Ramos Allup llamó a no votar en el 2005, lo cual le entregó la Asamblea en bandeja de plata a Chávez. Chávez es su Frankenstein; él es su producto. Un uroboros donde Eros y Tánatos se bañan en las mieles del poder mientras pagan los venezolanos de a pie.
Cita de Vicente Ulive-Schnell.
Venezuela no deja de ser un país un bizarro y folkórico. Se sale a votar el 6 de diciembre por un cambio, independientemente de los candidatos(la mayoría de ellos pésimos), y la organización ganadora(La MUD) hace una lectura desfasada de la victoria, designando el domingo 3 de enero a una cúpula de la Asamblea con barajitas repetidas y desgastadas de la política criolla. Aquella elección secreta(¿en serio?)de ayer parecía el cónclave de un CEN de Acción Demócratica de los años noventa, para seleccionar al secretario general del deslucido «Partido del Pueblo».
Así Henry Ramos quedó como Presidente del Congreso y Enrique Márquez(de un Nuevo Tiempo o un Nuevo Adeco) lo impusieron como Vice.
¿Y las generaciones de relevo? Pues bien gracias. Ni siquiera los dejaron postular a alguien.
Allup, para quien no lo conoce, es un zorro viejo, una figura de la picaresca vernácula, un típico orador de la rancia escuela populista de nuestro país, con dotes para la comedia, el comentario socarrón y la charada involuntaria(en el peor de los casos).
A veces utiliza el léxico de sus mentores, sacando del baúl de los recuerdos palabras como «lechuguinos» y «petimetres», para descalificar a sus otroras enemigos de Primero Justicia, hoy sus aliados por conveniencia.
Vamos a darle el beneficio de la duda y a esperar a ver cómo se comporta. Ojalá dé la talla, no se exceda con el micrófono y evite remedar el papel de un Diosdado, de un Caudillo rochelero, pero blanco.
Por su trayectoria, inspira poca confianza e invita al escepticismo. Es un hombre impredecible y aferrado a un guión ortodoxo. La incógnita será saber si el caballero administra su poder a la altura de las circunstancias o deviene en un lastre para el futuro de la UNIDAD.
Varios trasnochados, nostálgicos e ingenuos andan emocionados y excitados por la noticia del día.
De igual modo, los miembros de la Rosca de Henry Ramos descorchan botellas de champaña y empiezan a soñar en grande.
Aquí se vive de la fantasía de la riqueza fácil, asociada a la cosa pública. Los negocitos, las prebendas, los contraticos, el quítate tu para ponerme yo, la censura, la complicidad automática con el «tipo fuerte del momento».
Los llamamos a bajarle dos, a no cometer los mismos errores de la nefasta gestión superada y clausurar la nota del triunfalismo anticipado.
Se avecinan retos durísimos y la función de los ciudadados es velar y apostar por el buen desempeño de sus representantes.
No les firmamos un cheque en blanco.
Por tanto, de Henry Ramos para abajo, alertas y pendientes.