Desayuno nutritivo

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Desayuno Nutritivo

Desayunando mis habituales,  sabrosas y  nutritivas, empanadas de pollo y el jugo de naranja, en la Fuente de Soda de los portugueses cerca de mi oficina, me entretuve viendo las noticias de un canal colombiano homónimo de un periódico del vecino terruño, y cuando llegó el momento de los comerciales de rigor, me di cuenta de lo mal que estaba mi país, no por las noticias que narraba el ancla de dicho noticiero, sino que en el bloque de cuñas se repetían, una tras otra.

Las ofertas maravillosas de los operadores de telecomunicaciones, celulares de ultima generación, los vemos solo en cuñas, con descuento, velocidades inimaginables (para nosotros en Venezuela) de navegación de internet, paquetes de programación con películas y series vía streaming, que provocarían ceguera a los mas ávidos cinéfilos (tardaríamos años en ver un solo capitulo con la velocidad de nuestros servicios), pare usted de contar la montaña de ofertas que vi, en breves, ínfimos, efímeros 3 minutos que duró el bloque publicitario, para mi, fueron 3 minutos eternos.

Ver tal cantidad de cosas, en tan corto tiempo, fue como un batazo en la entrepierna, no porque no tuviese noción de nuestra miseria, sino porque pude caer en cuenta de que estamos peor que nunca en nuestra historia, con excepción del final de la Guerra de Independencia, el retroceso económico, social, institucional, educacional, político, comercial, moral, en fin, en prácticamente  todos los aspectos que nos definían como una sociedad democrática, perfectible, con futuro; todo ello ha devenido en una especie de barbarie importada desde una singular isla caribeña.

Muy lejos quedó aquella Venezuela pujante, moderna, acogedora, ejemplar. Desde hace algún tiempo, eramos el principal objetivo de los barbaros barbudos de ese aislado pedazo de piedra, hubo unos intentos timidos, Machurucuto, Grenada; siempre con las armas como medio para llevar a cabo la tarea.

Pero alguien se las puso «bombita» y sin un tiro, ni de china, le pegaron la mano a las mayores reservas de petróleo del mundo; y a la plata que significa esto, todo ello aderezado, con el poder geopolitico que brinda el «Señor Dólar», estuvieron; y aun estan disfrutando de semejante botin, aunque se secó el aljibe y buscan una nueva yugular donde clavar sus infames y sedientos colmillos. Pobre del que caiga en semejantes garras.

Se que cargábamos una serie infinita de problemas pendientes en nuestras alforjas, pero las cosas mas o menos funcionaban a pesar de esos problemas, aunque desde que tengo uso de razón siempre escuche la trillada frase: “¡La vaina esta jodida!”, nunca como ahora esa frase se ha materializado con tanto rigor, nunca nos preparamos para un escenario como el actual, ni siquiera en nuestras mas terribles pesadillas pudimos divisar, que algún día, estuviésemos viviendo esta decadencia que pareciera sacada de La Divina Comedia de Dante Alighieri.

La vida y nuestra devenida realidad, nos están pegando una terrible paliza como ciudadanos de este rincón del planeta, con las excepciones, que todos conocemos, y gracias a su ilimitado acceso a los recursos que deberían invertirse en cosas importantes, cosa que nos permitiria tener una sociedad “normal”, palabra que de paso es cada vez menos normal.

Toda esta situación debería terminar,  haciéndonos mas fuertes; según lo dicho por Friedrich Nietzche, pero para hacernos mas fuertes, debemos tener conciencia, una visión clara de todo lo vivido, un mapa de todo cuanto nos ha llevado a este estado de cosas. Nunca más debemos permitir que un grupo de individuos resentidos; y mal intencionados, vuelva a gobernar Venezuela, habrá que diseñar una especie de radar, que nos permita evadir, estas desgracias desperdigadas en el mar del destino, personalizadas en oscuros entes que solo pululan en este universo, con la firme intención, de jodernos a todos a costa de sus propias apetencias.

Venezuela era esa Tierra Prometida, donde abundaba “Leche y Miel”, estos crápulas la han convertido en un lodazal de detritos mal olientes, en menos de lo que tarda un rayo en caer, malograron todo lo que han tocado, son un cáncer de la historia. Pero es hora de sacudirse esta mavita, esta peste negra.

Irremediablemente aun están en el poder, pero en lo particular no creo que duren mucho mas, amor con hambre no dura, y todo lo que hacen ahora, lo hacen pensando en ganar tiempo, pero resulta que el tiempo es su peor enemigo; mientras mas tiempo perduren en el poder, mas efímero será su recuerdo; mas aversión le tomará la gente a esa palabrita: «chavismo», o a esa frase: «Socialismo del SigloXXI». Apenas queda un rescoldo, una brasa apagandose,  de ese fuego intenso llamado chavismo, serán convertidos en ceniza histórica, en menos de lo que dura un portugués en servir un relampagueante, sabroso y nutritivo desayuno.

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