Quise escribirte tantas cosas, quise decirte otras, me vire e intente mirarte….triste me di cuenta que aún no estás en mi vida
La inspiración llega cargada de nostalgia y miedo, no porque hoy no me acompañes, es porque aún no lo entiendo, no sé si llegaras algún día, no sé si me va alcanzar la vida para aguardar tú llegada. Hoy te escribo desde lo más profundo de mi alma, donde aún vaga el recuerdo, mi nostalgia y un sentimiento en espera. Gracias a ti conocí quien soy y me perdí por completo cuando en tú mirada, deje de lado la razón cuando entendí que te ame con locura.
No sé cuando inició, de verdad no puedo recordar cuando te volviste oxígeno, cuando te me convertiste en vida; no puedo recordar con exactitud cuando deje la timidez a un lado y partí en pro de tu conquista. Pero si puedo asegurarte que ha sido la mejor decisión de mi vida. Me aferre a lo que sentí, no medí la intensidad te asuste y confundí. Me dices una y otra vez que soy temporal, investigue una y otra vez en Internet, leí todo lo que encontré y hoy puedo decir que gracias a esa lectura sé cuándo llegará el final, será el día que deje de respirar.
En silencio guardo tantos secretos, no te miento, he aprendido a medir lo que digo, pero soy un total fracaso en frenar lo que siento, lo que me pasa contigo he aprendido que no es para razonar, por el contrario es para sentir hasta no sentir más. Por eso la única medicina es el tiempo, a él lo acompaña la esperanza, porque es lo último que se pierde, y finalmente la fe por que estas continuas colisiones, encuentros o coincidencia tienen una razón de ser.
Mi sentimiento aguarda y espera tú llegada o asimilar por completo tú partida, me perdí por completo en un sentir por el que arriesgue todo y hoy sin importar el resultado puedo decir con orgullo que no me arrepiento.
Así es mi sentir, el sentir de un sentimiento en espera. Te ame en un principio con inocencia, pase luego a amarte con locura, de ahí te ame de una forma más adulta y madura. Hoy sólo te amo en medidas administrada bajo la espera, porque ya no soy cuerda, amo en versión de otro planeta, y me enseñaste que amarte tanto sólo te aleja.
La voz de la nostalgia guía hoy mi conciencia, aprendí a sentir mucho más de lo que tengo permitido expresar, aprendí a amarte en silencio y a no desesperar en tu ausencia, comprendí que contigo tendré siempre el más bello y puro de los sentimientos, que eso aunado a otras tantas diferencias, hoy nos aleja. De ti aprendí el sonido del silencio, el cantar de las heridas y el soñar del sentimiento, juzgado una y mil veces pero aún esta firme ante tantas tormentas, pues para amar hay que ser terco, tierno, detallista y fiel a uno mismo.
Hoy cuando las ganas son inmensas de escribir un nuevo capítulo en tu vida, donde seas tú la protagonista, como una conquistadora de la alegría, el amor, la fantasía, la felicidad y la osadía o valentía de exigirle a la vida todo cuanto sueñas, anhelas y deseas. Se me antoja mucho ser yo quien escriba esa historia empleando como instrumentos mi alma, mi cuerpo y mi sentir, ser yo la fiel compañía de esa gran aventura, y derramar sin reparo tanta tinta sobre una historia a la que le sobran las ganas de vivirla.
Quizás todo este en mi mente, que alucina producto de un corazón demente y un sentir ilógico, hoy me niego a tu olvido como tantas otra veces, sé que para amar hacen falta dos según tus teorías pero si algo me enseñaste en justa medida es que “amar no se mide, no se compra, no se analiza sólo se siente”.
Con gran e histérica arrogancia puedo decirte que antes de conocerte ya te era fiel, me guarde para ti, te espere sin saber que llegarías, sin siquiera conocerte, ahora que te conozco y sé quién eres, puedo vivir eternamente en tu recuerdo siendo feliz al verte en lo cercano de nuestra distancia en lo indefinido de este sentimiento en espera.
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