VICTIMA DE TUS PROPIAS INJUSTICIAS

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valor del tiempo

EL VALOR DEL TIEMPO

¿Se han preguntado alguna vez, cual es el valor del tiempo? Es decir, cuánto vale un minuto de tu vida, o si el valor de la hora es el costo del minuto multiplicado por 60. Supongamos que cada minuto de la vida vale 1 dólar –algunos se preguntaran ¿Por qué un dólar? Por culpa del “Bretton Woods”- entonces en cada hora de tu vida estarías generando 60 dólares, lo que significa 1.440 dólares al día, 518.000 al año. Al pensar que estoy a punto de cumplir 30 años de vida y no tengo 15 millones de dólares en mi cuenta me hace suponer que un minuto de mi vida no vale ni 1 dólar, lo que me parece un dato curioso, sobre todo cuando me pongo a pensar en el hecho de que cada minuto de mi vida es irremediablemente el único, es decir, que es irreemplazable y no volverá a pasar nunca más, es como ver un reloj de arena que se va vaciando en un gran agujero negro, esos granos de arena jamás volverán a ser vistos. Llego a la conclusión de que es injusto y desalentador el que ese minuto no valga ni siquiera 1 dólar, tampoco es que ese dólar sea un precio justo para un minuto de vida, pero algo es algo.

En esas reflexiones me encontraba frente al computador de mi trabajo –un trabajo donde me pagan 0,125 centavos de dólar el minuto- un poco decepcionado y molesto por esas pequeñas cosas incomprensibles y sin sentidos que suceden en una oficina cualquiera, de esas que te hacen confirmar el dicho de que el sentido común es el menos común de los sentidos, sin embargo de algo hay que vivir en el mundo y cuando tienes la dicha de ser una persona honesta que vive en una metrópolis, no te queda más opción que vender tus minutos a un bajo precio al postor menos desfavorable.

Cuando era pequeño visitaba a mi mama a su oficina y me intrigaba ese mundo, me decía a mí mismo que cuando fuera grande tendría que trabajar en un sitio así, tener mis propios marcadores de colores y todas las hojas con las que dibujar y escribir, era algo con lo que soñaba. Ahora trabajar en una oficina no es tan impresionante, ni siquiera tengo mis propios marcadores, el primer día de trabajo los deje en el porta lápices encima de mi escritorio y más nunca los volví a ver, más tarde me explicaron que si no dejabas tus implementos de trabajo bajo llave e identificados visiblemente con tu nombre en zonas estratégicas, estos desaparecían misteriosamente.

Eventualmente todo esto nunca me lo enseñaron en la universidad, es impresionante como la teoría difiere tanto de la práctica, podría ser porque alguna de esas dos esta errada, pero si lo dices en voz alta la gente en tu alrededor comienza a verte como si fueras un demente y si persistes en aclarar la situación podrías parar en un manicomio, es por ello que se debe mantener la boca cerrada sobre estos asuntos. Por lo general a las empresas no les gusta que sus empleados rasos anden divulgando que algo anda mal.

NO ES EL PAÍS SINO LA GENTE

Como si el destino se burlara de mi con una risa macabra, resulta que el país donde vivo se encuentra en una gran crisis social, económica y política que entre muchas otras consecuencias hace que las personas se mantengan en un estado constante de mal humor y que desconfíen en cualquiera que ose acercar un metro de distancia de ellos, eventualmente esta situación arroja como resultado que regrese a la oficina de un paseo por la calle sintiéndome más miserable de lo que me sentía antes.

A pesar de vivir en un estado constante de decepciones y amargos momentos considero que existe algo especial en este lugar, algo que ha hecho que no me convierta en un asesino en serie o un potencial suicida, tal vez sea ese absurdo sentido de pertenencia que te inculcan en el colegio cuando te dan clases de geografía y comienzan a explicarte que significan todas esas líneas y colores en el mapa, y terminas por conocer que esa pequeña forma que está en el mapamundi es el país donde naciste, ese pedazo de territorio encerrado por unas líneas donde tienes la dicha de existir y vivir con tus hermanos compartiendo la sangre, historia y vivencia social, el mejor país del mundo porque es el único que tiene esto y aquello, además que su gente es tal cosa y tal cosa, lo que no se ve en ninguna cultura del mundo. Ese tipo de cosas te hacen sentir especial, te hacen pensar algo como “wuaooo, que increíble somos, somos mejores que los demás, tengo suerte de haber nacido aquí”

Creo que ese tipo de cosas se grabaron en mi subconsciente y son las que me mantienen de pie, aunque sospecho que en términos generales esas creencias a nivel colectivo podría ser la causa de todas nuestras penurias, aunque a nivel consiente considero que no existen las fronteras y que todos los seres humanos somos iguales indistintamente donde vivamos. Las fronteras están en los mapas, hasta ahora no he visto la primera frontera física entre dos países, algunos se imaginaran que existe una gran línea que podrás ver al cruzar de un país a otro pero no es así.

En conclusión, a lo que quiero llegar con toda esta palabrería confusa es que considero que estamos haciendo mal las cosas, la vida no debería ser así, la sociedad no debería comportarse de esa forma, las personas deberían pensar en lo que realmente es importante, mi vecino no debería hacer tanto ruido, su perro no debería hacer sus necesidades frente a mi puerta.

¿Cuándo vamos a despertar?

¿Este es nuestro destino o podemos mejorar las cosas?

¿Es culpa nuestra o de ellos?

¿Ellos y nosotros no es lo mismo?

¿Cuánto vale un minuto de vida?

¿Cómo se limpia el pupú de perro de los zapatos de gamuza?

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