Las diversas situaciones dramáticas, sazonadas con “Miseria y Muerte”, que estamos padeciendo los venezolanos, realmente parecieran sacadas de una mala historieta, obra de algún escritor anclado en el pasado y su mente enfermiza, cuyo género estaría ubicado en el limbo propio de La fantasía Oscura, la cual combina elementos fantasiosos y del más crudo terror. Enmarcadas en una atmósfera oscura o sombría, facilitando la transmisión de una sensación de horror y espanto constante entre la mansa, voluntariamente sumisa, y crédula población.
Con la diferencia, o tal vez el pequeño detalle, que es una macabra y cruda realidad, totalmente planificada para dar frutos a largo plazo, programada con precisión, como un reloj suizo, por las mentes enfermas del terrorismo mundial y sus aliados de la izquierda más rancia y criminal, apuntalada desde el Foro de Sao Paulo a través de la compra, o infiltración, de las débiles y podridas fuerzas militares Latino Americanas. Obviamente para ello, no se les hizo nada difícil reclutar ingentes peones de entre la podredumbre política existente en la región, por ser una cúpula totalmente corrupta y con sus ideales de caudillos omnipoderosos (AD-COPEI – IV Republica Venezolana – Chavez, etc, en el caso nacional), dignos de rendírseles culto, así como a su casta cuasi monárquica que deberá continuar su legado de maldad, parasitando por décadas y décadas, danzando sobre los miles, tal vez millones, de cadáveres que sustentan su poder.
Pero, cómo es posible que suceda algo tan atroz, en un pueblo con una fortaleza democrática envidiable en la región, con un inmenso potencial de riquezas naturales y humanos. En un país, cuya estructura de poder formal, se encuentra basada en una Constitución con talante DEMOCRÁTICO, en la cual se garantiza la separación de los poderes (Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Electoral y Ciudadano) (CRBV,1999), avalada y refrendada por la mayoría de su población.
Pues la respuesta es muy simple, el Estado Venezolano dejo de existir, y lo que nos quedaba como mecanismos, o garantías, para lograr rectificar y retomar el rumbo haciendo uso de la misma Constitución Nacional vigente, en el contexto de los derechos ciudadanos, fueron conculcados, por las cúpulas Narco Militares y Políticas, estas últimas agrupadas goebbelianamente, en dos Bandas Delictivas cada una tratando de hacer creer a la mitad que considera su rebaño, lo que no puede creer (base del tan repetido “no vale yo no creo…”), para sostener su existencia o apoyo incondicional a sus degeneradas y malévolas acciones. Me refiero a las bandas de la “MUD y el PSUV”, con funciones complementarias, dirigidas a la completa sumisión del pueblo de Venezuela para consolidar un inmenso poder y su reinado fundamentado en el terror, en el chantaje psicológico permanente de perder lo que ya no se tiene. LIBERTAD ni DERECHOS CIUDADANOS.
Pero por qué, se puede asegurar que ya no existe el Estado Venezolano. Para ello, consideremos la definición básica de Estado de la siguiente forma “Es el conjunto de instituciones que ejercen el gobierno y aplican las leyes sobre la población residente en un territorio delimitado, provistos de soberanía, interna y externa”, entonces desde ella se pueden diferenciar claramente los elementos que lo componen, primero, “Quienes ejercen gobierno y aplican leyes”, “la población que acepta ser gobernada y las leyes que se les imponen” y por último, “Un territorio” con soberanía.
Entonces evaluemos: el primero de ellos es vulnerado cada vez que le conviene a las instituciones de poder, en especial al Ejecutivo Nacional, que descaradamente viola la Constitución Nacional a su antojo, para empezar, así como la estructura de poder formalmente constituida eliminando de hecho la separación de poderes.
El segundo componente, la población. Cada vez se encuentra más diezmada, con una terrible oleada de emigrantes, en especial de jóvenes profesionales, lo cual debilita las fortalezas y capacidades de progreso o bienestar, basadas en el capital humano del país, convirtiéndolo en una especie de “Cascaron Vacío” a mediano y largo plazo, además de observarse como muchísimos extranjeros (Cubanos, Iranies, Chinos, Colombianos, etc), con regímenes afines al impuesto en Venezuela, se han apoderado de las empresas, instituciones básicas y hasta TÁCTICAS para la defensa nacional y la soberanía (incluyendo las Fuerzas Armadas de manera desvergonzada).
Y el último elemento, nuestro territorio, pareciera ya no existir. Cedimos el Esequibo a los Guyaneses y las transnacionales que explotan nuestras riquezas, así como la mayor parte de nuestras fronteras a los grupos terroristas que se pasean libremente por donde les plazca, hasta agreden a los venezolanos, sembrando en muchas áreas el terror y la muerte, eso sin mencionar la perdida de nuestra soberanía. O acaso actualmente no somos dependientes de terceros, hasta para el suministro de los alimentos más básicos, de los medicamentos, en fin de casi todo, incluyendo hasta petróleo y combustible que importamos. Conclusión: El Estado Venezolano No Existe.
Respecto a la ciudadanía, vamos directo a lo que establece la CRBV: Artículo 39. “Los venezolanos y venezolanas que no estén sujetos o sujetas a inhabilitación política ni a interdicción civil, y en las condiciones de edad previstas en esta Constitución, ejercen la ciudadanía; en consecuencia, son titulares de DERECHOS y DEBERES POLÍTICOS de acuerdo con esta Constitución”. Y precisamente, con una “AYUDITA” de la MUD se violó el derecho político a la realización del Referéndum Revocatorio establecido en el Artículo 71 de la CRBV, en los términos y condiciones que en ella se establecen, por lo que perdimos NUESTRA CIUDADANÍA, además de nuestra representatividad en la Asamblea Nacional, al aceptar que otro Poder, el Poder Judicial con el TSJ, decida que diputados eran representativos o no, argumentando una SUPUESTA acción Fraudulenta, que ya el Poder Electoral había desechado. En otras palabras, no tenemos una verdadera representación en el Poder Legislativo, No podemos ejercer nuestro derecho a Revocar al Presidente o Cualquier otro funcionario Público, a menos que así lo permita otra instancia, y descaradamente los resultados de nuestro sufragio, depende de los intereses de las cúpulas no del Pueblo.
Entonces, parafraseando a Edgar Allan Poe, “Todo lo que vemos o parecemos es solamente una Pesadilla dentro de Otra Pesadilla”, de la cual nos negamos a salir.