint Michael en Farnborough, Inglaterra una denominada Cripta Imperial e hizo que miembros de la orden que habitaban dicha Abadía hicieran guardia ante los catafalcos del Emperador y su hijo el Príncipe Imperial y dedicó el resto de su vida a preparar los detalles de su propia muerte.
De la Emperatriz se puede decir que fue la precursora de la actual industria de la moda que tiene como Meca a la ciudad de París pues era aficionada a los vestidos y sus diseños, dictando a decir de entendidos cátedra en materia de moda hasta el punto que lo que exhibiera en algún acto público sería de uso generalizado de manera inmediata entre las damas de alta sociedad y otras que no siéndolo, podían pagar por cubrirse con un modelito de los exhibidos por la emperatriz. Antes de la Feria Mundial de esa ciudad donde los países concurrían a exhibir los últimos avances tecnológicos, había pensado que tal industria podría ser el modo de vida de muchas de las viudas de la guerra que aprendiendo el oficio del corte y la costura dedicándose a ello como comerciantes independientes a la confección de ropa de alta costura. Todo esto se menciona por el impacto que genera para cualquier despreocupado turista que con gran esfuerzo financiero logra coronar su aspiración de viajar a París y no puede menos que sentirse impactado, abrumado, conmocionado por el derroche de lujo en los espacios en que estos personajes solían hacer vida, el tamaño de las lámparas, la cantidad de sillas y el tamaño de la mesa del comedor coronado con un mueble de madera de ébano en el se incrusta un reloj de oro, los capiteles como labrados (Ver: http://www.youtube.com/watch?v=nfGcFQVtxtA). El dormitorio imperial una cama realmente impactante y con lencería todo un derroche de boato y lujo y reconozco no tener los conocimientos y el poder descriptivo para explayarme en detalles, los cuadros hechos por Franz Xaver Winterhalter pintor y litógrafo de origen alemán donde impresionan (a mi particularmente) las figuras principales reflejadas en los mismos en su grandiosidad lo que le trajo no pocas críticas que lo tildaban de extravagante, hedonista y superficial. Todo ésto no son mas que detalles menores de un grupo familiar que era reflejo de su época, que tuvo consecuencias sobre la vida de los franceses en particular y europeos en particular que terminaron sus días signados por la tragedia y el exilio.
La máscara mortuoria (que estuvo o esta exhibida en el Musseé D´Orsay en París) de Luis Carlos Napoleón Bonaparte que vivió en medio de un lujo delirante que podría sin duda alguna calificarse de extravagancia nos acerca a su dimensión humana, lo hace terrenal pues un evento inevitable como lo es la muerte lo determina así. Ver las fotos de una emperatriz exiliada ya en el ocaso de su vida y habiendo vivido tanto (94 años) a pesar de dar la impresión por su conducta luego de convertirse en viuda y perder a su hijo con un marcado contraste entre éstas y los cuadros de Winterhalter y el Príncipe Imperial permaneciendo joven para siempre morir a tan corta edad y de esa manera nos enseña que toda esa parafernalia queda en segundo plano, cuando se piensa en la responsabilidad histórica de promover una estupidez como la guerra y nos hace reflexionar acerca de todas las condiciones que se dieron para que estos egos acromegálicos afloraran. Para bien o para mal, la muerte, esa dama invicta y el tiempo inexorable los hacen desaparecer dejándonos las evidencias de un pasado del que parece que no queremos aprender

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