Es la hora de las revelaciones. Evaluemos la oración y la penitencia. Optemos por la unidad de culto. Busquemos ser parte del engranaje y no la sombra de un individuo. El Todo es irrelevante; la Nada puede ser algo más que una opción. La devoción puede ser más que una reliquia.
Así se me ha hecho saber.
Huid de las ideas cifradas. Caminemos por el sendero, hasta el borde, ya que es indistinto -mas no indiferente- caminar hasta más allá del vacío. La cretinez rebota si cae desde lo más alto. Dibujemos una nueva versión de la realidad, la actual es fácilmente sustituible. Sed arduos en sus labores, pero descansad sobre los hombres de quienes aún siguen trabajando; el sudor de los demás lubricará nuestros senderos de gloria.
No esperen por el día del Juicio, este no llegará. El Fin es un rumor, al igual -parece ser- que el Principio. Vivir no es mas que un artilugio para mantener ocupados y darles de comer a los maestros relojeros. Esto se encuentra más que demostrado.
Tened en mente que no todo enclave es sinónimo de liberación, así sean libres de aceptación. Prisioneros, Peregrinos, poetas, perdedores, todos unidos bajo una misma Fe, aunque nadie sepa en que consiste esta. Las respuestas deben ser herméticas, he allí la clave de la ineficacia, ineficiencia y de la inefectividad.
Diseminemos ideas erróneas. Seamos hipócritamente compasivos. Dinastías, logias y Revoluciones, sinónimos de la arbitrariedad del Universo. Admitamos que se puede vivir tanto de la caridad, como de la impotencia. Ocultemosnos mientras tanto en las sombras. Nada es menos importante que los sentidos de identidad y de propiocepción.
El Arte de Sobrevivir no es más que un engaño.
(Foto: Robert Doisneau)
