panfletonegro

Después del viernes 13, Occidente apaga el Fuego con Gasolina

fuego
Un fastidio tener que escribir un intro para aclarar varios puntos antes que salten los policías del pensamiento binario, a rasgarse las vestiduras y llamarnos fachos, talibanes disfrazados. Condenamos el terrorismo, condenamos los atentados del viernes 13. Con lo cual, podemos avanzar.
¿Qué hace Hollande comportándose como un imitador demagógico de Zarko y Bush, respondiendo al fuego con más fuego?
¿Dónde queda el discurso de la ilustración, el verso de la paz, de predicar con el ejemplo, de comportarse a la altura de las circunstancias? ¿Enterrado en un foso vengativo de fábulas infantiles y películas maniqueas, a lo Rambo de los años ochenta? Tremendos argumentos, de PHD, de Doctorado. Son unos genios.
¿Nadie le explicó al presidente de Francia que la estrategia de los bombardeos fracasó en Afganistán, sigue siendo contraproducente y no resuelve el problema de raíz de ISIS, que no es otra cosa que la nueva fachada de Al Quaeda, que a su vez es un subproducto de la guerra fría, que la formó, entrenó y armó una coalición entre el siniestro régimen de Arabia Saudita y las potencias de Occidente, para derrotar a la Unión Soviética? ¿Leen de historia estos señores o son unos cínicos descarados, que le mienten a la gente?
Hasta un estudiante de política sabe que el estado islámico sale fortalecido en el combate asimétrico y que su único poder radica en que conocen que occidente prefiere jugar maquinitas con drones, antes que librar una batalla campal, como las del pasado, donde las bajas de cada lado comenzarían a sumarse por docenas, mientras los índices de popularidad de la dirigencia trucha del primer mundo descenderían a niveles catastróficos, por el regreso de los soldados en pilas de ataúdes.
Así que vamos de mal en peor.
Las víctimas de París no merecen una respuesta tan desafortunada, reactiva y estéril de sus gobernantes, que encima, para rematar, aprovechan para violar derechos y libertades, fronteras adentro, a nombre de la democracia y la defensa de la república.
No tienen una mejor idea que entrar en el dilema planteado por el Califato, asumir los costos del chantaje moral y enfrascarse en una espiral de violencia, sin futuro.
Primero, brindaron respaldo al ejercito “rebelde” de yihadistas y mercenarios para derrocar al tirano de Siria. Ahora tiran la reversa y practican el ejercicio opuesto, lanzando cohetes sobre sus ex aliados, los radicales islámicos. Por defecto, atornillan en su trono al déspota de Damasco. ¿Quién los entiende?
En el final de este irónico relato, Bashar al-Asad baila la danza de la victoria con su cómplice Putin, al son de los cantos de sirena del G 20.
Una verdadera tragicomedia(involuntaria) del absurdo y el enredo.

Salir de la versión móvil