El desabastecimiento de alimentos ha causado que hombres y mujeres, sin importar la edad, tengan la necesidad de hacer fila desde la madrugada para adquirir los pocos productos que estén disponibles durante ese día.
Para lo que en muchos países significa ir al supermercado y conseguir al menos todos los productos básicos como jabón, desodorante, papel higiénico, arroz, azúcar, leche, crema dental, toallas sanitarias, pañales, entre otros, para los venezolanos significa una lucha diaria de supervivencia.
Inflación afecta el bolsillo y el estómago de los venezolanos
La Canasta Alimentaria Familiar y la Canasta Básica Familiar han sufrido una serie de aumentos debido a la constante inflación a la que se ha visto expuesto el país.
La Canasta Alimentaria, que es aquella que sólo cubre los productos alimenticios, tuvo un aumento de un 22,5% en el mes de junio de 2016 que la llevó a costar 277.432,88 bolívares. Actualmente el salario mínimo se encuentra en un poco más de 15.000 bolívares, lo que significa que para comprar una Canasta Alimentaria Familiar se necesitan alrededor de 18 salarios mínimos.
Por su parte, la Canasta Básica, que incluye no sólo los productos de alimentación sino también de higiene personal y del hogar, tuvo un aumento del 20,3% en el mismo mes. Llegando a costar 365.101,19 bolívares o el equivalente a unos 24,3 salarios mínimos.
Con estos números se puede establecer que es casi imposible para una familia, con papá y mamá trabajadores, comprar cualquiera de las dos canastas completas en un mes. El resultado es el hambre, muchos padres están alimentándose una vez al día para darles de comer a sus hijos.
Es más fácil ganar la lotería que conseguir comida
No es secreto que las probabilidades de ganar la lotería son bastante bajas, aun así, debido a la situación de desabastecimiento e inflación en Venezuela, ganar la lotería parece tener probabilidades más altas que conseguir comida en los supermercados.
Tampoco es solo el hecho de que no se consiguen todos los productos en los supermercados, sino que tampoco es fácil conseguir productos a precios regulados. A los ciudadanos comunes se les hace aún más complicado debido a la más reciente “profesión” en el país que está aprovechándose de la necesidad de las personas para vender los productos a precios superiores, a veces exagerados. Esta “nueva profesión” se le conoce con el nombre de bachaquerismo o bachaqueo y cada vez son más las personas que se unen a este negocio ilícito.
El gobierno ha intentado disminuir ese tipo de negocio estableciendo los precios regulados, sin embargo, no todos los venezolanos creen que esta es la medida correcta para acabar con el bachaquerismo, muchos piensan que ahora los bachaqueros podrán ganar aún más dinero ya que ponen en su mira los productos regulados que, por lo general, escasean rápido y son más fáciles de vender a mayor precio. La única posible solución parece ser un aumento en la oferta de manera que no haya la necesidad y el desespero por conseguir un producto y disminuya la demanda.
El problema de escasez: empresas y bachaqueros
Si bien ya ha venido creciendo el problema del desabastecimiento desde alrededor del 2005, cuando apenas empezaban a faltar solo pocos productos, hoy en día la crisis se ha convertido en casi incontrolable. Entre el control de cambio y la demora en la entrega de divisas, la poca producción nacional y la falta de materia prima, se veía venir un problema en el sector alimentario.
Por otro lado, el bachaquerismo o bachaqueo es una de las principales causas de que no se consigan todos los productos en supermercados. Este oficio ilícito se encarga de vaciar los anaqueles para revender a un precio exagerado en la calle. Esto perjudica a los demás miembros de la comunidad que hacen fila fuera los supermercados durante horas para luego no encontrar lo que estaban buscando a “precio justo”.
Según el observatorio Venezolano de Conflictividad Social, ha habido un incremento de protestas por la escasez y el desabastecimiento en el país del 320% en comparación con Mayo 2015, lo que significa que durante Mayo 2016 se realizaron al menos 21 protestas por día.
Los CLAP, la otra solución del gobierno
En vista de que los precios regulados no son suficiente para que los venezolanos coman, ya que sigue habiendo el problema de escasez de productos, el gobierno ha decidido crear los CLAP, Comités Locales de Abastecimiento y Producción. Los CLAP se encargan de distribuir bolsas de alimentos subsidiados por el gobierno, si antes se hacían filas afuera de los supermercados ahora se añaden filas de personas esperando sus bolsas.
Naturalmente, los bachaqueros han logrado aprovecharse de esta situación también y recogen sus bolsas para luego revender los productos. Por ejemplo, un paquete de harina de maíz precocida cuesta 190 bolívares a precio regulado, el bachaquero puede ofrecerla en 2000 bolívares y, debido a la escasez, puede venderla rápidamente.
¿Entonces en qué queda todo hasta ahora? En que es más probable ganar la lotería en Venezuela que comprar arroz, leche, desodorante, papel higiénico o azúcar a precios regulados o a que simplemente conseguirlos en un supermercado.