Acabo de leer la Novela de Mirco Ferri, “Vidas de perros”, editada por Oscar Todtmam 2015, presentada en un diseño delicado que anima la lectura.
Me engancha el texto, pues logra trenzar al menos tres asuntos que a mi me conmueven. El centro de la anécdota es el papel que en la vida de un humano, digno de llamarse como tal, tienen los diversos perros que guiaron el orden del relato y acompañaron y formaron los episodios del singular devenir del personaje desde su primera infancia hasta el final de su viaje.
Cada diferente nombre de cada animal capitaliza y titula un período de la trama. Allí, el animal forma parte de la creación de un mundo y una etapa donde las cuestiones amorosas, sociales y hasta políticas se van sucediendo en los lugares, en que cronológicamente se vivieron. Decir que es obra autobiográfica en nada desmerita sino que al contrario le da nobleza a la ficción.
Igual el otro tema que Ferri trabaja: la ciudad. Casi un personaje que lo rodea y en parte modela o mueve o conmueve y determina. Sé qué habla de Caracas, y de ella, muestra detalles, facetas, barriadas, que en la novela que me permite inventar y ahora reelaborarlas comparándolas con la forma como yo las viví.
Obvio, en períodos diferentes a aquellos en que Ferri nos cuenta su novela. Obligado es para mi decir que la ciudad enseñó otras cosas que completan las del novelista y me llevan a crear como lector unos nexos de complicidad, en unos casos concurrente y otros totalmente disidentes.
Sigo amando como siempre esta ciudad pero no dejo de añorar, la que yo conocí, sin que por ello esta sensación se transforme en nostalgia paralizante o se vea como una propuesta arrogante que se niega a reconocer sus cambios.
Miro la ciudad que me cuenta Ferri y como siempre acudo al recuerdo para valorarlo tal como fue y, es hoy, activa, altiva, difícil, pero alegre cuando se lo permiten; siendo igual y orgullosa a sí misma, que no se arredra, ante lo juglares de la angustia que en todo quieren ver un motivo de duelo.
El tercer elemento de la novela son los cuentos sobre los amores y los objetos de amor con los cuales compartió esas hazañas tan importante en la vida de Tomás con Lucía o Helga. Sufre, con sus amores y amantes y a cada una de ellas la asocia con una clase de perros de los que tuvo por compañía.
Muestra su dejos de afecto, ánimo y desamor de sus parejas y el terror por el eterno trauma de los procesos devenidos por las separaciones y sus románticos reencuentros.
El autor maneja un lenguaje sencillo y directo mas cercano a la prosa periodística de altura y calidad, que aquella de otros que prefieren una lengua mas próxima a lo estrictamente literario.
Logra hábilmente construir personajes, que se dan conocer cada uno por su lenguaje y sinceridad y firmeza de hábitos que resultan convincentes de los mundos de donde provienen.
La de Ferri es una novelística que revela facetas de la humanidad de un explorador de situaciones, algunas de final previsible y otras que en algo nos sorprende, como la enigmática y esquiva Lucía. Es mas que todo una novela de amor y aventuras y de personajes y perros propios de nuestra cultura y modos de su clase media.
En su forma de presentar su historia enhebra voces, puntos de vista y opiniones y logra articular las secuencias de la trama. En algunos momentos el lector deberá cooperar con el novelista para entender y engarzar el ritmo temporal en que debería haber presentado los capítulos; recrea su historia con parte los ambientes de dos ciudades Mérida y Caracas y los trazos de la ruta carretera entre ambas.
Puedo concretar diciendo que es una historia cercana a lo real, una cuento de gente de una clase social concreta. Es obra interesante, escrita con sencillez. A veces se hace lenta, pesada al hacerse reiterativo en la estructuración de los episodios.
Puedo decir que su lectura es totalmente recomendable. Merece la pena leerlo.
Digno de reconocer el trabajo del equipo de la editorial Todtmam, que sin darle espacio a los coros de la queja, sabe enfrentar sus retos con gran entereza y firmeza.
Muy agradecido por su lectura acuciosa y su completa reseña, señor Tulio. Es un honor para mí que haya dedicado su tiempo en analizar mi primer libro y haya escrito esta nota que me satisface por completo.