Una evaluación del modelo socialista venezolano encabezado y aplicado con saña por el ciudadano colombiano Nicolás Maduro y sus secuaces no deja dudas de que ha sido creado como un hibrido entre el sistema limitado y a cuentagotas de control alimentario y de delatores del modelo cubano y la siniestra estructura de las organizaciones de delincuencia insertadas en las cárceles latinoamericanas, con sus lideres criminales a la cabeza conocidos en las tierras de Bolívar como Pranes.
Tal y como ha sido descrito por periodistas el Prán es un asesino dispuesto a todo pero con una capacidad organizativa que le permite manejar, manipular, amenazar, secuestrar y ejecutar tanto internamente como fuera de las cárceles, ante la vista, la aceptación y a veces con el consentimiento de las autoridades locales. El Prán cuenta internamente con sus Luceros, quienes ejecutan, cual ministros de una mini republica, las ordenes del líder. Posee Carros para moverse a sus anchas, quienes son individuos que sirven de escolta y que tienen sus recompensas en capital contante y sonante, en bienes y en privilegios, tal como lo hacen militares dándose golpes de pecho por el socialismo en desfiles y en simulacros. Tiene su red de Sapos, tal y como se fuerza a empleados públicos y a se les paga a maleantes en nominas gubernamentales para delatar a disidentes, a empleados críticos o a cualquiera que se atreva a denunciar corrupción y abuso de poder. El Prán comparte sus ganancias, o paga parte de ellas, con funcionarios civiles y uniformados que lo custodian, tanto para su protección como para mantenerse liderando hasta su muerte. Compra abogados y jueces, como cualquier Tribunal Supremo de Justicia que se complace en violar la constitución a costa de sus privilegios y beneficios cien por ciento capitalistas. El Pran no se elige por voluntad popular de los reos, pero de igual forma pudiese hacerse de su Consejo Nacional Electoral complaciente y a sus ordenes. De allí que el Prán mayor de Venezuela y sus secuaces viene insistiendo en que no están más interesados en realizar elecciones
Y así como los Pranes de las cárceles amenazan con incendiar las ciudades si la justicia real le fuese aplicada, hemos visto como el Prán mayor en Venezuela amenaza con hacer temblar al continente si es destituido. Entrega a cuentagotas sus miserables bolas de comida, que, aparte, sus funcionarios multiplican sus ganancias personales vendiéndolas a sobreprecio, extrayendo y bachaqueando los mejores productos o llevándolas a Colombia, por tener los ejemplos de corrupción a mayores niveles; elimina el devaluado billete de cien para que la especulación y el lavado de dinero hagan de las suyas y los billetes nuevos de alta denominación no aparecen y lo que ha quedado, después del reparto del botín no cubre ni el cincuenta por ciento del valor de la moneda eliminada.
De la misma manera en que los Pranes y luceros salen fuera de las cárceles a disfrutar en discotecas locales y clubes nocturnos, protegidos por las autoridades de los penales, se han visto a los Luceros del Prán mayor recorrer los malls y tiendas de diseñadores en el norte y en Europa a aprovisionarse delos lujos del capitalismo que muestran con el mayor descaro. Eso si, cada vez mas tratando de pasar desapercibidos entre capuchas y lentes oscuros, como con vergüenza de sus propias identidades y de lo que representan para el mundo externo.
El Prán mayor y sus secuaces se ríen del hambre de la gente desde su inmensa obesidad, les importa una mierda el estado de los hospitales y de la salud, de la delincuencia que azota y acaba con la paz ni hablar porque parecen ser los parientes mas cercanos y por eso son identificados como los hijos de Chávez, secuestra estudiantes y a políticos disidentes y hasta tiene intelectuales que le cantan como en la antigüedad lo hacían a Nerón o como los cantante de corridos que le hacen homenajes a los capos. Si, intelectuales que a veces les entra un pequeño comején de conciencia, principalmente cuando son afectados personalmente o sus familiares, por la situación del país y critican con sofismas orientales y los golpean con plumas de faisanes en entrevistas y artículos, olvidándose momentáneamente de sus privilegios: libros publicados, viáticos para viajes al exterior, suntuosos homenajes y otros adefesios para albar y justificar al Prán. Parecen no haber caído en cuenta que el botín del petróleo se ha minimizado y ya sólo da para el cercano cogoyo que rodea al Líder.
